Por Fernando Dantés



 

Una pelea crucial para el nuevo movimiento obrero

 

En poco menos de un mes se realizarán las elecciones del SUTNA, el sindicato nacional de los obreros del Neumático. Se trata esta de una pelea trascendental para la recomposición del movimiento obrero: es el primer gremio nacional que está en condiciones reales de ser recuperado de manos de la burocracia sindical. El contenido potencialmente histórico de la recomposición, su evolución en un sentido revolucionario, no es algo que esté predicho de antemano. Depende de la evolución real de sus tendencias internas, de que sus fuerzas conscientes pasen la prueba de los acontecimientos. También en este sentido, el SUTNA es fundamental: pone a prueba a cada corriente política que actúe en el seno de la nueva generación obrera pues casi todas las principales fuerzas de la izquierda tienen militancia allí. En este sentido es que queremos encarar esta polémica.

Las fuerzas del FIT, una vez más, están jugando un muy triste papel en la pelea de los obreros del Neumático. Nos centraremos en debatir con el PO. Son ellos los principales impulsores de dividir a la oposición anti burocrática del gremio en la pelea por recuperar el SUTNA de manos de la burocrática Lista Violeta y su dirigente, Pedro Wasiejko. Los compañeros del PTS están jugando el papel de segundo violín. Un segundo violín al que no se le deja tocar muy fuerte y que, si se atreve a levantar un poco el tono, es inmediatamente reprendido y puesto en su lugar por la persona mayor. Y el segundo violín acepta la reprimenda, guarda silencio y se sienta obedientemente en el rincón de la habitación, sabiendo que no hizo las cosas bien.

 

El PO miente: ellos boicotearon la unidad

 

A primera vista, la discusión aparece así. La Violeta de Pedro Wasiejko conduce el SUTNA Nacional y casi todas las Seccionales con excepción de una, San Fernando. Esta última es la seccional de los obreros de la fábrica FATE, la más avanzada del gremio, y está conducida por la Lista Negra (compuesta mayoritariamente por compañeros sin identificación política de izquierda, más militantes del PO). A su vez, hay un incipiente proceso de rechazo a la burocracia en Firestone (Seccional Llavallol). Allí la empresa sufrió una derrota importante: se vio obligada a reincorporar a dos activistas despedidos por persecución sindical, “Tehuelche” y “Maxi” Cisneros. ¡Ellos son quienes encabezan la Marrón en Firestone!

Con la cara dura como un ladrillo (eso sí, un ladrillo muy rojo), en su último periódico el PO miente descaradamente sobre lo sucedido en el SUTNA:“En una nueva actitud divisionista y pro burocrática, el MAS ha presentado una lista nacional y seccionales en Fate y Firestone. A pesar de haberse quedado en absoluta soledad, ha rechazado cualquier tipo de integración a las listas de frente único. No es sólo decisión de un pequeño grupo irresponsable: se trata de una definición política estratégica, por parte de quien propugna el frente único con el kirchnerismo. Su divisionismo en el Sutna es sugestivamente funcional a una burocracia K.” (Prensa Obrera 1404)

 

La Lista Marrón impulsó una política unitaria de cara a las elecciones, en la que estén representadas todas las tendencias opositoras, tanto a nivel nacional como seccional. Sin embargo, los compañeros de la dirección de la Lista Negra, sobre todo el PO, rechazaron cualquier acuerdo en FATE. “Aceptaban” sí un acuerdo en la lista nacional pero se cerraron a todo lo que implique una dirección colectiva de la experiencia del SUTNA; es decir, unificarse a todos los niveles. A pesar de esto, se presentan como “unitarios” tras haber alcanzado un acuerdo con la Lista Roja y con el PTS. Acuerdo posible en tanto estos compañeros han aceptado ser marginados de toda responsabilidad de dirección en FATE y, por lo tanto, en el más importante bastión del proceso del SUTNA. Pueden darle muchos nombres a esto, pero de “unitario” no tiene nada. El planteo de la Marrón fue muy concreto: Lista unitaria en la nacional, integración de un compañero de la Marrón por la minoría en la lista de la seccional San Fernando, integración de un compañero de la Negra por la minoría en la lista de Firestone-seccional Llavallol.

