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La campaña electoral de cara al balotaje del 22 de noviembre en donde se votará entre Mauricio Macri y Daniel Scioli al que será presidente por los próximos cuatro años, está entrando en su etapa final. Mientras que el PRO parece estar más relajado, limitándose a hacer la plancha mientras se burla de la campaña del FpV-PJ que trata de demostrar que con Macri se perderían las conquistas de la “década ganada”; el PJ no parece recuperarse del golpe que significaron los resultados del 25 de octubre. Pero en medio de estas dos campañas se está desarrollando otra no menos importante y sí más política, en la cual se juegan la independencia de los trabajadores frente a la patronal y su preparación para enfrentar en mejores condiciones los ataques que el próximo gobierno les está preparando: la campaña por el voto en blanco.

Ya en nuestra edición anterior tratamos de responder a algunas de las acusaciones que el kirchnerismo enardecido está dirigiendo contra la izquierda. En esta oportunidad pretendemos fundamentar positivamente nuestra posición y desmontar alguna falacia que se ha montado.

 

Falacia: “el voto en blanco le hace el juego a Macri”

 

La tarea de desarticular frases hechas, “verdades” que están instaladas y que no pretenden fundamentarse en la realidad, es más difícil de lo que parece. Este latiguillo no deja de sonar por todas partes, pero lo cierto es que esto no es cierto.

Como ya dijimos en nuestra edición anterior, el balotaje trata de montar la ficción de que el ganador ha sido votado por “la mayoría del pueblo”, por “más del 50% de los argentinos”; para llegar a esta ilusión, lo que se hace es ignorar a todos aquellos que hayan rechazado a ambos candidatos (impugnando su voto, no yendo a votar o votando en blanco). De este modo, tomando exclusivamente los votos dirigidos hacia esos dos candidatos, se realiza el cómputo final y se decide quién es el ganador. Veamos un ejemplo:

  1. a) Si Scioli saca 1100 votos, Macri saca 900 votos y hay 1000 votos en blanco, entonces el voto en blanco representaría al 33% de la elección, pero a los efectos del cómputo del balotaje, Scioli obtendría el 55% y Macri el 45%.

b)SiScioli saca 1100 votos, Macri saca 900 votos y hay 2000 votos en blanco, entonces el voto en blanco representaría al 50% de la elección, pero a los efectos del cómputo del balotaje, igual Scioli obtendría el 55% y Macri el 45%.

  1. c) Si Scioli saca 2 votos, Macri saca 1 voto y hay 4000 votos en blanco, entonces el voto en blanco representaría al 99,9% de la elección, pero a los efectos del cómputo del balotaje, Scioli obtendría el 67% y Macri el 33%.

 

Lo cierto es que el voto en blanco no va para ninguno de los candidatos y como tal no modifica los porcentajes que cada uno saque. El futuro presidente, sin importar cuantos votos en blanco haya, será aquel candidato que reciba más votos.

Una vez aclarado esto, lo que queda por responder es: a) por qué no apoyamos a Macri ni a Scioli; y B) por qué votamos en blanco si no modifica el resultado.

 

Ni Macri, ni Scioli

 

Desde el Nuevo MAS no consideramos que Macri y Scioli sean dos figuras exactamente iguales, ni que el PRO y el FpV-PJ contengan programas políticos y económicos idénticos.

Está claro que Macri y el PRO son una corriente política patronal de derecha, que está íntimamente ligada a la gran burguesía y al imperialismo. Si por él fuera, no dudaría en aplicar un programa abiertamente neoliberal, reduciendo al mínimo posible el rol del Estado en la economía.

Por su parte, el FpV-PJ también es una fuerza política patronal, pero tiene aires de nacionalismo burgués. Ante la debilidad de la burguesía argentina, ellos pretenden construirla, ayudarla, protegerla y defenderla desde el Estado. Los límites parciales que el kirchnerismo les puso a las patronales fueron exclusivamente en beneficio de ellas mismas. Esta corriente política es la hija burguesa del Argentinazo del 2001: ellos sacaron la lección de que para poder dominar a los de abajo es necesario que el conflicto social no estalle en las calles; que si los empresarios se la quieren “llevar en pala” (como le gusta decir a Cristina) es necesario que a los de abajo les lleguen, aunque más no sea, las sobras de la fiesta. ¡O acaso alguien puede afirmar que los trabajadores durante la “década ganada” se la hayan llevado en pala!

