Nuevas elecciones generales para el 26 de junio

 

Finalmente, después de cuatro meses de permanentes ruedas de prensa,negociaciones, tres rondas de consultas con el rey, una investidura fallida, intereses propios, tácticas y estrategias de por medio, se ha podido constatar que ninguno de los candidatos de los partidos que obtuvieron escaños el 20D cuenta con los apoyos suficientes para ser investido Presidente. Los votos de las urnas no alcanzaron, los apoyos necesarios para una investidura no se consiguieron y los pactos y acuerdos para formar gobierno fracasaron,por lo que habrá que convocar a nuevas elecciones en un hecho inédito en la historia democrática del país, tras la caída de Franco hace 40 años.

Ante la repetición de elecciones, la prensa burguesa y de derecha repite que esto no hace más que demostrar la incapacidad y el egoísmo de los partidos para dialogar y pactar, a la vez que alerta, con razón y temor, que los nuevos comiciosempeoren la situación de bloqueo y pantano político existente.

Sin embargo, opinamos lo contrario. Todos vimos durante estos cuatro meses el circo electoral donde cada uno, en nombre de la razón de Estado, del diálogo, de la democracia y en nombre de las necesidades de los españoles, jugó su carta para salvar la situación y su pellejo.

Vimos al PP y a Rajoy retirar su candidatura a la investidura e inamovibles en su posición de ser el partido ganador de las elecciones y en su oferta de una gran coalición con el PSOE y Ciudadanos. Ganar elecciones no significa poder formar gobierno.

Vimos al PSOE pactar con Ciudadanos y rechazar la oferta de Podemos de un gobierno de izquierda (PSOE-Podemos-IU y Confluencias) contraponiendo un “gobierno de cambio y progresista” junto con Ciudadanos y Podemos.

Vimos a Podemos, la fuerza que se proponía como la del cambio, lamentándose de que el PSOE no aceptara su propuesta, apelando y confiando hasta el último momento en el ala buena y sensible del PSOE. Sí, Pablo Iglesias y su formación confían en el PSOE y en su ala moderada, y han buscado formar gobierno con Sánchez sin cuestionar al PSOE como tal, como una de las dos patas del bipartidismo del régimen del 78, como el partido de la reforma laboral de Zapatero, el partido del 135[1] y del pacto antiterrorista entre otras cosas, reiterando hasta último momento que el PSOE no es el enemigo de Podemos y que la mano sigue tendida.

Y cuando los plazos se acababan, todos se echaron culpas y responsabilidades, todos dijeron haber hecho lo posible para llegar a un acuerdo y todos ya se lanzaron a la campaña electoral.

La repetición de elecciones expresa más que nada la falta de entendimiento o incapacidad de los políticos para pactar, es reflejo de la crisis política e institucional que atraviesa y se profundiza. La podredumbre del régimen del 78 supura por todos lados.

Los últimos datos de las encuestas señalan que es muy probable que los resultados se repitan en nuevos comicios y que exista un importante porcentaje de abstención, lo cual no hace más que prefigurar un escenario tan o más inestable y fragmentado. Y todo esto en el marco de una brutal crisis económica y social que continúa su pasosin visos de solucióndescargándose sobre las espaldas de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

Mientras tanto, la situación cotidiana de la inmensa mayoría de los españoles permanece cruel y dura. Mientras tanto el paro, los salarios que no alcanzan, recortes, privatizaciones, los desahucios, las muertes de las mujeres por violencia machista, los despidos, la huida de jóvenes sin futuro, no se detienen.Y mientras tanto la cloaca de la corrupción sigue destapándose y salpicando a todos con los papeles de Panamá y con la financiación ilegal del PP a costa del erario público como en Valencia, la trama Gurtel[2] o el caso Noos[3]. Mientras tanto, la Comisión Europea anuncia nuevos recortes y la Europa fortaleza se cierra ante la miseria de miles de refugiados. Mientras tanto, los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

La lucha de los trabajadores y la juventud de Francia indican el camino

En las últimas semanas hemos asistido a inmensas movilizaciones y enfrentamientos con lapolicía en Francia, en una extraordinaria lucha que están llevando a cabo los trabajadores y la juventud franceses en contra de la reforma laboral (ley El Khomri) que quiere imponer el “socialista” gobierno de Hollande. Los estudiantes y la juventud se han unido y juntos han desbordado a las centrales sindicales de siempre que se niegan a movilizar contra los ataques de los gobiernos. Este es el camino a seguir, jóvenes y trabajadores apelando a los métodos de la tradición de la lucha de la clase obrera, con piquetes, huelga y movilización, están dando un ejemplo al mundo. Porque si los trabajadores y la juventud franceses ganan, ganamos todos, ya que estaremos en mejores condiciones para pelear y enfrentar las políticas de ajuste que cualquier gobierno quiera imponer aquí.

Mientras los partidos se la pasaron tomando café, haciendo ruedas de prensa y ahora están abocados a una nueva campaña electoral, la crisis arrasa y nada podemos ni debemos esperar de estos payasos que con este circo nos demuestran que nada les importa la situación material concreta de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

Por esto es que la perspectiva puramente parlamentaria, institucional, electoral, no puede ser una cuestión  de fondo para los problemas de los trabajadores y el pueblo español. En la situación actual, no se trata de plantear la “lealtad institucional”, sino de hacer como en Francia, salir a las calles, coordinar las luchas para hacer saltar por los aires las podridas instituciones del régimen del 78 irrumpiendo con la movilización social, para enfrentar y derrotar todas las políticas anti-sociales, ya sea del PP o de un “gobierno de cambio” el que las lleve adelante.

 

[1] La reforma constitucional del 2011 modificó el artículo 135 y estableció que las deudas del Estado tienen prioridad frente a cualquier otro gasto estatal y que ninguna ley puede modificar esta jerarquía.

[2]Trama Gurtel: caso de corrupción vinculada al PP que funcionaba en Valencia y Madrid.

 

[3]El caso Nóos, también conocido como caso Urdangarín, es un caso de corrupción política donde están imputados la Infanta Cristina de Borbón y su esposo, hermana y cuñado del Rey.

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