
La sublevación militar-fascista del 18 de julio del 36 se chocó en el camino con la fuerza del proletariado armado y fracasó dando lugar a una situación revolucionaria. La derrota del ejército por los obreros, no sólo socavó en los hechos el monopolio estatal de la violencia sino también cuestionó y desbordó el poder “ficticio” del estado burgués, abriendo la posibilidad de ir más allá del mismo. Por toda España,...