La frase “ha rechazado cualquier tipo de integración a las listas de frente único” es, tal vez, la mentira más indignante. La Marrón difundió varios comunicados de llamado a la unidad. “Basta de divisionismo: ¡Por la unidad, firmá los avales de la Lista Marrón!”, “Unificar la oposición para derrotar a Wasiejko”, “La oposición unificada puede recuperar el gremio”, son solamente tres de ellos. El PO y la Negra no pueden mostrar ni un solo llamado a la unidad. Se olvidan de mencionarlo. Se “olvidan” también de las cientos de firmas juntadas en la base exigiendo la unidad. Se olvidan que sus condiciones de “unidad” eran inaceptables. Nos exigían echar por la borda los años de pelea de la Marrón en FATE, aceptar desaparecer artificialmente. No por falta de representatividad (las 300 firmas de compañeros de base lo demuestran), sino por seguir un capricho burocrático. Les exigían a “Maxi” Cisneros y “Tehuelche” que desechen años de lucha por volver a la fábrica para organizar a sus compañeros. Lucha que nadie del PO apoyó consecuentemente. ¡Eso no es “unidad”, es faccionalismo!

¿Por qué ocultan descaradamente todo esto? Porque la única forma de justificarse es mintiendo. ¡No se atreven a decir cuál fue la discusión real! ¡Juegan a las escondidas para justificar sus maniobras burocráticas!

Toda la experiencia del SUTNA, así como todos los datos que arrojan las pruebas electorales del gremio (elecciones del sindicato, elecciones de CTA del año pasado, etc.) muestran esa realidad: con la unidad y nada más que la unidad de toda la oposición se le puede hacer frente a Wasiejko y ganarle el gremio. Las frases triunfalistas de la Negra como “el 2 de Mayo asumimos” (sic!) sirven solamente para desarmar a los compañeros frente a la pelea que se viene, buscar llevarse el “voto útil” y dinamitar toda posibilidad de pelea unitaria. Proclamar el triunfo por adelantado es irresponsable. En todo caso, pone toda la responsabilidad del eventual triunfo de Wasiejko en la Nacional y en Llavallol (ambas con posibilidades de ser peleadas) sobre los hombros de la Negra. Pues… ¿Para qué la unidad si “ya ganaron”? Nuestros compañeros juntaron cientos de firmas exigiéndole a la Negra que ceda con el planteo de la lista unitaria. Esto, evidentemente, incluye a compañeros que los votan a ellos. La voluntad de la base es la unidad. ¡La unidad en el gremio, la inclusión de las minorías en las listas seccionales, era la única política de democracia obrera en el SUTNA!

 

Digamos una última cosa. ¿Qué tan cierto es que “No es sólo decisión de un pequeño grupo irresponsable: se trata de una definición política estratégica, por parte de quien propugna el frente único con el kirchnerismo”? El descaro con que el PO miente, nos obliga a citar algo escrito anteriormente por nosotros también en polémica con ellos: “Pasemos por alto la supuesta reivindicación de la ‘resistencia’ del sindicalismo K. Se trata de una injuria, un invento. Nuevamente, el PO se parece al estalinismo. ‘Como no puedo debatir con las posiciones de mi adversario… las invento’. Otra cosa muy distinta es reivindicar la necesidad de la unidad de acción. Si esas directivas sindicales convocan a paros y movilizaciones contra el ajuste… ¿No habría que participar? ¿No fuimos parte acaso de la movilización estatal del 24 de febrero con la kirchnerista Verde y Blanca de ATE? Los compañeros parecen tener muy afinado el método de tapar debates con pilas de injurias” (Socialismo o Barbarie 370). El PO es, evidentemente, incapaz de debatir con nosotros sin mentir.

