¡Perpetua y cárcel común para los genocidas!

Este año, el 19 de mayo de 2015, se dio inicio al juicio denominado Base Naval 3 y 4, donde, conjuntamente con los desarrollados anteriormente (Base Naval 1 y 2) se juzgan a integrantes de las FFAA que fueron responsables operativos y ejecutores directos de cientos de secuestros y crímenes durante la última dictadura militar, en este caso sobre 123 víctimas, que estuvieron en los centros clandestinos que funcionaron en la Base Naval, en la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina y el cuartel de la Prefectura Naval Argentina de Mar del Plata. Entre las víctimas se encontraban compañeras y compañeros pertenecientes al Partido Socialista de los Trabajadores (antecesor del Nuevo MAS, entre otros partidos de izquierda).

La represión en manos de las bandas paramilitares y de la Marina y Prefectura después, no les dio tregua a los jóvenes y obreros que conformaban la regional Mar del Plata, persiguiéndolos aun fuera del ámbito de esa ciudad. Ciudad que fue castigada duramente, que tuvo como antesala la actuación de los grupos parapoliciales que luego se desarrollaron a nivel de todo el país. Allí fue el asesinato de la estudiante de Arquitectura Silvia Filler en el Aula Magna de la Universidad  durante una asamblea, el 6 de diciembre de 1971, de manos de la CNU (Concentración Nacional Universitaria), agrupación de ultraderecha.

Desde los primeros compañeros encarcelados en el gobierno peronista, hasta el asesinato de Ana María Martínez en febrero de 1982 (fue en la Zona Norte del Gran Buenos Aires pero era oriunda de Mar del Plata), ya con la dictadura en retirada, el ensañamiento hacia el PST, como parte de la vanguardia luchadora, fue brutal.

Durante 1976 la lista de los secuestrados habla por sí misma: “En octubre la Marina se dedicó a la persecución de miembros del Partido Socia lista de los Trabajadores (PST) comenzando con el secuestro de Norma Susana Huder de Prado (18 años) el 13 de dicho mes, continuando con Elena Alicia Ferreiro (21 años), Gustavo Eduardo Stati ( 17 años), José Alberto Martínez ( 21 años) y David Manuel Ostrowiecki (20 años), estos últimos el 28 del mismo mes.

“(…) El mes siguiente, continúan los golpes contra militantes del PST, desapareciendo Patricia Mabel Gaitán (19 años), Carlos José Guillermo Berdini (25 años), Adrián Sergio López Vacca (24 años) y Nestor Alfredo Confalonieri (21 años). (…)

“Ninguno de los nombrados reapareció con vida y a ellos deben sumarse otras 25 personas cuya secuestro y posterior desaparición se produjo por fuerzas asentadas en la Base Naval Mar del Plata durante 1977.” Télam, 17/5/15

En 1979, cuando de conjunto, la represión había “menguado” en cantidad de secuestros a nivel nacional, fue uno de los años más negros en esta ciudad. “El 3 de enero fue secuestrado Ángel Alberto Prado. Entre el 4 y el 7 de enero de 1979, en la ciudad de Mar del Plata, tuvieron lugar los secuestros de Mario Sasso y Norma de Sasso: secuestrados el 4 de enero. Él era marinero de barco de pesca y ella ama de casa. Mario Germán Rodríguez: secuestrado el 5 de enero. Obrero del gremio del pescado y delegado. Ana Rómoli: secuestrada el 6 de enero. Enfermera y trabajaba con los familiares de los desaparecidos y detenidos políticos. Donaldo David Molina y Adriana Sciuca de Ruiz: secuestrados el 7 de enero. Julio Mártire Manza, secuestrado el 7 de enero, también del gremio de pescado. Al día siguiente, 8 de enero, secuestran al compañero Juan Antonio Rodríguez. En todos los casos los secuestros se hicieron con ostentación de armas y graves destrozos de las casas y los muebles de los secuestrados, además de robo de todo aquello que pudiera tener algún valor. La saña llegó incluso a tal punto que allanaron la casa de la esposa legal de Rodríguez, de quien está separado hace más de un año, y destrozaron la vivienda.” (Extracto de carta de denuncia dirigida a Amnesty Internacional en enero de 1979)

Como lo demuestran estos trágicos listados, la juventud y la inserción de los compañeros en el gremio más importante en ese momento en la zona, el del Pescado, eran los rasgos más destacados de este fuerte núcleo militante.

Varios juicios, ¿castigo para todos?

Aquellos integrantes de la banda criminal que fueron presos por el asesinato de Silvia Filler quedaron en libertad por la amnistía dictada por el presidente Cámpora en 1973.

En esta megacausa, han sido sentenciados los principales responsables de ese centro de detención clandestino. De los 14 acusados en esta instancia, 11 jefes militares ya han sido juzgados, como el ex general Alfredo Manuel Arrillaga, sindicado por la Fiscalía como el máximo responsable, que tiene 3 condenas a prisión perpetua en su haber.

Junto con los familiares y compañeros de las víctimas, así como las organizaciones de derechos humanos y de izquierda, bregamos porque en esta causa se logre la máxima pena para todos los responsables. Los avances logrados deben ser un punto de apoyo para ir por más. Porque somos conscientes, que aunque se han desarrollado siete juicios en la ciudad, todavía siguen libres, sin ninguna imputación, miembros de las fuerzas de seguridad y cómplices que fueron parte de estos operativos criminales, así como responsables civiles, empresariales y eclesiásticos.

Por la memoria de nuestros compañeros y de todos los luchadores, porque su legado revolucionario socialista sea parte y simiente de la construcción de la nueva generación revolucionaria, seguiremos luchando por juicio y castigo para todos los responsables del genocidio y por una sociedad sin explotación ni opresión.

 

 

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