El “supermiércoles” de los hipermercados se transformó en un síntoma de un hecho social cada vez más extendido en Argentina: el empobrecimiento de capas enteras de los trabajadores. Largas colas a la madrugadas, docentes que se “pidieron el día” para ir, estatales que sufrieron la paritaria a la baja y ahora son pobres según el INDEC, vecinos del barrio que esperaron para entrar y no pudieron porque cerraron las puertas antes del horario habitual. Y cuando entraron, alguna trifurca para conseguir carrito, no sea cosa que no se pueda gastar el tope y no “aproveche” la oferta. Todo un paisaje de una Argentina que empezó con los Black Friday de electrodomésticos y pasó a los supermiércoles de comida y víveres.

 

El tiro por la culata

Como muchas de las medidas que toma el gobierno de Vidal y Macri, la de los supermercados se agrega en la lista de aquellas que se les vuelven en contra. En principio se presentó como un beneficio a los trabajadores porque pagaban la mitad de lo que consumían, pero terminó por poner en evidencia que amplios sectores acuden porque les está costando mucho llegar a fin de mes con los bajos salarios que paga el mismo Estado. Porque la mayoría de los consumidores son estatales y docentes, que vienen de recibir aumentos salariales muy bajos cuando la inflación no hace más que subir y subir. Así, progresivamente, miles han quedado por debajo de la línea de pobreza calculada por el INDEC en casi $15.000. Trabajadores que empiezan a sumar algún otro trabajo, o en el caso de los docentes, a trabajar otro cargo o más horas. En este contexto económico la necesidad empuja a realizar largas colas y destinar largas horas para algo que no debería funcionar así.

 

Una estafa millonaria

Pero a contramano de lo que señala Vidal, que esto beneficia a los trabajadores, tenemos que señalar que se trata de una verdadera estafa. En primer lugar, porque el gobierno debería pagar los salarios que corresponden, y nadie debería cobrar menos de $25.000, que es lo que vale la canasta familiar. Que ahora venga el Estado con este supuesto beneficio cuando es quien se encargó de bajar los salarios reales vía acuerdos a la baja, es de una inmoralidad completa. En segundo lugar, es una estafa porque parte del dinero que se nos descuenta se lo pagan a los empresarios de las arcas del Banco Provincia. Es decir, dinero que es de todos y ya nos sacaron por los impuestos que pagamos. Y también es una estafa porque los supermercados subieron los precios el día antes y un producto que salía $100 pasó a valer $130. Luego corresponde que al consumidor le devuelvan el 50%, pero sucede que el Banco Provincia pone el 30% y la empresa el 20%. Así, la empresa ganó $104 por un producto que valía $100. ¿Qué significa esto? Que en realidad se trata de una transferencia millonaria de dinero del Estado hacia las empresas. Y en realidad al trabajador que va a comprar no le están vendiendo los productos más baratos, sino igual o más caros que un día normal.

 

Hay que castigar al gobierno de los ricos

Una conclusión evidente de lo anterior reitera algo que los trabajadores perciben: que el de Macri y Vidal es un gobierno de los ricos para los ricos. Que cada medida que toman, aún la que en apariencia beneficia al pueblo, tiene escondido algo que engorda más los bolsillos de los empresarios. Y así no hacen más que llevar a la población trabajadora a una crisis social creciente. Desde la izquierda estamos planteando dar vueltas las cosas y somos claros: esta crisis tiene que resolverse afectando las ganancias de los que más tienen, de los empresarios, los poderosos que remarcan los precios, echan gente como en Pepsico y la llevan en pala. Son ellos los que tienen que pagar el ajuste y no los trabajadores.

Por eso en estas elecciones los trabajadores tenemos que castigar al gobierno votando a la izquierda y de esta manera prepararnos para enfrentar en las calles el ajuste que trae Macri entre manos. Sólo con la movilización social vamos a poder poner un freno a este ajuste y empezar a construir un proyecto político que lleve a los trabajadores al poder para poder cambiar de fondo la sociedad.

Eric “Tano” Simonetti, Precandidato a Concejal de La Plata por Izquierda al Frente por el Socialismo

 

 

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