 

Un gremio en disputa: las experiencias de 2007-2008

 

Para el PO, parece que la experiencia de los trabajadores del Neumático hubiera comenzado con su (tardía) aparición, que por alguna nunca explicada política correcta de combinación electoral, de repente están encabezando una lista que conduce una seccional. En su declaración acerca de la traición de uno de sus miembros, que se pasó a la Violeta, dice la Negra literalmente que lograron “imponer un método que (h)a llevado estos últimos 4 años, no sólo a frenar los intentos de avances de la patronal, sino a obtener logros año tras año…”. En el número 1394 del periódico del PO, dice en una entrevista su referente de la Negra: «Hace cuatro años peleábamos para recuperar la seccional y ahora vamos por el sindicato nacional con la lista Negra». A primera vista, estas frases no tienen nada raro, nada más que una reivindicación de la “gestión” de la Negra.

Hablar de los últimos 4 años y nada más es negar la historia real del SUTNA y encierra una concepción peligrosa de cómo militar en el movimiento obrero. Vamos por partes: ¿Se “recuperó” hace 4 años el SUTNA San Fernando como afirma el compañero que citamos? Sus palabras pueden ser una deliberada mentira o una auto-inducida falta de memoria.

La Seccional San Fernando fue recuperada en el 2008, no en 2012. Y la recuperación de este importante organismo obrero no fue de la mano de la Lista Negra, sino de la Marrón, a la que pertenecían en ese momento los actuales miembros de la primera. Esta aclaración no la hacemos en afán de ser quisquillosos. 2007 y 2008 fueron años de profunda conmoción en FATE, fue en ese momento en el que se desató una rebelión en regla de la base que, en enfrentamiento abierto con la patronal y la burocracia, supo recuperar su seccional y su cuerpo de delegados. La síntesis organizada de esta experiencia fue la Lista Marrón, en la que confluyeron los activistas surgidos de este proceso. Un referente indiscutible de esta experiencia fue Jorge Ayala y por eso fue él quien encabezó en 2008 la lista nacional que, sin haber tenido en ese momento un contacto sistemático con el resto del gremio, estuvo a tan sólo a 300 votos de recuperarlo. Y el partido que se volcó con todo al apoyo de los trabajadores de FATE en su rebelión fue el Nuevo MAS y ningún otro. Fue por eso que, en ese proceso, el compañero Ayala se incorporó a nuestras filas, dando el salto de referente sindical a militante revolucionario. Los compañeros del PO se conformaron con hacer alguna reseña periodística de los hechos y poco más.

¿Por qué hacemos esta aclaración? Porque la experiencia del Neumático tiene por puntapié inicial una importante experiencia de lucha marcada por la amplia participación de la base de la fábrica. Esas son y seguirán siendo las raíces de todo proceso antiburocrático digno de ese nombre. La expulsión de la burocracia de los sindicatos no se podrá hacer con alguna combinación electoral exitosa, en la que la base mira con simpatía pero pasivamente y desde afuera cómo algunos referentes aprenden a hacer política, armar listas sindicales y ganar seccionales. Sin procesos de este tipo, todo organismo sindical “recuperado” tendrá el deslucido aspecto de un inestable castillo de naipes. Así fue en FATE y así seguirá siendo en todas las luchas del movimiento obrero.

Ahora bien, ¿qué pasó en 2012? ¿De qué se trata la historia que sí reivindican los compañeros del PO? Entre el 2008 y el 2012, producto de la derrota de 2008, hubo un proceso de diferenciación interna al interior de la Marrón. Un sector de compañeros de la Seccional comenzó a desconfiar de los métodos de lucha que les habían dado cargos sindicales, a confiar más bien en los arreglos y las negociaciones por arriba. Y los compañeros del Nuevo MAS eran quienes más insistentemente peleaban por mantener los principios de la Marrón sintetizadas en su slogan: “Asamblea, lucha y unidad”.

