Noticias de Macrilandia XXXIX

Macri quiere más trabajo barato (y menos trabajo caro) – Vaca Muerta, obrero esclavo – Vaca Muerta, inversión moribunda – Burócratas del transporte se cortan solos – Comida rápida, empleos lentísimos – Macri, tras los pasos de Bernardino Rivadavia – Publicación imperialista ofrece lecciones a presidente ignorante

El oficialismo lanzó una batería de iniciativas oficiales para llevar a los trabajadores a la situación de mayor precarización e indefensión de que se tenga noticia en este país. Empezamos por el anuncio de Macri el 1º de mayo en compañía el abanderado de los burócratas traidores, Momo Venegas. Se trata del plan de ofrecer a los trabajadores que ahora están cobrando planes sociales de los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social que se incorporen a empresas privadas sin dejar de cobrar el plan por un plazo de dos años. Macri quiere venderlo como argumento electoral: algo así como “queremos eliminar los planes y dar trabajo, todo en uno”, para beneplácito de amplios sectores gorilas (y otros también). Como es de esperar, las trampas y mentiras son múltiples. Primera: en un contexto donde en casi ninguna rama de la economía crece el empleo, se trata de un evidente incentivo a la patronal para que reemplace trabajadores “caros” por otros más baratos. Incluso si paga el mismo sueldo, el Estado pagará el monto del plan, unos 4.000 pesos, que se ahorrará el patrón. Segunda: contra lo que se quiere instalar, la medida no abarca a más de 400.000 personas; la gran mayoría de los beneficiarios de otros planes no están comprendidos en el anuncio. Tercera, la idea ni siquiera es original del macrismo: el kirchnerismo había propuesto lo mismo, tal como criticamos desde estas páginas, aunque no lo implementó seriamente. En resumen: es falso que todos los beneficiarios de planes sociales vayan a “reconvertirse” en asalariados en blanco; lo único cierto es que será una herramienta más al servicio de la precarización laboral.

En línea con esto, en Chubut se firmó una réplica del acuerdo de Vaca Muerta, por el cual los trabajadores ceden derechos a cambio de… una promesa de que se mantendrán los puestos de trabajo. El convenio cerrado entre el gobierno provincial, las petroleras y la burocracia sindical revienta no sólo el salario (desaparecen adicionales y otros pagos) sino sobre todo las condiciones de trabajo: liquida el régimen de trabajo en campo y se pasa a dos días de trabajo por uno de descanso. Se sigue trabajando incluso si faltan integrantes del equipo o si hay rachas de viento de 85 km por hora y el tiempo de traslado deja de ser parte de la jornada laboral, lo que equivale a la semiesclavitud. Digamos que esta idea de liquidar derechos establecidos en los convenios colectivos a cambio de “garantizar los puestos de trabajo” es el mismo modus operandi que propone el gobierno para SanCor, SMATA, UOCRA y en general para toda empresa en problemas. La culpa, parece, es siempre de los “privilegios” de los trabajadores, como dijo el propio Macri.

Hablando de Vaca Muerta, lejos de las promesas y mentiras del gobierno nacional (y el de Neuquén), las compañías multinacionales que operan allí son mucho más cautas en cuanto a cifras de inversión y eventuales puestos de trabajo. Mientras que el macrismo habla de inversiones de hasta 8.000 millones de dólares este año, 15.000 millones en 2018 y 20.000 millones en 2019 (es decir, un total de 33.000 a 43.000 millones de dólares en tres años), las cifras que dan las petroleras son muy distintas. La francesa Total anunció inversiones por 500 millones de dólares en cinco años; la Shell, 390 millones, y Schlumberger, 300 millones. De hecho, la inversión más grande es de una compañía argentina: Techint, por 2.300 millones de dólares, pero a lo largo de cinco años. Y la que se viene retirando es, como era de esperar, YPF. ¿Ya hicieron la cuenta? Sí, 3.500 millones de dólares en cinco años. La décima parte de lo que promete el gobierno en tres años. Es todo así.

