Por Víctor Artavia



 

Uno de los rasgos más peculiares del movimiento sindical costarricense es su mayoritaria concentración en el sector público. Esto representa una de sus principales debilidades, pues implica que gran parte del 86% de los asalariados del país que laboran en la empresa privada carecen de sindicatos para defender sus derechos y reivindicaciones.

 

Lo anterior es resultado de una combinación de factores históricos y políticos, entre los cuales queremos destacar dos. En primer lugar, la profunda derrota que sufrió la clase obrera en la guerra civil de 1948 y la consecuente destrucción de una rica cultura de organización sindical que se gestó a lo largo de la primera mitad del siglo XX. En segundo lugar, el gremialismo y la despolitización de las principales dirigencias sindicales en la actualidad, rasgos que explican la carencia de una orientación para luchar por la libertad sindical en la empresa privada e impulsar la formación de sindicatos en el sector.

 

A pesar de esto, en los últimos cuatro años se produjeron algunas huelgas en la empresa privada y, aunque literalmente se cuenten con los “dedos de las manos”, son demostrativas de que sí es posible la organización en este sector y comparten una serie de rasgos que merecen ser analizados, en la perspectiva de perfilar una “hoja de ruta” para impulsar la sindicalización de trabajadores en la empresa privada.

 

La organización sindical por sectores en Costa Rica y sus implicaciones políticas

 

Como apuntamos anteriormente, la guerra civil de 1948 se tradujo en una derrota histórica para la clase obrera en Costa Rica. Según la historiadora Marielos Aguilar, durante el gobierno de facto de la “Junta Fundadora”, encabezada por José Figueres, se libró una fuerte persecución contra los militantes del Partido Vanguardia Popular y se disolvieron la gran mayoría de sindicatos clasistas del país. Producto de esto, para 1949 el “figuerismo” había desmantelado el 80% de los sindicatos existentes en el país, muchos de los cuales se desarrollaban en la empresa privada.

 

Lo anterior resulta fundamental para comprender la situación actual del movimiento sindical en el país, pues da cuentas de su debilidad estructural en la empresa privada donde se concentra la gran mayoría de asalariados en Costa Rica. De acuerdo al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en el país hay 2 059 600 de trabajadores y trabajadoras asalariadas, de los cuales un 86% (1 778 620) laboran en el sector privado, mientras que, en el sector público, se desempeña el restante 14% (280 980) de trabajadores y trabajadoras.

 

Al mirar los datos de sindicalización por sector, lo primero que salta a la vista (¡además de la baja sindicalización total en el país!) es la asimetría que se presenta entre la tasa de sindicalización en el sector privado con relación al público (ver cuadro n° 1).

 

Cuadro n° 1

Tasa de sindicalización por sector en el período   2011-2014 (%)

  2011 2012 2013 2014
Total 9,9 10,1 9,9 9,4
Sector Público 39,7 45,7 42,7 52,3
Sector Privado 4,1 4,1 4,0 2,6

Fuente: Anuario Estadístico del MTSS 2014, pág. 112.

 

Nótese la abismal diferencia en la tasa de sindicalización del 2014: por cada 100 trabajadores, en el sector público aproximadamente 52 están sindicalizados, mientras en la empresa privada solamente 2 (¡3 si somos generosos y redondeamos la cifra!).Más importante que los porcentajes de sindicalización, lo que nos interesa destacar son las consecuencias políticas que esto contrae: una división entre la clase trabajadora del sector público y la empresa privada, al contar la primera con mejores condiciones laborales debido a su alta tasa de organizaciones sindicales y tradiciones de lucha.

 

Así, mientras que los trabajadores y trabajadoras estatales cuentan con muchas conquistas salariales y laborales producto de varias décadas de lucha sindical, en las fábricas, construcciones y plantaciones agrícolas de la empresa privada impera una “dictadura de las patronales”, donde el Código de Trabajo es letra muerta y los trabajadores están sometidos a una continua violación de sus derechos laborales. Según el Informe sobre el Estado de la Nación (IEN), en Costa Rica se violentan sistemáticamente los derechos laborales más elementales: “A 102.380 personas asalariadas (un 6,7%) no se les reconoce un solo derecho laboral, 50.864 no tiene garantías laborales ni reciben el salario mínimo y 19.317 presentan un incumplimiento triple: ninguna garantía laboral, no pago del salario mínimo y jornadas de trabajo no apropiadas (subempleo o sobrecarga)”[1].

 

Aunque el IEN no precisa los sectores donde se ubican los trabajadores que sufren estas violaciones de sus derechos, es fácil presuponer que en su mayoría son casos que se concentran en la empresa privada, debido a la gran desorganización del sector que facilita estas prácticas de las patronales.

