Escuela de cuadros del nuevo MAS, verano 2016

Nuestro partido se prepara para realizar una escuela de cuadros en momentos en que estamos viviendo un salto constructivo. Por primera vez asistirán cientos de compañeros y compañeras a las escuelas partidarias en todo el país, así como realizaremos en los próximos días una escuela para cursistas con decenas y decenas de propagandistas.

La tarea desde ahora mismo es ir asegurando la asistencia a la escuela partidaria en todas las regionales –viejas y nuevas- de manera tal que la escuela pueda realizarse en cada una de ellas y que la invitación de la militancia –e, incluso, de algunos de los simpatizantes-, este asegurada.

Trataremos una serie de cuestiones anudadas alrededor del estudio de las Revoluciones Rusa y Alemana, así como también estudiaremos las posiciones del marxismo acerca del Estado, de la dictadura del proletariado y los problemas de estrategia y táctica que se nos plantean a los revolucionarios en las condiciones de una potencial reapertura de una era de revoluciones y contrarrevoluciones.

Dicho lo anterior, una de las novedades de la escuela es que por primera vez en nuestra corriente, comenzaremos a abordar los problemas de la Revolución Alemana de 1918-1923, una de las revoluciones más importantes del siglo pasado, cuya derrota dio lugar a los fenómenos simultáneos de la emergencia del nazismo y el estalinismo, así como desembocó en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.

No siempre se recuerda que tanto Trotsky como otros actores tuvieron consciencia en tiempo real del significado histórico de la derrota de esta revolución y de los dramáticos alcances que tendría que fueron desde el ascenso del nazismo en 1933, pasando por la partición de la clase obrera germana y por la división del país luego de la segunda guerra, entre otros hechos. Hasta el día de hoy, la clase obrera de dicho país todavía no se harecuperado subjetivamente de aquellos acontecimientos.

Sin embargo, la preocupación central de esta parte de la escuela no será detenernos tanto en los elementos de análisis, sino más bien estudiar la historia de la revolución germana y sus enseñanzas estratégicas.

Porque la revolución comenzada en noviembre de 1918 con la caída del Káiser alemán y la proclamación de la república burguesa colocó sobre la palestra la mayoría de los problemas estratégicos de los revolucionarios en nuestra época, muchos de los cuales fueron nuevamente colocados sobre la mesa a comienzos de la década del ‘30 y antes de la entronización del nazismo.

Problemas que fueron desde la fundación tardía del Partido Comunista en diciembre de 1919, su inmadurez para enfrentar los desafíos del momento, el izquierdismo de mucha de su base inicial juvenil que dejó en minoría ni más ni menos que a la propia Rosa Luxemburgo en el congreso fundacional, el error del prematuro levantamiento de Berlín en enero de 1919 que produjo una primera derrota de magnitud, ya queimplicó, por parte de la socialdemocracia en el poder, el asesinato de Rosa y Karl Liebknecht, así como una “ronda” por todo el país de los cuerpos francos (Freikorps) que se dedicaron a destruir, uno a uno, los organismos de poder (soviets alemanes) que se estaban dando los trabajadores de dicho país, liquidando así la incipiente comuna de Baviera (no casualmente ciudad y Estado donde se hizo fuerte posteriormente el nazismo emergente), y otra serie de consecuencias adversas más.

Sin embargo, el poder de la revolución era tan fuerte que la misma reemergió con fuerza cuando la derrota del puch militar de Kapp en marzo de 1920, volviendo de todos modos a desubicar al PCA que se lanzó a una suerte de “aventura” en marzo del año subsiguiente, sólo para quedar por detrás de los acontecimientos cuando, con la ocupación francesa del Ruhr en 1923, realmente quedo planteado el problema del poder.

Todas estas problemáticas, la cuestión de cómo disputar la base obrera a la socialdemocracia del SPD y al centrismo de la USPD, el problema de la relación entre los soviets y la asamblea constituyente que promovió la socialdemocracia para liquidarlos, la construcción de un partido realmente revolucionario, maduro, inserto en la clase, así como los problemas del frente único y la unidad de acción, los abordaremos como parte de una escuela más de conjunto que se dedicará a estudiar los rasgos de esa verdadera “era de los extremos”, esa época revolucionaria que fueron las primeras décadas del siglo XX.

La tarea es entonces ponerse manos a la obra para organizar la escuela en todo el país.

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