
“En la Argentina, la superficie política exhibe las condiciones mínimas de un orden democrático, pero en sus sótanos, madrigueras y cuevas, el olor es nauseabundo (…) Como el prestidigitador que pierde el control de sus propias criaturas, el gobierno ha desatado demonios que no puede controlar” (Rogelio Alaniz, La Nación, 24-01-15). La denuncia y posterior muerte del fiscal Nisman han abierto una crisis política de enorme magnitud...