 

Lo más paradójico es que esta división es aprovechada por las patronales y los gobiernos de turno para impulsar sus políticas de ajuste mediante la táctica del “divide y vencerás”, es decir, fomentando las disputas de los trabajadores de la empresa privada contra los “privilegiados” del sector público. Para ejemplificar lo anterior, basta con analizar la mecánica de la actual campaña de ataques del gobierno, partidos patronales y medios de prensa contra las convenciones colectivas y pluses salariales en el sector público, la cual parte de señalar que los problemas fiscales del país o la crisis de la Caja son responsabilidad de los “privilegios” salariales en el Estado, pero no dice una palabra sobre los enormes privilegios fiscales de las empresas exportadoras que asfixian a la Hacienda nacional ni sobre la elevada morosidad patronal con la Seguridad Social[2].

 

¡Esto nos recuerda que en política no existen vacíos y mientras la clase trabajadora en la empresa privada esté desorganizada, continuará siendo explotada e instrumentalizada por las patronales! Por esto mismo, impulsar la organización sindical en la empresa privada y construir tradiciones de lucha en el sector es una tarea fundamental de los partidos de izquierda y organizaciones sindicales del país, en la perspectiva de fortalecer las luchas del conjunto de la clase trabajadora contra los ataques de los gobiernos de turno y las patronales.

 

Sindicalización y tradiciones de lucha

 

Según nuestra investigación, en la empresa privada de Costa Rica sí existen sindicatos, aunque sus bases representan a un sector muy minoritario del conjunto de la clase trabajadora del sector (2,6% en 2014) y su actividad se vea entorpecida por la constante persecución sindical de las patronales (¡con el silencio cómplice del MTSS y gobiernos de turno!). En este sentido, es una necesidad realizar aproximaciones sucesivas para llevar a cabo la tarea histórica de conformación de sindicatos en el sector privado de la mano con la lucha por la libertad sindical.

 

A pesar de eso, no podemos obviar que estos sindicatos en el sector privado superan el centenar de organizaciones y agrupan a una cantidad de afiliados que representan a una porción significativa del total de sindicalizados en el país y, a pesar de eso, prácticamente no tienen peso en las recientes luchas de la clase trabajadora del país.

 

Cuadro n° 2

Sindicatos activos y afiliados por sector en el período 2011-2014

  2011 2012 2013 2014
Sindicatos 254 262 288 286
Sector Público 122 123 157 163
Sector Privado 132 139 131 123
Afiliados 190 442 201 910 207 107 193 093
Sector Público 124 034 132 719 137 161 147 056
Sector Privado 66 408 69 191 69 948 46 037

Fuente: Anuario Estadístico del MTSS 2014, pág. 112.

 

Los datos del cuadro n° 2 son demostrativos de nuestra afirmación anterior, pues develan que en el sector público existen solamente veinte sindicatos más que en el sector privado (datos del 2014). Además, al realizar una comparación entre el total de trabajadores sindicalizados en el país, se desprende que los afiliados en el sector privado representaron en 2011 al 34,8% de los sindicalizados, en 2012 al 32,7%, en 2013 al 33,7% y en 2014 al 23,8%[3].

 

Pero estos porcentajes de sindicalización no guardan proporcionalidad cuando analizamos el terreno concreto de la lucha de clases, pues de un total de 56 huelgas que se llevaron a cabo en el país durante esos años, en la empresa privada solamente tuvieron lugar siete, lo cual representa un 12,5%[4] del total.

 

En el cuadro n° 3 se contabilizan las huelgas anuales por sector y es notable que en el 2012 no se realizó ninguna huelga en la empresa privada, a pesar de que fue en ese año cuando hubo una mayor cantidad de sindicatos activos en la empresa privada, llegando incluso a superar el total de sindicatos en el sector estatal (139 contra 123 respectivamente).

 

Cuadro n° 3

Huelgas por sector en el período 2011-2014

  2011 2012 2013 2014
Total 15 8 23 10
Sector Público 13 8 19 9
Gobierno Central 6 1 1 4
Resto del Sector Público 7 7 18 5
Sector Privado 2 4 1

Fuente: Anuario Estadístico del MTSS 2014, pág. 99.

 

Reiteramos lo dicho al inicio de este artículo: ¡las huelgas en la empresa privada en Costa Rica se cuentan con los dedos de la mano! Pero más ilustrativos son los datos que obtenemos cuando analizamos la cantidad y procedencia de los trabajadores que fueron a huelga entre el 2011 y 2014, donde la representatividad de la empresa privada disminuye aún más y reafirma que este sector no juega un rol activo en las luchas sindicales recientes del país.

 

Cuadro n° 4

Trabajadores en huelga por sector en el período 2011-2014

  2011 2012 2013 2014
Total 30 651 65 504 84 223 77 690
Sector Público 29 906 65 504 82 696 77 610
Sector Privado 745 1530 80
Porcentual 100 100 100 100
Sector Público 97,6 100 98,2 99,9
Sector Privado 2,4 0 1,8 0,1

Fuente: Anuario Estadístico del MTSS 2014, pág. 99.

 

Del cuadro n° 4 se desprende que la participación de los trabajadores de la empresa privada en las huelgas del país viene disminuyendo paulatinamente en el período de estudio. Aunado a esto, podemos identificar que muchas de esas huelgas surgieron a partir de conflictos que estallaron sin mediación de un sindicato, donde los trabajadores y trabajadoras se organizaron en torno a un “Comité de huelga” o alguna instancia con denominación similar.

