En un contexto nacional donde el gobierno reaccionario de Macri avanza con la implementación del ajuste y los despidos, acompañado por el gobierno provincial de Alicia K que no paga los aguinaldos, cierra paritarias a la baja, decreta la emergencia en salud y educación y endeuda al estado, el Gobierno municipal de Roberto Giubetich (UCR)-Cambiemos, actúa en total sintonía: ajustando, precarizando e intentando despedir trabajadores del SIPEM.

El SIPEM es el Departamento Servicio de Estacionamiento Municipal, que controla el estacionamiento en el centro urbano de Río Gallegos, el cual a pesar de ser una dependencia oficial no se hace cargo de la relación laboral, desconociendo así su responsabilidad ante los trabajadores.

Los contratos basura son por seis meses, falta la indumentaria adecuada para las condiciones climáticas del sur, lo que ya causó la enfermedad y muerte de un compañero afectado por una neumonía por las condiciones de trabajo en la calle en pleno invierno y el vaciamiento de la salud pública. Los salarios son de apenas el mínimo vital y móvil y en negro, que teniendo en cuenta los valores de la canasta familiar patagónica, constituye una verdadera miseria, sin jubilación, asignaciones familiares ni obra social, con cupos de venta y subvencionado por el gobierno nacional, constituye una verdadera caja negra de fondos, que manejan sin control los funcionarios y amigos del poder, enriqueciéndose de la explotación de los trabajadores y los subsidios del Estado.

Llanos, el nuevo jefe del Departamento, vino a tratar de descabezar la organización de los compañeros y disciplinarlos para imponer aún peores condiciones, diciendo que “tiene 500 anotados para entrar y si no les gusta que no firmen el nuevo contrato”, metiendo miedo y presionando para que los trabajadores se conformen con peores condiciones laborales.

Los compañeros vienen desde comienzos de año organizándose desde abajo y reclamando contra la precarización, para lograr la estabilidad laboral y condiciones de trabajo dignas. Acompañaron todos los reclamos de los trabajadores estatales y el acampe, sindicalizándose en el SOEM, Sindicato de Empleados Municipales, y yendo a todas las asambleas a exponer su situación. En estas asambleas, la burocracia de Mansilla dijo ante las bases que iba a pelear por mejores contratos y defenderlos en caso de que los despidan.

A comienzos de julio, una vez cerrado el conflicto salarial del SOEM, la patronal intenta avanzar contra los trabajadores del SIPEM creyéndolos aislados, persiguiendo cotidianamente y finalmente despidiendo a 10 trabajadores, entre ellos al delegado elegido democráticamente por sus compañeros.

Ante esta situación, los compañeros inmediatamente fueron al sindicato, obteniendo como respuesta la pasividad de los burócratas, que decían que “hay que ver qué pasó y escuchar las dos campanas”, dando entidad al discurso patronal, y no garantizaban ni siquiera asesoramiento legal con los abogados del gremio. Fueron los compañeros delegados de base municipales, los que acompañaron a los trabajadores del SIPEM, presionando a la burocracia de SOEM para que se ponga al frente de la lucha y defienda a los despedidos, los que desnudaron la postura traidora de Mansilla y lo obligaron a actuar.

Párrafo aparte merece la lamentable actitud de los referentes de la MUS (Mesa de Unidad Sindical) que, privilegiando sus acuerdos por arriba, no se movilizaron en defensa de los compañeros. Miguel del Plá, dirigente del PO, acompañó los reclamos, pero cuando los trabajadores del SIPEM le plantearon la necesidad del acompañamiento de la MUS, se limitó a dar excusas diciendo que “si no viene Mansilla, la MUS no va a venir” y que los burócratas “le tiran las orejas”.

Ante los despidos los compañeros del SIPEM, realizando asambleas por turno, paralizaron el servicio y movilizaron en reclamo al municipio y tras una serie de reuniones y manifestaciones se logró la restitución de los compañeros despedidos, así como reveer cláusulas del nuevo contrato basura, que exigía un cupo de ventas de 30 obleas diarias o 600 mensuales, bajo amenaza de rescindir el contrato y además establecía las vacaciones después de finalizado éste.

Tras este importante triunfo parcial la lucha sigue, hay que prepararse para lo que viene, seguir organizándose desde abajo, sindicalizándose en el SOEM y manteniendo la presión sobre la intendencia, para que no desconozca sus responsabilidades y se logre la estabilidad laboral.

Desde el Nuevo MAS, la Agrupación Carlos Fuentealba y Las Rojas acompañamos a los trabajadores desde el primer momento, con la exigencia a la burocracia del SOEM y de la MUS para que se movilicen activamente en defensa de los compañeros. Saludamos el triunfo parcial de los compañeros que muestra una vez más que la fortaleza de la lucha depende siempre de la participación activa y democrática de las bases. Hay que seguir alerta, organizándose y difundiendo la situación de precariedad laboral en el SIPEM y en ello comprometemos el esfuerzo de nuestra joven militancia.

Agrupación Carlos Fuentealba
Nuevo MAS Santa Cruz

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