Meses de negociaciones y componendas. Sólo comparables al culebrón de las reuniones de los dirigentes de la AFA, que nos quieren dejar sin Fútbol para Todos. Al igual que éstos, los dirigentes de las CGTno hacen nada para que este gobierno nos deje en la miseria, atándonos de pies y manos para pelear contra las tarifas, por el empleo y el salario.

Cuando el esquema de la “nueva CGT” parecía encaminado hacia el triunvirato presidido por los “grandes”, “Momo” Venegas, amo y señor de la UATRE, pateó el tablero. CGT reunificada no federativa dijo, dirección sin fisuras, monocolor, sino no es tal. Parece que el señor no quiere que se filtre ningún disconforme o posible opositor a la política de este gobierno. Triunvirato por un año, después un solo secretario general, contrapropuso Hugo Moyano.

Hmm… qué mal viene la cosa. Como buena “garante de la gobernabilidad” es probable que la “nueva CGT” pegue un salto en su obsecuencia al gobierno. El giro reaccionario ha calado hondo en esta estructura de dirigentes tan sensibles a las necesidades de los empresarios. Ni los despidos, ni el cacerolazo nacional, ni la represión en Jujuy, nada los conmueve… sólo el Sr. Dinero, por supuesto el que va para sus bolsillos.

Ya su retiro de la escena política es un bochorno. Por más que ahora tal vez se reacomoden con algún discurso más “combativo” desde algún sector. En este tramo final (o no) de la constitución de la “nueva CGT”, el sector de Moyano postuló a Juan Carlos Schmid, líder de Dragado y Deslizamiento, como candidato a secretario general, con el anuncio de un posible paro del transporte.

¿Qué señal espera Moyano?

En relación al posible paro de los gremios del Transporte para el 4 de agosto, el titular de la CGT Azopardo, al consultársele sobre la posibilidad de un paro general, expresó: “‘Si no hay una señal del gobierno que permita ir solucionando los problemas’ de la economía ‘no queda otra salida’ que un paro general” (Ambito.com, 16/7/16).La que espera de parte del gobiernotal vez seaque les tiren unos pesos más para la caja de las obras sociales o por los negocios varios que tienen en agenda, entre ellos el de la AFA. O a lo mejor la señal de alarma que lo catapulta de su sillón no viene por ahí, sino que es una rebelión obrera y popular que lo haga preocupar porque peligra su paz burocrática.

El rol activo de las centrales en la escena política se hundió en el peor de los bochornos. Sus borradas,sucesivas ya, les han hecho perder su perfil político, han quedado diluidas en un escenario donde los actores son otros.

Pero los trabajadores sí somos actores, y de primera línea, en este escenario.Y además de primeros actores somos consecuentes y defendemos nuestros derechos. Nos quieren poner chaleco de fuerza, pero aunque en forma lenta, cuidadosa, sabemos ponernos de pie. Y cuando lo hacemos, patronal y burocracia tiemblan. Sí, tiemblan, porque somos los que le sacamos la producción adelante y ellos los que se llenan de guita con nuestro esfuerzo y nuestros aportes sindicales y el de las obras sociales. Con la toma de una sola fábrica hace 2 años, Gestamp, casi paralizamos toda la industria automotriz. Gobierno, patronales y burocracia temblaron, aunque no pudimos ponerlos knock-out.

Nos cuesta porque tenemos muchos escollos por delante. En primer lugar, estos traidores dirigentes. Pero además debemos pensar y charlar nuestros pasos y organizarnos en forma cautelosa porque tenemos encima la posibilidad del despido, que ya es una sombra tenebrosa, las suspensiones, las sanciones que significan días de descuento, la persecución e intimidaciones por parte de la patronal y de la burocracia.  Pero ese debate y organización entre nosotros es imprescindible para poder salir adelante, avanzar en sellar nuestra unidad desde abajopara enfrentar a los de arriba.

Mientras lo hacemos, seguimos exigiéndoles medidas de lucha a los titulares de los sindicatos y las centrales, pero no sacamos el pie del acelerador en la marcha de nuestra organización independiente. Sólo así podremos ganarles a los buitres de la Casa Rosada y de las sedes sindicales.

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