El lunes 25 a las 6 de la mañana, 15 trabajadores de Siat-Tenaris son notificados de su despido al intentar ingresar a trabajar como todos los días. La empresa, perteneciente a Paolo Rocca, lanzó una ofensiva durísima sobre este núcleo de activistas, que en su conjunto constituyen la oposición a la burocracia de la UOM de Belén en la zona.

La empresa viene llenándose de dinero con las dos primeras etapas del gasoducto del Norte, una inmensa obra que abarca desde Salta hasta Santa Fe en un trayecto de más de 4000 km., que fue estipulada en casi 30.000 millones de pesos.

Si bien en el gremio metalúrgicode la zona se vienen dando una serie de despidos (Siam, Motorarg, Prosidar, etc.), este caso destaca por la envergadura del ataque, intentando llevarse puesta a una ex-comisión interna, presidentes y ex -presidentes de la mutual, activistas clasistas, y todo lo que huela a opositor.

La rápida respuesta de la base de la fábrica, que inmediatamente paró las actividades en solidaridad con los despedidos, y así lo sostuvo durante más de dos días, permitió encarar una negociación en el Ministerio de Trabajo que abrió una conciliación obligatoria con todos los compañeros adentro por un lapso de 20 días. También fue importante la solidaridad de organizaciones sociales y políticas que se hicieron presentes, entre ellas, el Nuevo MAS desde casi el primer momento del conflicto.

Esto, por sí mismo, constituye un inmenso triunfo. Sin embargo no debe hacer perder de vista que la pelea recién empieza. Hay que poner en pie una respuesta a la altura al ataque que la patronal lanzó. Está claro que están envalentonados con el nuevo gobierno de Macri, que en apenas un par de meses dejó un tendal de más de 140 mil despidos, amén de la inmensa transferencia de riqueza operada en este tiempo. Este ataque a un sector del activismo tiene elementos de “barajar y dar de nuevo”, de ruptura de un status quo y que no se sabe hasta dónde puede llegar.

Desde el Nuevo MAS estamos a disposición para toda actividad de lucha que se plantee para ganar y que los compañeros vuelvan a su puesto de trabajo. Hay que poner en pie de lucha al gremio para enfrentar los más de 11.000 despidos en el sector, y de los cuales Caló hace la vista gorda. Hay que darle continuidad a la inmensa jornada del viernes 29, en la preparacion de un paro general activo que contra los despidos, la inflación y para pararle la mano a Macri.

 

Corresponsal

 

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