Esos compañeros formaron la Lista Negra, con abierta hostilidad hacia nuestro partido y la izquierda en general. De hecho, llegaron a ensayar un acercamiento a la burocracia sindical de la CTA Micheli y conformaron una lista con la Verde, carneros de la Violeta de Pirelli cuando la lucha del 2008. Esta orientación fue impulsada fundamentalmente por quien encabezó la lista nacional de la “Negra-Verde” en ese momento: Marcelo Gallardo, el traidor que acaba de pasarse sin vergüenza a la Violeta. ¡Linda historia para reivindicar! Ruptura con la izquierda y acercamiento a la burocracia: ese fue el nacimiento de la Negra. En ese momento era una hipótesis completamente realista que los compañeros se acercaban a la abierta traición de los principios que los habían llevado a la dirección de San Fernando. Sin embargo, lo que sucedió es que su conservadurismo se cristalizó pero la traición no se consumó.

¿Qué raíces vamos a reivindicar entonces, compañeros, para la importante experiencia de FATE? ¿La explosión de la base, su participación masiva en la lucha contra la empresa y la burocracia? ¿O una ruptura de la unidad acompañada de acercamiento a un ala de la burocracia sindical? El PO parece optar desvergonzadamente por la segunda opción. Les guste o no, las luchas de 2007 y 2008, que no supieron acompañar y apoyar (mucho menos encabezar), son el origen de la situación abierta en el SUTNA, la fuente de la actual posibilidad de disputar el gremio nacional.

Hablemos brevemente de la segunda fábrica más importante del gremio, Firestone. La Lista Marrón de Llavallol-Firestone está encabezada por dos compañeros activistas que fueron despedidos y reincorporados por su tenaz pelea, por no dar el brazo a torcer. La base de la fábrica expresa su hartazgo con la Violeta, pero la organización de la oposición todavía es inicial. Si hay posibilidades de ganar es por un margen estrecho. Dividir a la oposición, como busca hacer la Negra con una lista armada improvisadamente con el único objetivo de “joder” a la Marrón, es criminal, es entregar a los obreros de Firestone a los brazos de la Violeta. ¡El PO prefiere una dirección Violeta a una Marrón!

Su concepción de secta filo-estalinista los hace marearse con su actual ubicación en el SUTNA, creyendo que ésta demuestra automáticamente que “tienen razón” y que su política es correcta. En qué tendrían razón y cuál fue su política correcta no hay forma de saberlo, pues lo único que saben hacer es repartir insultos y mentiras. La Marrón es una tendencia real, con peso y tradición en FATE y en el SUTNA. ¡Que se atrevan sino a hacer esta discusión cara a cara con la base, en un debate abierto! No pueden. En todo caso, si la actual correlación de fuerzas demostrara automáticamente qué política es correcta, eso sólo le daría la razón… a la Violeta.

Lo único que demuestran con su sectarismo estéril hacia la Marrón, es un terror poco disimulado a que la misma tenga más espacio de impulsar sus posiciones. El PO sólo puede imponer las suyas jugando a las escondidas, imponiéndolas con maniobras en las alturas. Su política en el SUTNA jamás fue impulsar la organización de los trabajadores, jamás fue tomar el impulso de una base luchadora para hacer política clasista. Todo esto encierra una concepción en extremo burocrática y sectaria de cómo dar la pelea por la recuperación de los sindicatos. La aparición del PO, su estalinista infalibilidad, su ultra revolucionario armado de listas sindicales, sus campañas electorales (capaces de enamorar a todo dirigente sindical, burocrático o no, y llevarlo al buen sendero de las urnas) será la fuente primera y última de la construcción del clasismo en el movimiento obrero. Jamás una rebelión de la base que empalme con una combativa política de la izquierda y los luchadores. No. Eso es “marginal” y “divisionista”.

 

La diversidad de tendencias en el SUTNA y el burocratismo

 

La conducción de la Violeta, como la de toda burocracia sindical, ha dejado bien clara su posición frente a la democracia obrera. Estas palabras simplemente no son parte de su vocabulario. La burocracia sindical no es un canal de expresión de las tendencias, opiniones y estados de ánimo de la base. Son la correa de transmisión de las empresas. Más allá de los matices ideológicos que puedan tener entre ellos, nunca son éstos la expresión de lo que quieren y opinan los trabajadores. La actual estructura sindical, los estatutos, la preeminencia de los organismos directivos por sobre cualquier instancia deliberativa de base son la pesada herencia de la burocratización de los sindicatos.

