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TECPLATA: Después de la conciliación obligatoria

 

Luego de tres días de lucha con el acampe en las puertas de la terminal de contenedores y una exitosa movilización al Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, los trabajadores de TecPlata obtuvieron una primera conquista de su lucha: la conciliación obligatoria. Es importante hacer un balance de esta conciliación que siempre es un arma de doble filo (sobradas experiencias hay en el movimiento obrero).

Se ha conseguido una «tregua». Por un lado, se le arrancó la conciliación a un pulpo empresarial filipino, que jamás le interesó sostener los puestos de trabajo y su mejor salida en favor de sus intereses es despedir, y en todo caso esperar a que en el país haya «mejores condiciones»… es decir: sueldos más bajos y mayores beneficios para los empresarios. Sin embargo, la conciliación dura dos semanas, en las cuales la empresa va a intentar continuar con sus planes. Es necesario aprovechar estos días que quedan para fortalecer la organización.

 

La responsabilidad del gobierno

 

TecPlata es una muestra más de la política que este gobierno empresarial tiene para el conjunto de la clase trabajadora. A pesar de que cuenta con 100 días, ya ha dado sobradas muestras de que gobierna para los ricos y poderosos, haciéndonos pagar a los trabajadores la crisis. Al contrario de cualquier política de «pobreza cero», lo único que tenemos son paritarias muy por debajo de la inflación, tarifazos en los servicios básicos y el transporte, y por sobre todas las cosas, los más de 120 mil despidos entre el sector público y el privado, acompañada de una campaña sucia para legitimarlos diciendo que «son todos ñoquis». Al contrario de todo esto, a los empresarios le han sembrado un lecho de rosas: a tan sólo 10 días de asumir, aplicaron una de las devaluaciones más brutales de las últimas décadas del orden del 60%, que tuvo como consecuencia inmediata un impulso a la inflación que ya veníamos sufriendo los trabajadores. Además, la quita de las retenciones al agro y las mineras, para que los que ya se venían llenando los bolsillos con las exportaciones, den un salto en sus ganancias. Por si fuera poco, el pago a los fondos buitre es una de las entregas más escandalosas de las riquezas del país al imperialismo yanqui; una hipoteca que los trabajadores vamos a pagar… y ya lo estamos haciendo.

Para vendernos este cuento, Macri nos ha dicho que no podemos aislarnos del mundo y que las deudas hay que pagarlas. En primer lugar, la deuda externa fue contraída no por los trabajadores y el pueblo sino por las empresas privadas (de las cuales el grupo Macri es una de ellas) que estatizaron su deuda en la época de la dictadura militar del 76. Nos dicen que si pagamos las deudas se nos abren las puertas al mundo. Que si les va bien a los empresarios después les va a ir bien a los trabajadores. Sin embargo, la lucha de los trabajadores de TecPlata lo desmiente. Para que a los trabajadores les vaya bien hay que mantener los puestos de trabajo y un nivel salarial que permita desarrollar una buena calidad de vida. Y vaya qué buena forma de conectarnos con el mundo que con un puerto en pleno funcionamiento… el mismo que están cerrando!!

De ahí que el intendente de Berisso, Nedela, busca instalar la promesa de inciertas nuevas fuentes de trabajo por la vía de nuevas fábricas en la región. Promesas vacías de las cuales surgió este mismo conflicto y que en el fondo no nos está dando ninguna salida: la única certeza que nos da es que ya no hay que pelear por la reincorporación, que ya no se pueden recuperar esos puestos y hay que buscar otro trabajo. Nada distinto del discurso de la patronal filipina y en total sintonía con el gobierno de Macri, al cual él pertenece, que habilita los despidos masivos que ya se están rumoreando tanto en el Astillero Río Santiago como en YPF.

Esta situación también es producto de la política del gobierno de Scioli, que se ha dedicado a especular sobre negocios rentables para la empresa sostenidos sobre las promesas de una campaña electoral fallida, en lugar de tener una política de Estado no sólo para garantizar las fuentes de trabajo sino para poner efectivamente en funcionamiento un puerto que es tecnológicamente el más avanzado de Latinoamérica.

 

Continuemos por el camino de la organización y la solidaridad

 

La vitalidad y fuerza de la lucha tuvo como fuente el reflejo de los trabajadores de cortar inmediatamente las puertas de TecPlata para la defensa de su trabajo y permitir rodear de solidaridad el conflicto. Gracias a esta confluencia hemos dado pasos claves, como sacar el conflicto hacia afuera y logrando advertir al conjunto de los trabajadores de la región sobre los despidos masivos que se avecinan para todos.

El sindicato lamentablemente no estuvo a la altura de las circunstancias. Este conflicto se viene gestando desde hace años, en los cuales durante los últimos meses los trabajadores estuvieron con licencias. Pese a este largo arrastre, no se los  preparó  para enfrentar este desenlace.

Sabemos que no es la política del gobierno ni la patronal jugarse por los puestos de trabajo. Necesitamos de la fuerza de los trabajadores para conservarlos, y es por eso que un paro portuario es una herramienta importantísima que el sindicato tiene en sus manos, por la defensa de los trabajadores de TecPlata y de todas las ramas portuarias que pueden ser las siguientes víctimas.

Venimos de dar un gran primer paso pero sabemos que acá no se termina. Necesitamos profundizar el camino recorrido hasta esta parte. Hemos sido distintos gremios combativos, los partidos de izquierda, estudiantes, los que nos hemos acercado desde el primer minuto, aportando a la construcción y puesta en pie del fondo de lucha, del acampe y la movilización. Es importante sacar provecho de esto y realizar una gran marcha este jueves en la segunda audiencia en el Ministerio de Trabajo.

Desde el Nuevo MAS venimos proponiendo la puesta en pie de un Comité de Apoyo Abierto, para sostener los lazos construidos, y dar un marco organizativo a las tareas que hay por delante. Por el desarrollo de este conflicto y el difícil contexto económico, es de crucial importancia llevarlo a otras fábricas, como YPF, el astillero, y las facultades, como se viene haciendo, en el camino de exigirle al gobierno provincial y nacional la efectiva reincorporación y mantención de los puestos de trabajo. Ante la posibilidad de la negativa a conseguir nuevos convenios con líneas marítimas alternativas, es el Estado y el gobierno quienes deben hacerse cargo de la empresa estatizándola y garantizando el comercio y la reincorporación de todos los despedidos. Es de esta manera que el puerto puede cumplir la promesa de crecimiento para la región, incorporando nuevos trabajadores para que  tenga un pleno funcionamiento. Sólo la lucha de los trabajadores puede doblegar la voluntad del gobierno e imponer esta salida.

 

Agustín F., Gustavo F.F.

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