No, el PRO y el FpV-PJ (aún con su cara más conservadora como es la de Scioli) no son dos gotas de agua, pero sí son dos representantes de la patronal, que no dudaron ni dudarán en manejar los hilos del Estado para garantizar que los de arriba se enriquezcan y los de abajo se rompan el lomo en beneficio de aquellos. ¿O acaso Macri no reprimió a los trabajadores del Borda? ¿O acaso Scioli no militarizó Gestamp y les mintió en la cara a los trabajadores para que acepten una conciliación obligatoria dictada por él, la cual dio por finalizada apenas desocuparon la planta, garantizando de esta forma la derrota de los trabajadores? ¿O acaso tanto Macri en la Ciudad como Scioli en la provincia no atacaron sistemáticamente a los docentes y destruyeron la educación pública, favoreciendo a los institutos privados y a los manejados por la iglesia? ¿O acaso se pueden ver diferencias profundas en el desprecio machista y patriarcal que tanto Macri como Scioli demuestran contra las mujeres en la provincia o en la ciudad?

 

La importancia del voto en blanco

 

Muchos compañeros preocupados, que están pensando en votar a Scioli contra Macri, nos han dicho que ellos comparten nuestra caracterización sobre Scioli, y que ellos saben que en caso de ganar él, vamos a tener que salir a luchar contra su gobierno y su política. Que él va a ajustar y que nada bueno se puede esperar de un gobierno de Scioli… pero que Macri es aún peor.

Desde el Nuevo MAS compartimos su preocupación, y por eso lo primero que hemos dicho es que el resultado de las elecciones ha verificado un giro a la derecha en el plano electoral, y que por lo tanto los trabajadores y demás sectores populares tenemos que empezar desde este mismo instante a prepararnos para enfrentar los ataques que se vienen. Pero es justamente por eso que no coincidimos con la idea de apoyar a Scioli: el voto al FpV-PJ no ayuda a prepararse para dar la batalla.

La campaña por el voto en blanco es la primera posibilidad de salir a discutir con los trabajadores, la juventud y las mujeres cómo organizarnos para defendernos, porque después de esta segunda vuelta electoral, vendrá una “tercera vuelta social” en donde el próximo gobierno, sea cual fuere, va a tener que tratar de aplicar su plan de gobierno antipopular, y allí es donde se cortará el bacalao, esa será en definitiva la hora de la verdad.

Pero no es lo mismo que el presidente que venga, sea cual fuere, cuente en su haber con 8 millones de votos, que cuente con 15 millones de votos. No es lo mismo que ese gobierno, sea cual fuere, pueda mostrarse como la encarnación de la soberanía popular amparado en una montaña de votos, o que sea un gobierno con poca legitimidad.

Un balotaje en donde el voto en blanco se cuente por millones, será una luz roja para el futuro gobierno, y será una muestra de que los trabajadores y demás sectores populares los rechazan a ambos y que les están mostrando los colmillos. No sólo ellos se van a dar cuenta de la hostilidad popular, sino que también los de abajo nos podremos reflejar en ese espejo blanco y ver que somos muchos quienes rechazamos el ajuste.

 

Votá con la izquierda, vota en blanco y preparemos la “tercera vuelta social” organizando un encuentro contra el ajuste

 

La izquierda clasista, es decir la que se reivindica como parte de la clase trabajadora, ha definido su orientación y ha planteado la política de rechazar a ambos candidatos y votar en blanco; el resto del arco político ha cerrado filas en favor de uno u otro candidato patronal. Es por eso que en esta oportunidad el voto en blanco va a tener un tono rojizo. Desde el Nuevo MAS, coherentemente con nuestra definición política, hemos lanzado una campaña de volantes y afiches en la cual explicamos por qué llamamos al voto en blanco, pero no solo esto, sino que también planteamos una orientación desde los trabajadores para enfrentar al próximo gobierno, sea cual fuere el ganador del 22 de noviembre. Hemos planteado la necesidad de organizar un Encuentro Obrero. Esta necesidad se la hemos comunicado a modo de propuesta a los integrantes del FIT y la hacemos extensiva a todos los luchadores.

La política de llamar al voto en blanco cobra toda su fuerza sólo si también preparamos una herramienta para que la vanguardia de los trabajadores se organice colectivamente, para que pueda proyectarse políticamente al conjunto de la clase obrera y a la sociedad toda.

Por eso es que este 22 de noviembre vamos a demostrar nuestro rechazo al ajuste diciéndoles NO a Macri y a Scioli, por medio del voto en blanco. Al mismo tiempo reiteramos la perentoria necesidad de los trabajadores, y la obligación de la izquierda, de ponernos a trabajar en conjunto y sin perder tiempo, en la tarea de poner en pie un Encuentro Obrero para preparar las luchas contra el ajuste que se viene.

 

Martín Primo

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