A tres meses del inicio del conflicto del gremio municipal de Córdoba Capital, contra la avanzada antiobrera y privatista del ejecutivo municipal, encabezado por el intendente radical-macrista Ramón Mestre, con la creación de un ente autárquico, una verdadera Municipalidad paralela, que de tener resultado favorable, amenazaría la estabilidad laboral de los trabajadores, favoreciendo la concesión de los principales servicios, que hoy brinda el municipio, a empresas privadas, encabezadas por los grandes grupos de la construcción. El cuadro de situación en la provincia se ha modificado substancialmente.

Repasemos un poco la historia: Cuando el intendente Mestre, el delfín radical del PRO-Cambiemos, advierte la posibilidad del triunfo de Macri en el balotaje, toma aire y ataca con la instrumentación de su plan, los trabajadores municipales con la dirección del sindicato a la cabeza, responde con un plan de lucha consistente en un proceso de asambleas por repartición, retención de servicios, piquetes y masivas marchas por el centro de la ciudad, recordándole que son un sector de gran tradición de organización y lucha, que no está dispuesto a dejarse avasallar (como lo atestiguan las duras luchas libradas y ganadas a lo largo de la década del 80 y 90).

Casi simultáneamente entraron en escena otros sectores obreros y populares, que aumentaban la relación de fuerzas hacia los trabajadores, como los empleados de EFACEC, resistiendo el vaciamiento de los empresarios, los compañeros del molino Minetti, y la gráfica Master, tomando la fábrica; los trabajadores provinciales de la salud contra la amenaza de despidos y por un bono de fin de año, y se realizaron masivas marchas de otros sectores populares, como la Marcha de la gorra (15.000), o contra la violencia de género (8.000) además de sumarse los de Luz y Fuerza (EPEC) y judiciales.

Desde el Nuevo MAS, que estuvo apoyando la lucha, con sus militantes y realizando volanteadas, a la par que participaba de cada una de las actividades del conflicto desde que arrancó, advertimos que la posibilidad de un triunfo estaba condicionada a la unificación de todos los sectores en lucha, exigiendo a la CGT la convocatoria a un paro provincial para derrotar el ajuste. Pero lejos de eso, los dirigentes de la central sindical (con José “Pepe” Pihen, de empleados públicos, Dragún de SMATA y Monserrat de docentes) le amortiguaron el efecto al gobierno y a Mestre, dejando librado a su suerte a cada sector.

Fue entonces, a partir de que municipales queda luchando solo, a finales de diciembre, que el “mago” Schiaretti sacó su conejo de la galera, y propuso levantar las medidas de fuerza, y aceptar un periodo de 15 días de “conciliación voluntaria” en el Ministerio de Trabajo provincial, teniendo en cuenta que comenzaban las vacaciones, y eso le restaría poder de fuego al gremio, favoreciendo la posición del intendente.

Pero había tras de esto otro propósito: avanzar con la rebaja del monto jubilatorio de los estatales cordobeses (19%) a través de la sanción de la llamada “ley de armonización previsional”, sin confrontación en las calles (aunque hubo una masiva marcha de rechazo)

 

Un nuevo escenario se dibuja a partir de comienzo de año

Desde el Nuevo MAS queremos plantear un diálogo con los trabajadores cordobeses, para intentar sacar conclusiones y reflexiones que permitan orientar un nuevo rumbo ante las batallas que están por delante, contra el plan de ajuste del tándem Macri, Schiaretti y Mestre. Pero para lograrlo es imprescindible caracterizar con precisión cuál es la naturaleza del mismo y sus alcances.

Veamos en ese sentido, algunos hechos recientes que nos ayudarán a despejar ciertas incógnitas y llegar al nudo central del problema.

El SUOEM, hace una semana o más, abandonó la negociación, ante la negativa del intendente, a ofrecer nada, ni siquiera la devolución de los fuertes descuentos sobre los sueldos de diciembre a gran parte del personal, y volvieron a las asambleas y acciones de lucha, aunque numéricamente mermadas por las licencias, y el Ejecutivo sancionó a través del Concejo Deliberante (con el voto favorable de la oposición peronista) la promulgación del ente. Mientras esto ocurría el pasado viernes 22, se conoció la decisión del gobernador de Córdoba, Schiaretti, de desvincular miles de contratados, enviando ya los telegramas (aproximadamente 2.500 a 3.000).

En Unquillo, que es una localidad cercana a la capital cordobesa, a unos 20 km., también el intendente Fabrizzi (del frente Massa, De la Sota), provocó un conflicto por el despido de 190 compañeros, el 60% del personal, que respondió con asambleas y movilización, hasta que fue inducido por la dirección sindical de ATE, CTA y la Federación de municipales del interior, de aceptar una “conciliación voluntaria”, propuesta por el gobierno provincial.

Toda esta concatenación de ataques a los estatales cordobeses no son planes aislados, que por casualidad coinciden temporalmente, sino todo lo contrario: Son parte de un proyecto unitario y global pergeñado por el gobierno de Macri, para achicar los gastos del Estado, favoreciendo los intereses de los grandes capitalistas, y hacer recaer los costos de la crisis, sobre las espaldas de los trabajadores. Schiaretti y Mestre sólo son sus instrumentos políticos en la provincia.

Desde una vereda opuesta creemos que para los trabajadores del país, también sería de gran importancia frenar el ajuste en Córdoba; esto le daría un gran impulso a las luchas a nivel nacional, contra el plan neoliberal del gobierno nacional.

Por esto desde el Nuevo Mas impulsamos un plan de lucha nacional, proponiendo una convocatoria a un encuentro obrero de todos los sectores en lucha, para exigir un paro general activo, con asambleas y movilizacion. Para pararle la mano a Macri y sus testaferros en la Provincia, Schiaretti y Mestre.

 

  • Abajo el Ente autárquico municipal privatista
  • Reincorporación de todos los despedidos provinciales
  • Pase a planta de todos los contratados municipales y provinciales
  • Paro general activo “ya”

Pollo

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