Para enfrentar el ajuste de Macri

Con la presencia de alrededor de 100 compañeras y compañeros, el pasado viernes 11 en la sede de la AGD-UBA se realizó una importante reunión para discutir la organización de un encuentro de trabajadores que unifique a todos los sectores antiburocráticos y clasistas para enfrentar el ajuste del gobierno de Macri y la patronal, ajuste que cuenta con la complicidad de los distintos sectores de la burocracia sindical.

Estuvieron presentes los compañeros del Sindicato de Aceiteros Capital, el Pollo Sobrero y la UF Haedo – Sarmiento, los delegados de la Línea 60, la Directiva de la AGD- UBA, el SUTNA San Fernando junto a delegados de FATE, la Comisión Interna de Pilkington, la Comisión Administradora de ATE Lomas y Alte. Brown, directivos de los SUTEBAS Multicolor, gráficos de AGR Clarín, de Madigraf, delegados del Subte, delegados de la alimentación de Pepsico y Felfort, delegados de telefónicos, estatales del Garrahan, del Frigorífico Rioplatense. También se hicieron presentes las corrientes sindicales como Rompiendo Cadenas, Corriente Nacional Carlos Fuentealba, la Coordinadora Sindical Clasista, Corriente René Salamanca y organizaciones políticas como el Nuevo MAS, PO, IS, PTS, IR, CR.

Hubo un común denominador y acuerdo en la necesidad de enfrentar el ajuste y al gobierno de Macri y la realización de un Encuentro Unitario. Desde el Nuevo MAS valoramos como positivo este primer paso, y lo tomamos como un reconocimiento (tardío) a nuestra insistencia durante el período anterior de la necesidad de unificar los espacios de organización, como el Encuentro Sindical Combativo y el Plenario del SUTNA, y que fue imposible de lograr por la pelea mezquina al interior del FIT, que ha tenido un balance negativo a la hora de ser un factor que ayude a la organización y politización de la vanguardia obrera, así como al vuelco a las luchas (por caso, los ejemplos de Gestamp y Lear en el 2014).

Tomaron la palabra alrededor de 30 compañeros. Las intervenciones clarificaron las posiciones en danza de los distintos agrupamientos. A partir de ahí comenzaron los matices, especialmente alrededor de qué situación política se abre a partir de la asunción del nuevo gobierno. Están los que ven que solo se trata de una mera continuidad “porque el ajuste comenzó con Cristina”, a lo sumo “es una profundización del ajuste” como livianamente opinó el PO. Y otros como el Nuevo MAS, que opinamos que enfrentamos una situación política completamente distinta, más compleja, con un ataque reaccionario global del nuevo gobierno, en la que el diálogo con los trabajadores en los lugares de trabajo se hace fundamental porque hay que tomar en cuenta que una porción votó a Macri, y ese elemento subjetivo, lo que piensa el trabajador, es importante a la hora de definir la política de los luchadores.

También opinamos que es muy probable que haya duros conflictos que enfrenten el ajuste, pero no vemos una situación de “acá no cambió nada, entonces salimos guacha y lonja en todos lados”. Un ejemplo de que para algunos “esto es más de lo mismo” es que la próxima cita recién será los primeros días de febrero; cuando estamos cerrando esta nota Prat Gay está anunciando un mazazo: esperamos que nuestros estimados colegas tomen verdadera conciencia de lo que se viene, dejando de lado cualquier superficialidad para responder acertadamente los desafíos que tenemos por delante.

Otro punto de debate y diferentes opiniones se dieron alrededor de qué tipo de Encuentro realizar. Ahí la cosa giró alrededor de dos posiciones: una, que sea una reunión de “representantes sindicales”, es decir acotada a directivos e internas excluyendo a la militancia estructurada de los partidos. Y la otra defendida por el Nuevo MAS y otras corrientes, que opinamos que el Encuentro debe ser abierto a todas las organizaciones obreras y políticas que quieran pelear contra el gobierno de Macri. Defendemos ese “formato” entendiendo que por ahora los que estamos comprometidos en la lucha somos una vanguardia importante, valiosa pero pequeña, comparada con el movimiento obrero que nos es ancho y ajeno y que mayoritariamente está dirigido por la burocracia sindical. Así que “cerrar” el Encuentro solo con los que tengan “chapa sindical” nos parece un completo error, ya que de lo que se trata en los próximos meses es de lograr el mayor frente único posible entre todos los sectores contra el gobierno de Macri y ahí no hay que excluir a nadie, porque la realidad es que por ahora, y hasta que no haya de verdad grandes luchas contra el ajuste, donde se cuenten por miles y decenas de miles los trabajadores involucrados, los que luchan todos los días somos una vanguardia: los que apoyamos a los compañeros de la 60 con el fondo de huelga, en la toma de las cabeceras, en las marchas, en los cortes de la Panamericana, sí, las mismas corrientes que estábamos reunidos en la AGD-UBA.

Es obvio que cuando esas luchas se multipliquen y surjan cientos o miles de activistas estaremos en posibilidad de realizar un encuentro mucho más lleno de contenido. Pero hasta que eso suceda, el primer paso es juntarnos todos en un Encuentro Unitario donde podamos debatir democráticamente los directivos, los delegados, las internas, pero también los cientos de activistas que no tienen ningún cargo gremial, pero que son los que están llamados en el próximo período abierto a ser los que puedan dar ese paso de comenzar a dirigir a sus compañeros de trabajo en las peleas que se desarrollen contra el ajuste.

Finalizada la reunión se votó por mayoría conformar una Mesa Provisoria compuesta por representantes de los sindicatos, internas y cuerpos de delgados presentes, y realizar una primera reunión a principios de febrero para poner en pie la convocatoria al Encuentro para la primera semana de marzo.

El sábado 12, en el encuentro organizado en la zona norte por la Interna de Pilkington, junto a los delegados de FATE, activistas de la Marrón del Neumático y la Corriente Carlos Fuentealba apoyada por el Nuevo MAS, tomamos la resolución de apoyar y propagandizar la convocatoria para la primera semana de marzo. Manos a la obra.  

 

Héctor “Chino” Heberling

 

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