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Finalmente, luego de un larguísimo año electoral, se impuso Cambiemos en el balotaje; en el momento que escribimos este comunicado, falta cargar una pequeña parte del datos. De todos modos, el resultado ya es irreversible, aunque un dato político es que el triunfo de Macri ha sido por una diferencia menor a la que esperaba Cambiemos, lo que colocará en el centro de las preocupaciones los problemas de la gobernabilidad.

Con los resultados en la mano nos interesa destacar algunos aspectos de importancia.

En primer lugar, que se termina un ciclo político: se abre un ciclo más conservador a partir de un resultado electoral hacia la derecha respecto de la larga hegemonía “progresista” que se vivió bajo los K en los últimos 12 años.

El kirchernerismo fue el que preparó este resultado: se ocupó de sacar a los sectores populares de las calles, se ocupó de reabsorber la rebelión de popular del 2001 y estabilizó el país; dejó así abierta la puerta a un gobierno que tuviera mayor simpatía de los mercados.
En segundo lugar, tuvo peso el desenvolvimiento puramente electoral del año: una estabilidad que contribuyó tambien a que el resultado teminara siendo distinto a las previsiones que se podian hacer cuando comenzaba el 2015.

Se trató de un año demasiado estable, sin grandes luchas, con todos los problemas postergados artificialmente por así decirlo, abrumadoramente dominado por las elecciones. Un aspecto que nos encargamos en señalar desde nuestro partido: que la elección se iba a encontrar condicionada por este clima de estabilidad, más allá que esta segunda vuelta vuelve a mostrar que cada elección ha sido distinta y que, una diferencia menor de 4 puntos en el resultado, es un dato político significativo.
En tercer lugar, se trata de una estabilidad, de todas maneras, que no está llamada a mantenerse. Y este es otro dato de importancia. Es que a pesar de los discursos de predicador evangélico de Macri, de sus pedidos a “dios”, de sus promesas de que “la vida estará un poquito mejor cada día”, el nuevo gobierno deberá optar a qué sector social hacerle pagar los costos de la crisis y nadie puede tener ninguna duda que ese sector serán los trabajadores.
No hay gestión puramente “técnica” de los asuntos: gobernar significa elegir. Y está muy claro a qué clase social viene a beneficiar Macri: a los capitalistas.
En cuarto lugar, no hay que confundirse: ganará Macri o Scioli, el escenario no habría sido muy distinto. La campaña por el voto en blanco que realizó nuestro partido señaló esto de manera muy clara. Scioli escenificó un camino hacia el balotaje con el eje “contra el ajuste” en un intento da dar vuelta la votación; un ajuste el mismo hubiera ocupado de aplicar…

Porque dado los desequilibrios económicos del país, la falta de divisas, la pérdida de competitividad, el ajuste de todas maneras se impondría. Salvo que Macri, o mismo Scioli, pretendieran hacerle pagar los costos de la crisis a los capitalistas… cosa que obviamente no es el caso de ninguno de los dos.
Así las cosas, se viene un duro ajuste. La medida del giro conservador que se está viviendo la darán, en todo caso, las luchas sociales que se pondrán en pie contra este ataque a las condiciones de vida de los trabajadores.
La tarea inmediata será unificar las luchas obreras, populares, estudiantiles y del movimiento de mujeres contra el ajuste.
Macri ha dicho que liberará el cepo en un día. Seguramente va a intentar que lleguen de urgencia dólares vía un acuerdo con el FMI, el Banco Mundial, destrabando el ingreso de capitales privados. En cualquier caso, levantar el cepo llevará el dolar para arriba, la inflación para arriba, los precios para arriba, lo que irá de la mano, al mismo tiempo, de un intento de poner en pie un “pacto social” que también parecen reivindicar los dirigentes sindicales tradicionales, pero que significará, ni más ni menos, que la escenificación del pago de la crisis por los trabajadores.
La izquierda en general y nuestro partido en particular nos prepararemos para estar codo a codo con los trabajadores en las luchas que se vengan. Luchas que seguramente serán más duras, con intentos multiplicados por parte del nuevo gobierno de reprimirlas para sacarlas de las calles.
Llamamos a ser consecuentes, entonces, en la unidad de los trabajadores contra el nuevo gobierno de los capitalistas poniendo en pie próximamente un gran encuentro unificado de luchadores.

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