Un vaciamiento K que le prepara el terreno al ajuste de Macri

Los pasados días 17, 18 y 19 de Noviembre fueron las elecciones a Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades del Comahue. Por una cifra extremadamente estrecha La Jauretche mantuvo la continuidad en el Centro, llegando a los 90 votos contra los 88 que sacamos desde La Izquierda al Frente, coalición integrada por nuestra agrupación ¡Ya Basta!-NuevoMAS junto a la Juventud del PTS y la UJS-PO. Detrás quedaron el POR y La Mella con 67 votos cada una, y por último la CEPA con 63.

Una estabilidad hecha de vaciamiento y complicidad de La Jauretche

El 2015 no pasó sin que en nuestra Universidad se avanzara con el vaciamiento de las carreras y el deterioro de las condiciones de cursada. En una jugada cínica, las autoridades como el rector Crisafulli y la decana Gentile, que año a año votan presupuestos de miseria para sostener un superficial relato de progresistas, declararon la emergencia edilicia en el primer cuatrimestre. Lo cual no evitó que en el segundo cuatrimestre votaran nuevamente por un presupuesto insuficiente, con aumentos por debajo de la inflación y encima con la devaluación que viene prometiendo Macri, vaya a saber para qué va a alcanzar el presupuesto del 2016. Probablemente sí alcance para sostener los sueldos privilegiados de todas las autoridades.

El progresismo de Crisafulli también tuvo episodios absolutamente repudiables: el acuerdo con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que firmó la UNCo junto a otras universidades nacionales para que puedan ingresar los servicios de inteligencia a cursar en nuestras facultades, y para colmo ¡con un financiamiento conjunto entre la Universidad y la AFI!

Este es el modelo de Universidad progresista. Estas son las autoridades K que sostuvieron durante todos estos años la Ley de Educación Superior menemista, la aplicaron y ahora es una herramienta en manos del gobierno de Macri. Los que les abren las puertas a las multinacionales para abrirse al financiamiento privado, perdiendo la autonomía universitaria.

En este marco el rol de La Jauretche en el CEHuma fue el de cómplice de estas políticas y garante de la desorganización del movimiento estudiantil. Luego de una inútil juntada de firmas para resolver una crisis edilicia que jamás se resolvió, esta agrupación dio las espaldas a las asambleas, a la necesidad de los estudiantes de reclamar por las cursadas sin profesores, cuestión que ya se viene acumulando desde los últimos años.

La adaptación de la vanguardia

Durante el año la crisis edilicia y la reforma del plan de estudios de Historia fueron los temas que se mantuvieron activos. Sin embargo, frente a los mismos tuvimos escasas respuestas desde el conjunto de las organizaciones que, viendo el clima de plancha, o renunciaron a intervenir o  bien lo hicieron desde una lógica de adaptación al régimen. El discurso que dice que no se puede pelear por presupuesto, que hay que acomodarse a la miseria que nos den y que esas serían nuestras trincheras. Ese rol fue encabezado por La Mella, que lejos de no haberse probado el traje de conducción, es dirección de la Federación Universitaria del Comahue junto a la CEPA, a quienes no se les conoce intento de organizar a los estudiantes desde abajo.

Este rol de no confiar en la fuerza del propio movimiento estudiantil es la misma ubicación frente a la cual en el balotaje del pasado 22 de Noviembre se alinearon con Scioli argumentando la defensa de las conquistas de estos últimos años. ¡Como si el gobierno K hubiera venido graciosamente a dar regalos!

La realidad es que si hubo conquistas sociales es porque hubo una rebelión, porque hubo un 2001 que puso a los movimientos populares, a los trabajadores desocupados con otra relación de fuerzas tomando las calles, mientras las instituciones y el personal político patronal habían quedado muy desprestigiados. Y los K no tuvieron otro rol que el de volver a la normalidad de las instituciones durante estos 12 años, tanto que los candidatos Scioli y Macri casi ni se diferenciaban en cuanto a las propuestas de fondo, como cuando en el mismo debate presidencial se peleaban por ver quién había puesto más policías y quién le chupaba más las medias al papa Bergoglio.

En el Comahue, si hay conquistas y tradición de lucha del movimiento estudiantil es porque hubo estudiantazos en el 2004 y el 2006, que dejaron huellas profundas en la vida de nuestra Universidad. No hubo ninguna concesión graciosa de las autoridades, ni hubo conquista sin lucha.

Esto es lo que defendimos desde ¡Ya Basta! a lo largo del año. Es por eso que nuestra postura frente al debate sobre la reforma del plan de estudios en Historia es pararnos desde las asambleas interclaustros que garanticen una participación abierta y democrática y que movilicen al estudiantado, que somos mayoría, y que no depositemos ni un gramo de confianza en los Consejos Directivo y Superior, organismos de espaldas a los estudiantes y donde no tenemos ningún poder de decisión. El movimiento estudiantil para defender la educación pública necesita ser independiente de la gestión y el gobierno.

Las perspectivas frente a un 2016 de ajuste con el gobierno de Macri

La Jauretche se paró sobre un centro de fotocopiados y regalando libros para sostener la conducción del CEHuma, casi una campaña anti-política. Desde ¡Ya Basta! cumplimos un rol de primera importancia en la conformación de un frente unitario de la izquierda para clarificar ante el movimiento estudiantil la lucha contra el ajuste, que se acentuaba en el escenario de balotaje donde había una presión objetiva para los estudiantes de encuadrarse detrás de algún candidato patronal, sobre todo por Scioli.

El hecho de haber quedado a tan escaso margen en la disputa por el centro, y sobre todo el apoyo a nuestra lista por una parte importante del activismo de la facultad, a los cuales desde¡Ya Basta! les cedimos lugares de las listas, nos ponen ante el desafío de seguir avanzando en la organización de un movimiento estudiantil de lucha.

Frente a un 2016 donde deberemos enfrentar un duro ajuste del gobierno derechista de Macri, desde la izquierda tenemos la responsabilidad de dar respuesta organizada. Porque, ¿acaso el centro de La Jauretche, que dejó pasar el vaciamiento de la gestión K, ahora va a enfrentar el ajuste de Macri, habiéndose consolidado como un centro de fotocopias? La realidad es que deberemos enfrentar un duro ajuste, y desde la izquierda tenemos la responsabilidad de dar respuesta organizada frente a estos desafíos.

¡Sumáte a ¡Ya Basta! para dar estas peleas junto al movimiento de mujeres y los trabajadores!

                                                                                                                                                                                            ¡Ya Basta!-Comahue

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