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El martes 14 se llevó adelante un nuevo intento de Congreso de la FUBA. Al igual que los últimos tres años, el mismo no tuvo quórum, es decir, no se realizó la renovación de autoridades.

Lamentablemente, lo que caracterizó a esta instancia (una vez más) fue un rotundo vaciamiento impuesto por la conducción del PO y La Mella. Los paneles y comisiones en las facultades, los días previos, fueron realmente una lágrima, juntando en el mejor de los casos un par de decenas de militantes. El Congreso en sí mismo consistió en una “votadera” de mociones sin ningún eje, para acumular “medidas de lucha” que no fueron discutidas en la propia instancia; es decir, que burocráticamente se escinden los espacios de debate de los resolutivos, convirtiendo todo este circo en una puesta en escena para que cada corriente presente de manera formal algunas posiciones y no elaborar ningún plan de lucha real contra el gobierno de Macri. La más que raquítica concurrencia, que no llegaba a sumar 700 personas entre TODAS las corrientes (a apenas un mes de una marcha de 70 mil, es decir, cien veces más grande), da cuenta de esta situación.

Toda la discusión -sustanciada, claro está, entre cuatro paredes y bien lejos de cualquier estudiante- se centró en relación a si el kirchnerismo se integraba o no a la lista del PO y La Mella, posición que desde ¡Ya Basta! – Nuevo MAS rechazamos por tratarse La Cámpora, Nuevo Encuentro y compañía, de organizaciones que están formando parte necesaria del ajuste del gobierno. Al abortarse esta discusión, por no haber acuerdo sobre el reparto de los “porotos”, ningún bloque (PO-La Mella, Franja o K) llegó al quórum.

Desde nuestra organización planteamos claramente que, de realizarse el Congreso, era necesario plantear una posición independiente y de lucha, que partiera de apelar al activismo surgido al calor de la reciente rebelión educativa y con todas las organizaciones que compartan esta perspectiva, para construir una FUBA que realmente sirva para organizar al movimiento estudiantil. Ángulo opuesto al tomado por el PTS que, si bien realiza una crítica a la Federación vaciada y burocrática que tenemos, busca con esto impulsar una lista sectaria “del Frente de Izquierda”, lista que nacería renga por no estar integrada siquiera por todos los integrantes de dicho frente y, menos aún, de las fuerzas que no integramos el FIT. Hace falta, en verdad, una lista que recoja la experiencia verdaderamente unitaria de La Izquierda al Frente en la UBA y que sume a todos los activistas que honestamente quieran enfrentar y derrotar al gobierno de Macri y su ajuste.

Transcribimos a continuación la declaración de ¡Ya Basta! – Nuevo MAS que militamos de cara el Congreso, anticipando una elaboración más extensa que publicaremos en el próximo número de nuestro semanario Socialismo o Barbarie.

 

Marcos Duch

Delegado FUBA

 

Ante el Congreso de la FUBA

Rechazamos la intervención macrista y a Franja Morada/Nuevo Espacio

 

Para enfrentar al gobierno hace falta construir otra FUBA: verdaderamente democrática, de lucha y abierta al movimiento estudiantil

 

El martes 14 tiene fecha la elección de autoridades de la Federación Universitaria de Buenos Aires. En esta ocasión, la elección está cruzada por una ofensiva del gobierno reaccionario de Macri: por una parte, parece real la posibilidad de que Franja Morada (UCR) y sus aliados obtengan la mayoría en la elección de la conducción (realizada en un plenario de delegados elegidos en las elecciones de centros de estudiantes del año pasado); por otra, montándose sobre el intento de Cambiemos de imponer condiciones más a la derecha en el conjunto de la situación política, el antidemocrático Consejo Superior votó la intervención de la Inspección General de Justicia (dependiente del Poder Ejecutivo) en el Congreso de la FUBA.

Desde ¡Ya Basta! – Nuevo MAS repudiamos este intento derechista, que busca intervenir el máximo organismo del movimiento estudiantil de la UBA. No sólo es nefasto que el Estado se entrometa en las organizaciones estudiantiles que deberían ser, justamente, un espacio desde el cual los estudiantes nos organizamos para luchar contra el Gobierno y el propio Estado; sino que, en un marco de brutal ajuste contra los sectores populares y contra la universidad pública, una Federación en manos de Franja Morada (parte integrante de la alianza Cambiemos) implicaría una conquista del macrismo para imponer sus planes antieducativos.

De la mano de Franja Morada y Nuevo Espacio vienen personajes nefastos para la educación pública: Emiliano Yacobitti, dirigente radical y secretario de Hacienda de la UBA, es conocido por utilizar la caja de la Universidad para todo tipo de negociados; Darío Richarte, ex vicerrector y espía de la SIDE, forma parte de ese espacio político; el propio titular de la IGJ, Sergio Brodsky, forma parte de este entramado corrupto. Rechazar a todos estos sectores es una tarea importantísima como parte del enfrentamiento más general al ajuste de Macri en la universidad pública.