Distinto fue con la vieja Marrón y lo es con el clasismo en general. La anterior conducción del SUTNA San Fernando era un acuerdo de todos los activistas que se habían enfrentado a Wasiejko, con muchos matices ideológicos y metodológicos entre ellos. Como hemos dicho, la estructura en sí misma de los sindicatos tal cual es no es ninguna garantía de democracia obrera. Ahora bien, si el activismo echa a la burocracia y logra imponerse como dirección, hay un mecanismo que hace mucho más flexible al organismo sindical frente a los cambios de ánimo de las bases, de su radicalización o de su retroceso, de su ánimo de pelea o de tregua: la presencia en la dirección de todas las tendencias anti burocráticas representativas de la base.

Con la vieja Marrón se realizaban reuniones regulares de la Seccional junto al Cuerpo de delegados. Éstas le daban un contenido profundamente distinto al SUTNA San Fernando respecto a todos los demás sindicatos: le quitaba la preeminencia burocrática del Secretario Gral. o el directivo que le impuso la burocracia sindical a los trabajadores. Más importante aún, las diferencias al interior de la Marrón se dirimían en las asambleas, llenando de contenido al SUTNA y a la Marrón con el respaldo activo y organizado de los obreros. Y esto podía ser garantizado en última instancia porque todas las tendencias anti burocráticas de FATE tenían su voz en la dirección. Todas: tanto la Negra como la actual Marrón, la Roja y el PTS. Así, el SUTNA San Fernando logró ser un ejemplo poco común de democracia obrera, que reflejaba fielmente el estado de ánimo de la base. Y, con orgullo, podemos decir que en los momentos en que la disposición de lucha de los trabajadores alcanzaba su punto de ebullición, las propuestas de los obreros del Nuevo MAS eran mayoritarias casi siempre.

Esta experiencia es, evidentemente, opuesta por el vértice a las pretensiones filo-burocráticas y de unicato del PO. En nada nos debe extrañar que su aparición en el gremio fuera de la mano de la Negra cuando el giro conservador de su dirección estaba ya bastante cristalizado. La Marrón está exigiendo tener al menos un candidato de la Seccional de los 5 que hay. Ya hemos descrito cuál ha sido el rol de la Marrón en la historia del SUTNA, así como su grado de representatividad relativa en la base. Su cerrada negativa, tanto con nosotros como con cualquier otra expresión de la base, es parte de su política global hacia el movimiento obrero. Es una concepción sectaria y burocrática del rol de la izquierda entre los trabajadores. Esto fue lo que hizo naufragar el Encuentro de Racing, la pretensión estalinista del PO de imponer quién podía hablar y quién no. Esto es lo que hubiera podido hacer naufragar la experiencia de los SUTEBAs Multicolor en el caso de que el PO hubiera tenido margen para eso.

El unicato no es el método del clasismo, es el de la burocracia. Más aún si es el unicato de un agrupamiento (y un partido) que no ha pasado por la prueba de luchas como las de 2007-2008 contra quienes sí la pasaron, si se trata de una lista sindical cuya dirección ha mostrado sobradamente no sólo no estar en condiciones de impulsar esos métodos sino que abiertamente los rechaza.

¿Por qué semejante desvarío de un partido que se dice revolucionario? Por el mismo motivo por el que no vieron que tuviera importancia darles su apoyo a los obreros del Neumático antes de que le diera alguna ventajita electoral al PO. Por el mismo motivo por el que le dieron la espalda con alevosía a la lucha de Gestamp en 2014. Porque su concepción de un partido obrero no es el de una organización revolucionaria cuya política deba empalmar con los procesos de lucha de la clase trabajadora. Lo que va del partido a los trabajadores lo es todo, lo que va de los trabajadores al partido no es nada. Toda expresión de lucha obrera que no salga de la agendapreestablecida por la dirección del PO es vista como peligrosa… o “facciosa”.

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