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Durante 2012 y 2013, las luchas de los trabajadores de prensa escrita tuvieron como un objetivo muy importante la extensión de la organización gremial al diario Clarín y que se empezara a aplicar el convenio de prensa en las empresas editoras de revistas, donde se trabajaba con un régimen mucho más desfavorable.

La situación de Clarín, sobre todo, protagonizaba todos los planes de lucha, inclusive los de las paritarias. La elección de paritarios en Clarín se logró con una movida de todo el gremio, en una asamblea convocada fuera de la planta. La siguió la elección de comisión interna, también seguida y vista como un logro, incluso como el logro más importante, por los delegados y activistas del gremio.

Las marchas de la paritaria 2013 tenían como destino inevitable la puerta de Clarín, para apoyar la incipiente y difícil reorganización gremial en ese diario, cuya patronal no quería reconocer ni recibir a la comisión interna.

Estas marchas eran muy entusiastas, aunque algo confusas desde el punto de vista de los intereses generales de los trabajadores. Unificaban el legítimo sentimiento antipatronal contra una empresa negrera y dictatorial que prohibía la organización gremial, con el apoyo al gobierno K, o sea a un sector de la patronal, en su pelea contra Magnetto, para la cual el kirchnerismo había ganado a la mayoría del activismo del gremio.

En esas paritarias se lograron cosas importantes, como elevar el salario mínimo del sector y unificar la discusión de salarios y condiciones de trabajo con el sector de revistas, que venía muy atrás. Aún estábamos en época de “paritarias blandas”, cuando el gobierno mantenía su política de ajuste gradual y las patronales venían con cierta actitud conciliadora.

Esa época terminó. El gobierno K lanzó un ajuste brutal en toda la regla. La discusión salarial en el país no está signada precisamente por un “espíritu conciliador”, sino por la impresionante lucha docente, que continúa a pesar de la judicialización y las amenazas del gobierno, y a pesar de la propia burocracia sindical docente, que no levanta la huelga por temor a un desborde que le haga perder la dirección de la lucha, más aún cuando la izquierda en las últimas elecciones recuperó 9 seccionales del Suteba de manos de Baradel.

Los esfuerzos del gobierno de poner a los padres de los alumnos a hacer de rompehuelgas no lograron más que desnudar el espíritu gorila y carnero de algunas “mamás” militantes del kirchnerismo que se pusieron a bardear a los maestros por TV. Ya empiezan a sucederse movilizaciones de la población en apoyo a los docentes, como en Trelew y Tigre, demostrando que el conjunto de los trabajadores repudia el ajuste del gobierno.

 

El ajuste en prensa: la patronal K sigue los pasos de Magnetto

 

La patronal de prensa también se dispone a aplicar el ajuste K sin ningún espíritu de conciliación. Y la punta de lanza de la pelea contra los trabajadores, esta vez, no es Clarín sino el Grupo Olmos, patronal construida a costa de subsidios del gobierno nacional, ligada a la burocracia de Caló, que ya es dueña de tres diarios: Crónica, Bae y Ámbito Financiero, además de otros del interior, y administra docenas de obras sociales propiedad de la UOM. Esta patronal, además de garantizarle al gobierno tener medios que propagandicen su política, sirve como una vía de financiamiento por parte del Estado a la burocracia sindical traidora que el gobierno necesita para hacer pasar el ajuste.

Y así como Clarín prohibía la existencia de delegados en su diario, ahora los Olmos expulsan de la nueva redacción a la comisión interna de Crónica y Bae. Así como Clarín implementaba un régimen de trabajo que no respetaba el convenio de los trabajadores de prensa, los Olmos quieren hacerlo ahora, pero avanzando un paso más: quieren legalizar esta situación, dejando a la mitad de los trabajadores afuera, incluidas las comisiones internas, y lograr así nuevos “acuerdos” bajo amenaza con los trabajadores que están en la nueva redacción.

Si los planes de lucha anteriores del gremio, en épocas de “baja temperatura” de la lucha de clases, pudieron llevarse adelante y lograr éxitos eludiendo la confrontación directa con el kirchnerismo con el que muchos delegados y activistas simpatizan, va a ser muy difícil, por no decir imposible, cumplir honradamente con el objetivo de defender los intereses de los trabajadores de prensa, y a la vez seguir eludiendo la confrontación política con el gobierno. Esta situación no la creó la izquierda. La creó el gobierno K lanzando el ajuste, y su “brazo periodístico”, los Olmos, lanzando esta guerra contra la organización gremial de sus trabajadores, con el fin de destruir el convenio de prensa e imponer flexibilidad laboral y multitareas.

 

Es de vida o muerte que los trabajadores hagamos fraternalmente este debate

 

Quedó claro en las audiencias que el Ministerio de Trabajo no va a hacer nada para frenar a la patronal. Nuestra “carta política” para ganar esta pelea es denunciar en todas partes que la patronal de diarios K, conformada en la cámara oficialista Afera, quiere hacer con los trabajadores lo mismo que hacía Magnetto antes de que el gremio se reorganizara y luchara: arrasar con la representación gremial y con las decisiones colectivas de los trabajadores, dejándolos a merced de “arreglos individuales” con la patronal.

Dejar anotado en un acta del Ministerio de Trabajo que se proponen dejar afuera de la redacción a los trabajadores que no van a aceptar la flexibilidad laboral, es pretender legalizar tranquilamente despidos discriminatorios. Prohibir la entrada de los delegados a la redacción, es lo que antecede a los despidos en masa, como ocurrió en Crónica años atrás.

Si el Plenario Autoconvocado quiere enfrentar esto, tiene que empezar a movilizar al gremio, unir la pelea por los trabajadores del Grupo Olmos con la pelea para que se convoquen las paritarias, y empezar a denunciar con nombre y apellido, no a tal o cual personaje ignoto y secundón de la mafia de medios K, sino a la política general del gobierno en los medios, cuya cabeza es hoy el Grupo Olmos.

Los delegados y trabajadores del gremio, en primer lugar el Plenario Autoconvocado que los representa, tienen exactamente las mismas razones para salir a enfrentar esta avanzada de la patronal, como tuvieron antes para enfrentar a Magnetto. Si garantizar el éxito de aquellas movilizaciones justificaba el llamado a paros, esta situación también lo amerita.

Proponemos al Plenario Autoconvocado el llamado a una gran movilización al Ministerio de Trabajo, con cese de tareas en todo el gremio para que todos los trabajadores puedan venir, con dos puntos: convocatoria a paritarias ya, con los paritarios que ya elegimos en asambleas, y entrada a la nueva redacción de todos los trabajadores y delegados de Crónica y Bae.

 

¡Paremos el ajuste K en el gremio de prensa!

¡Asambleas, paro y marcha por las paritarias y contra la persecución sindical de la patronal K!

 

Trabajadores de Prensa del Nuevo MAS

 

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