Las pésimas condiciones de detención en el penal de mujeres de Jujuy, junto con la persecución a referentes y militantes del agrupamiento Tupac Amaru, han sido denunciadas por organismos de derechos humanos, encabezados por la Comisión de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos de la provincia del norte.

El gobierno de Gerardo Morales, en una feroz campaña por acallar protestas y reclamos frente a la cada vez más dramática situación social, ha iniciado una caza de brujas para atemorizar a la población trabajadora y pobre. Población que, según datos de julio del 2015, está sumergida en un índice de pobreza del 52%, cuando en el conjunto del país era del 28,7%. Cifra que el actual gobierno ha negado diciendo que hay pobres en todo el país. Si ya abandonaron la meta de Pobreza 0, ¿para qué preocuparse en hacer estadísticas?

Por más que el diario Perfil nos quiso vender el photoshop de la suite en la que convive Sala con sus compañeras de prisión (ver edición 10/6/16), no pudieron tapar las terribles condiciones de detención, así como la existencia de las celdas de castigo imperantes en la cárcel.

Según palabras de Milagro Sala, aparecieron con un calefón el lunes próximo a la denuncia pública. Este hecho refleja la importancia de la visibilización en la prensa, así como la necesidad de una gran campaña unitaria no sólo por las condiciones de vida en la Unidad Penal de Mujeres de Alto Comedero, sino por la libertad de la dirigente de la Tupac Amaru y por el cese de las persecuciones a los luchadores jujeños, empeñados en no dejarse doblegar por el incremento en las condiciones de precariedad laboral y pobreza a que son sometidos.

No hay otra forma de parar el garrote, a lo largo y ancho del país que con la más amplia unidad en la acción, levantando en un solo grito:

-Libertad a Milagro Sala

-Basta de intimaciones y amenazas

-Desprocesamiento de todos los luchadores

-Abajo el protocolo represivo

 

 

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