Siempre en la línea señalada de chantajear a los trabajadores, con la complicidad de la burocracia sindical, para que cambien “estabilidad” laboral por pérdida de derechos y conquistas, el gobierno está negociando con los gremios de transporte y logística un convenio de flexibilidad. Los gremios en cuestión fueron cuidadosamente elegidos por el gobierno, ya que se trata de los que pueden hacer la diferencia en caso de paro nacional: colectivos (UTA), trenes (La Fraternidad), aeronavegación y, por supuesto, los Camioneros de Hugo Moyano. La zanahoria es sancionar una ley específica para esos gremios que exima a parte de los ingresos de los trabajadores del pago del Impuesto a las Ganancias. El premio: ganar la lealtad de los burócratas en caso de huelga general. Por supuesto, todo esto se hace puenteando a la CGT… pero no tanto, porque en la reunión con el ministro de Trabajo Jorge Triaca donde se empezó a cocinar esta asquerosidad estuvo el mismísimo triunviro cegetista del gremio de Dragado, Juan Carlos Schmid. Se ve que le están serruchando el piso a Venegas en la disputa de quién es más “recontraalcahuete” (como diría Barrionuevo) del macrismo.

Finalizamos el capítulo laboral con el anuncio de un fracaso (lo vimos en Ámbito Financiero, 3-5-17): el del convenio con Mc Donald’s por el cual el gobierno le pagaba a esa cadena yanqui 1.000 de los 4.500 pesos de sueldo para los “jóvenes desocupados” que supuestamente iba a emplear. El acuerdo, firmado el año pasado, fue celebrado por el gobierno como una iniciativa de “combate a la desocupación con trabajo de calidad” (sic), y denunciado por el resto del universo. Y no era para menos: las cuatro horas de jornada diaria que prevén los programas de Entrenamiento para el Trabajo del ministerio de Triaca se extendían a seis, y la semana laboral de lunes a viernes se modificaba a gusto y placer de la empresa. Pero después de tanta alharaca, los supuestos 5.000 puestos de trabajo que “en una primera etapa” iba a generar el convenio fueron en realidad apenas 700. Así, con algo de pena y nada de gloria, termina este “plan piloto” de pasantías y precarización para jóvenes. Tomen nota los que quieren ilusionar e ilusionarse con los demás experimentos antiobreros de Macri.

Y ya que hablábamos de Vaca Muerta, agreguemos que el gobierno, en el decreto 29/2017, establece que los infinitos préstamos en dólares que viene tomando como si fueran gratis tendrán como garantía para los acreedores nada menos que los recursos naturales del subsuelo argentino, renunciando expresamente “a oponer la defensa de inmunidad soberana”. Esto significa que, en violación de la legislación argentina, internacional y del sentido común, el gobierno se compromete a no invocar el argumento de que los recursos naturales son soberanos (algo a lo que tiene derecho hasta el país más bananero) y de hecho renuncia a él. Es como si dijera: “Señores acreedores, si nosotros no pagamos la deuda, cóbrense con lo que haya en el subsuelo argentino”. Es una entrega tan escandalosa que un grupo de abogados presentó una denuncia penal contra Macri, y varios diputados nacionales, sobre todo patagónicos, redactaron proyectos de ley para proteger el carácter inembargable de los recursos nacionales y provinciales. Estamos volviendo no ya a los 90, sino al empréstito de la Baring Brothers de 1824. Decirles vendepatria, francamente, es quedarse muy, muy corto.

Frase PROtuda de la semana:

“El desafío de la productividad nos tiene que involucrar a todos” (Mauricio Macri).

El presidente parece creer que la precarización laboral aumenta la productividad. Falso: lo que aumenta es la explotación del trabajo, es decir, la tajada de lo producido por el trabajador que se queda el patrón, pero la productividad, entendida como la mejor utilización de los recursos para generar más producto, no aumenta sino que en muchos casos desciende. Con la precarización crece el empleo temporario en detrimento del empleo de largo plazo, con lo que “los empleadores no tienen incentivos para entrenar a un trabajador que se va a ir pronto, y un plazo tan breve (la cuarta parte de los contratos temporarios en España son de un mes o menos) no le da a los trabajadores tiempo para desarrollar habilidades en un trabajo. […] La rotación de trabajadores temporarios afecta el crecimiento de la productividad” (The Economist, “McJobs: The Tempest”, 22-4-17). Si lo dice la revista decana del capitalismo británico y mundial…

Marcelo Yunes

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