 

Por ejemplo, esto sucedió con la huelga bananera en Sixaola de noviembre de 2011 que fue dirigida por un Comité Permanente[5] (CP) que devino en “comité de huelga” contra un intento de brutal reducción salarial de la patronal de BANDECO. Algo similar sucedió con las huelgas del 2013 y 2014 en TICOFRUT en Los Chiles, cuya reivindicación fue solicitar un aumento por la paga de la recolección de naranjas, así como las huelgas de obreros de la construcción del City Mall y obreros cafetaleros de La Luisa de Sarchí, realizadas en diciembre del 2014 y 2015 respectivamente, las cuales surgieron alrededor de problemas con el pago de salarios y aguinaldos.

 

Dado lo anterior, nos parece necesario empezar a problematizar el papel que desempeñan los sindicatos existentes en la empresa privada, pues pareciera que la afiliación sindical en el sector no es sinónimo de la construcción de una tradición de lucha. A nuestro modo de ver, lo anterior obedece a dos motivos principales.

 

En primer lugar, muchos de estos sindicatos se desarrollan en un ambiente de abierta hostilidad desde la patronal, la cual persigue a los trabajadores afiliados para despedirlos o presionarlos para que se desvinculen de la organización, bloqueando sus posibilidades para ponerse al frente de procesos de lucha. Muestra de lo anterior, son las reiteradas denuncias sobre el despido de seccionales sindicales enteras en varias empresas.

 

En segundo lugar, intuimos que muchos de estos sindicatos giran en torno a la firma de convenciones colectivas, lo cual introduce muchas inercias en la cultura sindical cotidiana del sector, pues las organizaciones limitan su accionar a negociar acuerdos con la patronal cada dos años[6]. De acuerdo al MTSS, en el 2011 estaban vigentes 16 convenciones colectivas en la empresa privada y cubrían a un total de 6 934 trabajadores, mientras que en 2014 la cifra ascendió a 28 convenios que beneficiaban a 11 026 trabajadores. De esta forma, pareciera que hay una tendencia inversa entre la firma de convenciones colectivas y la cantidad de huelgas en la empresa privada, al menos para el período de estudio (2011-2014).

 

Las anteriores son dos “hipótesis” iniciales de trabajo que esperamos fundamentar más sólidamente en el futuro. En todo caso, lo visto hasta el momento nos permite concluir que las recientes luchas en el sector privado surgen a raíz de reclamos específicos y por derechos considerados mínimos en el sector privado, las cuáles además se generan por fuera de las estructuras sindicales. Esto denota la necesidad de refundar nuevas tradiciones políticas y organizativas en el sector privado, que busquen la construcción de sindicatos combativos, clasistas, anti-patronales, pero cuyo proceso estará sujeto a un recorrido donde la clase trabajadora irá acumulando experiencias de luchas y combinando formas de organización para luchar.

 

Esto nos conduce directamente a una discusión sobre los rasgos de la conciencia reivindicativa de la clase obrera en la empresa privada de Costa Rica y la necesidad de precisar una “hoja de ruta” para la organización en el sector (lo cual profundizaremos en otro artículo), que a nuestro modo de ver pasa por comprender la mecánica de los actuales conflictos en la empresa privada a partir de reivindicaciones muy elementales, tales como el pago de salarios y aguinaldos, respecto al derecho de vacaciones, pago completo de pre-aviso y cesantía en casos de despidos, etc. A partir de estas luchas y la acumulación de experiencias de los trabajadores y trabajadoras de la empresa privada (así como de los partidos de izquierda que deben potenciarlas), será más factible imponer sindicatos a las patronales en el sector privado.

 

 

 

 

[1] XX IEN (2014), pp. 44.

[2] Otro caso fue el proceso de lucha contra el TLC con los Estados Unidos, donde las patronales y el gobierno (en alianza con el solidarismo), utilizaron a los trabajadores de la empresa privada para impulsar el triunfo del SÍ en el referéndum.

[3] Es notable la reducción de sindicalizados en la empresa privada entre 2013 y 2014. En parte esto obedeció a casos de persecución sindical, pero presumimos que mayoritariamente se explica por el aumento del desempleo en el país, con muchos despidos durante esos años en la empresa privada.

[4] Los datos del MTSS llegan hasta setiembre del 2014. Si extendiéramos la contabilidad hasta la actualidad, para el caso del sector privado tendríamos que sumar la huelga del City Mall en diciembre del 2014 y la más reciente lucha de los trabajadores de la finca cafetalera La Luisa en Sarchí, realizada en diciembre de 2015. En todo caso no modificarían significativamente los porcentajes.

[5]Figura estipulada en el artículo 504 del Código de Trabajo. Por lo general son instancias promovidas desde la patronal para legitimar “arreglos directos” con los trabajadores. Posteriormente este CP se vinculó al sindicato SITEEP para organizar la huelga.

 

[6]Este mismo rasgo lo encontramos en muchas instituciones del Estado, donde hay sindicatos cuya existencia se limita a las convenciones colectivas.

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