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Organismos de derechos humanos en la Casa Rosada

 

El pedido de audiencia de los organismos con el presidente al fin se concretó. En este caso la reunión entre Abuelas, HIJOS, Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y el CELS con el primer mandatario tiene un contexto del cual no nos podemos despegar para evaluar su significado. En realidad, “es su significado”.

Que sea previa a la visita del presidente Obama a los 40 años del golpe militar del 76 es el hecho más importante. Porque las fechas no son anécdotas. Son la expresión de procesos concretos de la historia, de la lucha de clases, sean triunfos o derrotas. Las fechas grabadas en la memoria de los trabajadores y el conjunto de la población se mantienen a través de la historia por más que las quieran borrar con mentiras, tergiversaciones, feriados, dinero de los fondos públicos para llenar los bolsillos de los afectados y sus familias, etc. La burguesía y sus lacayos, como la burocracia sindical, se han dedicado (y se dedican) pacientemente a esta tarea porque por esas fechas, aparentemente inofensivas, se transmite la memoria de luchas históricas, genocidios, gestas del movimiento obrero y popular que quieren borrar para siempre. Porque de su supervivencia en la memoria colectiva depende su existencia futura (o no) de la clase dominante y sus defensores “de bolsillo”.

Una de ellas en nuestro país es el 24 de marzo de 1976. Desde la caída de la dictadura, hubo movilizaciones importantes y menores, pero siempre ha sido recordado y repudiado colectivamente. Los K, intentando bajar los decibeles de su carácter de lucha, lo convirtieron en día feriado. Pero aun así, no lograron quitarle su contenido: lo maquillaron, pero no lo transformaron, porque la memoria activa le ganó la pulseada a la pasividad y a la desmovilización. Miles de jóvenes, familiares afectados, ex detenidos y secuestrados, se siguieron movilizando en las calles, en algunas ocasiones con mayor concurrencia. Siguió siendo un día de lucha, un día que marcó un antes y un después en la historia.

Macri, en un acto de evidente provocación, trae al genocida mayor del planeta para “festejar” con él el 24 de marzo. ¿Qué va a festejar Mauricio? ¿Que el presidente estadounidense va a liberar a los 91 presos que quedan en Guantánamo enviándolos a sus países de origen o a otras humanitarias cárceles yankys? Seguramente será parte del festejo, junto con los asesinatos en Irak, las muertes, las desapariciones, las prohibiciones a la actividad política y sindical en Argentina y en Latinoamérica durante la década del 70. Eso es lo único verdadero.

Al recibir a los organismos de derechos humanos, así como si se concreta la visita a la ESMA junto al presidente Obama, no es más que una maniobra para lavarse la cara él y la del presidente yanky. Lo demás, que vayan a la ESMA, que lloren lágrimas de cocodrilo, que canten loas a la democracia… eso sí es puro carnaval.

La reunión con la sra. de Carlotto y representantes de otros organismos de derechos humanos es parte de ese andamiaje siniestro, más allá de las intenciones al concurrir a ella. No porque nos parezca equivocado dialogar con el gobierno ni menos aún presentar un pliego de justos reclamos, sino por el momento político en el cual el gobierno llama, después de realizar ataques concretos a la libertad de protesta, de realizar defensa de genocidas, de cuestionar las cifras oficiales de desaparecidos, de recibir a una agrupación de familiares de genocidas.

Los mismos personajes que hicieron eso, ayer se “pusieron los disfraces” de defensores de los derechos humanos.

Más que nunca, defendamos el 24 de marzo como día de lucha

Los referentes presentes de la agrupación HIJOS y del CELS denunciaron el carácter de provocación de la visita de Obama y denunciaron el Protocolo de Seguridad. Contrastando con esta actitud, la sra. de Carlotto no puso la denuncia en el centro de la escena, sino en las virtudes del encuentro, en el que a Macri “creo que le llegó este mensaje” porque empezó con una cara y terminó con otra. Además, el presidente aseguró que no se interferirá en la realización del acto en la Plaza de Mayo.

El Presidente puede cambiar su cara, pero no confiamos en sus palabras ni en sus disfraces. Ningún gobierno patronal, menos aún uno reaccionario hasta la médula, con un titular que viene de una familia colaboradora de la dictadura, que lanza un ataque brutal a los trabajadores, cambia si no se lucha y se logra que sus planes sean tirados a la basura.

Lamentablemente, la señora de Carlotto alentó expectativas en un cambio en la actitud del gobierno. Dejó en el arcón de los recuerdos que sin la movilización más intransigente no se hubiera recuperado ningún nieto ni avanzado en los juicios.

¡Tiremos abajo el andamiaje siniestro de Macri-Obama y su séquito!

¡Por un 24 de marzo de lucha, unitario, para repudiar los ataques de ayer y de hoy!

¡Por la más amplia unidad para tirar abajo el Protocolo antiprotesta!

¡Por una movilización unitaria que repudie al plan Macri-Bullrich-Burzaco y no baje las banderas del 24 de marzo!

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