Asimismo, es necesario ser claros respecto a cómo se llegó a esta situación. La FUBA fue recuperada de manos de Franja Morada por el movimiento estudiantil organizado y en ascenso durante el 2001, en pleno Argentinazo. Fue en ese marco que los estudiantes llenaron de contenido y masificaron a la Federación. Quien haya recorrido las facultades los últimos días, en los cuales tuvieron lugar los paneles de discusión del Congreso, puede dar cuenta del enorme contraste que se observa entre la situación de quince años atrás y la actual: apenas un puñado de militantes de las distintas organizaciones que forman parte de la FUBA asistieron a los paneles, todo lo contrario a lo que caracteriza a un organismo de debate, organización y lucha. Ni hablar de la “asamblea interestudiantil” del 1° de junio, de la cual participamos sólo algunas decenas de estudiantes y cuyo único debate real sobre la realización de un Encuentro Nacional de Estudiantes de Base para enfrentar a Macri, propuesta presentada por nuestra organización, fue cercenado por quienes dirigen la FUBA.

La responsabilidad por esta situación recae principalmente en quienes vienen siendo conducción de la Federación: el PO y La Mella. Es que estas organizaciones, junto a algunos aliados menores, privilegian sus acuerdos “por arriba” en lugar de someter sus diferencias a una discusión abierta con el conjunto del movimiento estudiantil, con la única finalidad de utilizar el “sello” de la Federación para construir sus organizaciones a expensas de los intereses del conjunto del movimiento estudiantil. De esta forma, la aplastante mayoría de los estudiantes comenzó por perder la confianza en la FUBA, e incluso se ha llegado al punto de desconocer su existencia.

Incluso a pesar de que este vaciamiento de años enteros sea difícil de revertir en unos pocos días o semanas, opinamos que se dejó pasar una oportunidad inigualable para llenar de contenido y participación a nuestra herramienta gremial. Hace apenas un mes, el 12 de mayo, una movilización de 60 mil personas, la mayoría de ellas estudiantes, copó las calles de la Capital y la Plaza de Mayo para enfrentar el recorte presupuestario de Macri a la educación pública, por el salario docente y el boleto educativo. Si este proceso se hubiera profundizado y si la conducción de la FUBA hubiera tenido realmente la intención de llevarlo hasta el final, de conquistar el presupuesto, de no embellecer un acuerdo salarial a la baja como el que recibieron los docentes, la Federación podría ser vista por estos amplios sectores como una herramienta de lucha fundamental. Pero lamentablemente no fue así: el conjunto de las corrientes que forman parte de la actual conducción se encargaron de dar por cerrado un proceso que apenas estaba iniciando, oponiéndose a tomar medidas de fuerza a la altura del ataque de Macri como hubiera sido la toma de las facultades, en el camino de nacionalizar la lucha educativa.

Ante esta situación crítica, la discusión se encuentra trabada con las organizaciones kirchneristas. El kirchnerismo, con el apoyo de La Mella, plantea ingresar a la presidencia de la FUBA. El PO, por su parte, también busca incluirlos en la lista, aunque no sea en la presidencia. Es un error reducir un problema político a una cuestión numérica “técnica”: sin haber hecho una campaña que interpele realmente al movimiento estudiantil para que tome a la Federación en sus manos y sin haber impulsado ningún proceso de lucha, la rosca por arriba sólo puede alejar más a la base estudiantil. Se pone el carro por delante del caballo intentando darle una solución administrativa a un problema político: qué herramientas necesitamos para enfrentar a Macri.

Lamentablemente, las organizaciones kirchneristas vienen demostrando ser garantes de la gobernabilidad de Cambiemos. Su máxima referente, la propia Cristina, sólo hizo una aparición pública en los seis meses de gobierno de Macri con la única finalidad de llamar a la reflexión y a la pasividad, cuando la situación exige más que nunca la lucha en las calles. Sin ningún sectarismo hacia los sectores que se identificaron o aún se identifican con el kirchnerismo, es necesario ser muy claros en esto: las agrupaciones que forman parte orgánica del anterior gobierno esperan que el brutal ajuste pase para presentarse como un recambio electoral en 2017 y 2019. Incluso esas mismas organizaciones colaboran con el macrismo al ajustar y reprimir, como lo está haciendo el Frente para la Victoria en Tierra del Fuego.

Es por todo esto que nos oponemos a realizar una lista común con las organizaciones kirchneristas: el resultado de esta política sería tener una FUBA aún más paralizada y atada de pies y manos para enfrentar al gobierno, integrada por corrientes que no están dispuestas a mover un dedo para derrotar a Macri.

Insistimos: es necesario partir del repudio a todo tipo de intervención del macrismo en los organismos del movimiento estudiantil, sea con la IGJ o de la mano de Nuevo Espacio/Franja Morada. Pero la única salida para construir una FUBA independiente es empujando en el sentido de un movimiento estudiantil activo, fortaleciendo sus espacios de debate, organización y lucha.

Para defenderla y para que sea una verdadera herramienta de organización, la Federación debe ponerse a la cabeza del movimiento estudiantil que sale a enfrentar a Macri y no detrás de los intereses particulares del PO y La Mella. Es necesario que esté a disposición de nacionalizar la rebelión educativa para llevar hasta el final el proceso de lucha que se abrió en el primer cuatrimestre de este año y que su conducción puso en suspenso. No hay forma de construir una FUBA independiente y de lucha si su conducción sólo busca calmar las aguas en el movimiento estudiantil.

Ponemos nuestra organización, que cuenta con un amplio y creciente desarrollo en el movimiento estudiantil, al servicio de esta perspectiva.

 

¡Ya Basta! – Nuevo MAS

11/06/2016

 

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