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En la Argentina y en la región, si hay alguien que festeja la “nueva normalidad” son los banqueros, que no paran de llenarse de plata. ¿Es que con sus inversiones en tecnología llegan con nuevos servicios poblaciones a la población? Nada de eso: el gran, gigantesco negocio es, igual que en los 90, prestarle al Estado dirigido por políticos amigos, clientes y ex empleados.

Esto último no es ninguna metáfora: es sabido que varios de los más prominentes miembros del equipo económico hicieron casi toda su carrera en los grandes bancos. Empezando por Prat Gay, desde ya, directivo estrella de la banca JP Morgan, y por el secretario de Finanzas Luis Caputo, encargado de la negociación con Griesa, Pollack y los buitres, ex Deutsche Bank y hasta, según la agencia Bloomberg, directamente un “ex Wall Street”. Para no hablar de María Eugenia Talerico, ahora a cargo de la Unidad de Información Financiera, ente que debe investigar los casos de evasión fiscal como el más famoso de todos, el del HSBC y su conexión argentina. ¿Hace falta decir que Talerico venía de ser abogada del HSBC en esa misma causa? ¿Hace falta decir que la JP Morgan, el Deutsche Bank y el HSBC están entre los principales bancos contratados para la emisión de deuda por 16.500 millones de dólares, con comisiones por casi 30 millones de dólares?

Lo que tal vez haga falta decir es que ya antes de este negoción los bancos la estaban pasando bomba. Según cifras del Banco Central, las ganancias de los bancos, sólo en febrero, fueron de 9.031 millones de pesos, un 107% más que en febrero de 2015 y un 36% más que enero. A este ritmo, es posible que la ganancia total del sistema bancario supere con toda holgura los 100.000 millones de pesos. Es decir, más del triple de lo que aportaría el “plan social” de Macri (ver aparte). ¿Qué tiene de raro que se empiece a notar en las ganancias el espectacular curro de prestarle al Estado, en este caso vía las Lebac (Letras del Banco Central)?

Lo mismo pasa en Brasil. A pesar de que ese país sufre la recesión más fuerte desde los años 30, los bancos brasileños ganaron en 9 meses de 2015 casi un 30% más que en todo 2014, a saber, más de 25.000 millones de dólares. ¿Cuál es el secreto de este “desafío a la ley de gravedad”, como lo llama The Economist? El mismo que acá: garantizarse astronómicas tasas de retorno reales prestándole al Estado; los bonos públicos representan ya un cuarto de sus activos.

Así funciona el asunto: el Estado se endeuda y emite bonos, los bancos ganan millonadas por préstamos y comisiones a tasa garantizada, los trabajadores y el pueblo se ajustan. Acá y allá.

M.Y.

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