“Un día como hoy, hace 80 años, la táctica militar que se aplicó fue tan devastadora que Gernika ha pasado a la historia como el primer ensayo de guerra total. Fue el primer ataque aéreo indiscriminado contra una ciudad indefensa y contra su población civil. Fue un ensayo de guerra para medir el potencial destructivo de los bombardeos. Y sería el anuncio de lo que vendría después.” (Ante la proximidad de la conmemoración de los 80 años del bombardeo de Gernika. Extracto del comunicado emitido el 22 de abril de este año por la FEVA – Federación de Entidades Vasco –Argentinas)
En ese fatídico día la aviación alemana e italiana destrozaron todo lo que había de vida en esa ciudad vasca de 5.000 habitantes. En medio del levantamiento fascista contra la II República, la Guerra Civil española daba los primeros pasos de su cruento desarrollo. Pasos en los que la población vasca no era ajena. Sus milicias eran parte del frente de batalla contra los regimientos de Franco y sus aliados. Entre julio de 1936 y agosto de 1937 miles de bombardeos tuvieron como objetivo poblaciones de ese origen, además del que hoy conmemoramos: Durango, Otxandio, Marquina, Elgeta.
Los atacantes, la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria explicaron después de la masacre que el objetivo era un puente que era importante vía de comunicación y una fábrica de armas cercana a la villa.
Pero estos objetivos no fueron dañados. Sí perdieron la vida miles de pobladores, de los cuales fueron solamente identificados 126. “Superaron las 1.650 que pudo conocer el gobierno vasco antes de abandonar la ciudad- no debe olvidarse que a los tres días entraron en Gernika las huestes vencedoras- superaron también las 2000. Nunca podrá conocerse la cifra final.” (Según texto de María Elena Etcheverry de Irujo, Directora de la Editorial Vasca Ekin y Presidenta de Eusko Kultur Etxea)
Más tarde el general alemán a cargo del operativo adujo que había sido una puesta a prueba de su aviación. El generalísimo Franco no reconoció nunca su participación en el hecho.
Hace 20 años, el entonces presidente de Alemania Federal, Roman Herzog, en un gesto de “reconciliación” reconoció la participación de su país en el bombardeo. Fue el único gobierno que lo hizo.
Testimonios de sobrevivientes, periodistas presentes, pueblo en general, trajeron el pasado al presente.Y hoy Guernica, a los 80 años de esta masacre, se recuerda en el mundo como lo que fue: una matanza de una población indefensa a manos de las huestes fascistas de Europa. “En los juicios de Nuremberg, el entonces mariscal de la Luftwaffe, Hermann Goering, declaró: ‘La guerra civil española dio una oportunidad de poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres adquirieran experiencia’.» (Wikipedia)
El alcalde de Guernica premia al presidente Santos y al líder de las FARC por sus acuerdos
El alcalde José María Gorroño conmemora los 80 años de la masacre de Guernica entregando un premio a los máximos referentes del gobierno y de la organización guerrillera colombiana celebrando la paz. Premio engañoso para los trabajadores y el pueblo español y del mundo, que rechazan la guerra, pero no acepta la paz de los cementerios. La paz a costa de las pérdidas de vidas de luchadores, trabajadores, mujeres, jóvenes. Paz donde la “reconciliación” es en base a la rendición de los excluidos y la ausencia de justicia para los victimarios.
Contra la hipócrita conmemoración de la autoridad máxima de la ciudad vasca, nosotros reafirmamos que la memoria es presente, es lucha, es organización. Así como en nuestro país la lucha contra el genocidio de la última dictadura militar está viva, en España y en la colectividad vasca de todo el mundo, Guernica es símbolo de esa matanza a la población civil en la Guerra Civil española. Símbolo que no pueden destruir por más componendas y acuerdos que vienen instrumentando desde la “transición” y el Pacto de la Moncloa. En todo el mundo el pueblo vasco la conmemora, por más que la tiñan de cantos de sirena de perdón, de paz, de reconciliación. Eso es olvido. Y los trabajadores y los pueblos del mundo no olvidamos, no perdonamos. Ni en Guernica, ni en Berlín, ni en Argentina.
Nuestro homenaje a las víctimas es uno de lucha y solidaridad internacional para que no haya más Guernicas y para colaborar a organizar la lucha contra la explotación y la opresión que las provocan.
Ana Vázquez