
En sintonía con la política de negación del genocidio del gobierno de Macri, la Corte Suprema de Justicia sancionó una suerte de indulto encubierto con su fallo del 3 de mayo pasado que, bajo el “2×1”, dejó en libertad al represor Luis Muiña y abrió la puerta para que salgan Astíz, el Tigre Acosta y los centenares de responsables de la desaparición y asesinato de 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos, encarcelados...