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Algunas patronales no esperan conocer quién va ser el próximo presidente, para descargar la crisis sobre la espalda de los trabajadores. Este es el caso de la Molinera Minetti que viene precarizando a sus trabajadores, quitándoles derechos desde hace un tiempo, y ahora  quiere avanzar un poco más.

Los trabajadores de la molinera se vienen organizando para hacer cumplir derechos básicos como es; que les paguen en termino, que depositen los descuentos para las obras sociales, y además la exigencia de pase a planta de 70 contratados (que incluso muchos tienen 5, 6 o más años de antigüedad en la fabrica) de 130 trabajadores en total.

A continuación vamos a reproducir fragmentos de la hermosa y larga charla que tuvimos con uno de los compañeros que se encuentra peleando en este momento.

Gracias a las medidas de fuerza que venimos tomando desde hace un tiempo con asambleas constantes y quites de colaboración, logramos que el gremio, la UOMA, se sentara a negociar con la empresa nuestras demandas, así se llego a firmar en el ministerio de trabajo un acta en el que se asentaba que los contratados iban a ir paulatinamente pasando a planta en un lapso determinado de tiempo.

Después de esto volvemos a trabajar y nos damos cuenta que no estaban depositando los descuentos, que nos sacan todos los meses, para las obras sociales. Además a medida que pasa el tiempo no se cumple con el acta firmada en el ministerio, que  los contratados que estaban en la lista pasen a planta. Comenzamos nuevamente con las asambleas y quites de colaboración, siempre confiando en la fuerza que tenemos si estamos unidos, si estamos todos juntos, solamente así podemos lograr algo. Así que en Octubre salimos otra vez a pelear, “hacer quilombo como se dice”. Porque todos se nos estaban cagando de risa el ministerio, el gremio y la empresa.

Decidimos salir y cortar la calle, ademásbloquear los portones de entrada por dos días. Nadie entraba a laburar salvo dos o tres que son los mismos chupa medias de siempre.

Al no tener respuesta decidimos realizar una marcha, desde el Patio Olmos hasta la casa de gobierno, la mitad se quedaron cortando en la puerta y los otros realizamos la marcha.

En la marcha no se hizo presente el gremio, fuimos acompañados por algunos partidos de izquierda. Al llegar a la casa de gobierno nos dicen que no había nadie para atendernos. Pero luego de tirar unas cuantas bombas nos recibe el ministro de trabajo de la provincia Adrian Brito. Este nos hace un discursito muy lindo, pero nos da a entender que nos atiende porque estábamos rompiendo las bolas afuera y que además no era responsabilidad de él atendernos porque no vinimos con la entidad gremial. “Yo como soy un trabajador como ustedes”, nos aclara el ministro, voy a hacer cumplir el acta que firmaron en el ministerio de trabajo nos dice. Nos fuimos, pero con nada de confianza, nos dimos cuenta que nos estaba mintiendo, pero volvemos a trabajar.

Yo después de eso tengo un problema de salud y no podía ir a laburar. En eso que estaba de carpeta me manda un mensajito unos de mis compañeros, diciéndome que no los dejaban entrar a la fabrica, yo levanto la carpeta y voy a trabajar todavía enfermo, y ahí me doy con la noticia que habían despedido a 31 compañeros (16 contratados y 15 efectivos). Entonces como los guardias no los dejaban entrar a trabajar a estos 31 compañeros, decidimos que nadie entre a trabajar, es ahí cuando se encadena un compañero al portón y salimos por todos los medios de córdoba.

En el momento que estaba de carpeta, me entero que el dirigente de la CGTCórdoba y secretario general del SEP (Sindicato de Empleados Públicos) JoséPihen estuvo en la puerta de la fábrica supuestamente dándonos su apoyo,junto con algunos delegados del gremio. Y el apoyo consistió en tirar 40 bombas al portón de la fábrica y quemarlo. Después de eso cuando llegan los telegramas de despidos a los 31 compañeros fueron con causa por quemar las instalaciones de la fabrica. “Una mano enorme nos dio la CGT”.

Entonces después de los despidos no entramos a trabajar, se realizan audiencias en el ministerio de trabajo y se dicta la conciliación obligatoria a partir del 28 de octubre, en ese momento todos los despedidos tenían que entrar a trabajar, a mi me llega el telegrama de despido el 29 de octubre, un día después de dictado la conciliación.

La empresa no acata la conciliación y no deja entrar a los despedidos. En eso se armo un debate en una de las asambleas porque había un sector que quería entrara trabajar para que el ministerio de trabajo vea que teníamos buena voluntad de negociar, pero a mí me llega el telegrama de despido un día después del inicio de la conciliación, así que ahí nos damos cuenta que a la fabrica no le importaba nada la conciliación, ellos querían avanzar con los despidos.

Luego vino una audiencia más en el ministerio de trabajo, donde los delegados del gremio querían firmar un acta donde volvíamos a trabajar, pero sin nada, o sea no nos daban los salarios caídos, tampoco se regularizaba el tema de los aportes a la obra social, ni tampoco los contratados pasaban a ser efectivos, que eran las cuestiones por la cual se empezó el conflicto. Decidimos ingresar al ministerio para impedir que se firme esa acta, nos peleamos con la policía y con algunos de los delegados traidores del gremio, en medio de las risas de los apoderados de la fábrica. Después de esos disturbios, deciden realizar una mejora a lo ofrecido, y nos dicen que nos van a pagar parte de los salarios caídos durante el conflicto. Nosotros le decimos que no, que nos tenían que pagar todo y comprometerse a cumplir toda el acta que habíamos firmado con anterioridad. En eso yo me retiro porque tenía compromisos familiares. Y varios compañeros se quedan haciendo el aguante a parte de los delegados que no traicionaron afuera, en eso cuando sale el secretario general sin ningún ofrecimiento superador, se arma una pelea con la policía de nuevo y le pegan a un compañero, ahí es cuando se decide ir a tomar la planta, no dejamos entrar los administrativos, los sacamos a los guardias también y el gremio no venia porque tenían miedo. Después de esa medida la empresa se compromete a pagarnos todoy de hecho lo realizo.

Y entramos a trabajar de nuevo, pero esta vez de otra manera, todos contentos por lo que habíamos logrado y además muy organizados para pelear lo que falta, porque los contratados siguen sin pasar a planta, y hay que ver qué pasa cuando se termine el tiempo de la conciliación.El lema en la fábrica es o entran todos o no entra ninguno. Nos pego el ministerio, nos pego el gremio y nos pego la empresa, y no nos pudieron voltear. El gremio sigue sin aparecer y los que están son los zurdos como le decimos nosotros cariñosamente. La lucha no termina hasta que estemos todos adentro.

 

Corresponsal

 

 

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