EX SIDE: INFILTRADOS, ESCUCHAS E INFORMES RESERVADOS – 

 

Hace pocos días la SI (Secretaría de Inteligencia, ex SIDE) tuvo que rendir cuentas sobre cómo gastó los más de 5.000 millones de pesos que recibió del Estado durante la última década y nos “convido” con números oficiales que lejos están de ser los de un gobierno “para el pueblo”.

 

El “voyeurismo” K

 

Nos referimos a este término en forma literal ya que según los propios números de la Secretaría de Inteligencia se realizaron más de 600.000 informes reservados para la «seguridad nacional» durante los primeros diez años del kirchnerismo en el gobierno; cabe mencionar que si estos son los números oficiales de una agencia de espías los números reales seguramente son muchos mayores. Los números fueron creciendo año a año llegando en 2007 a más de 70.000 informes. ¿Qué significa esto? Que el kirchnerismo se encargó de espiar las actividades de muchas personas, y por supuesto que no siempre con “buenos fines”. Desde el Estado se dijo que el aumento de la actividad (y por supuesto del presupuesto) se debió a los requerimientos por parte de jueces y ministros de intervenir líneas telefónicas por secuestros y en los centros penitenciarios. Pero los fines de la ex SIDE siempre fueron otros. Al respecto de cuál es el fin de los servicios de inteligencia en un gobierno burgués podemos recordar algunos casos que salieron a la luz (de los millones que no salieron) sobre infiltrados en organismos sindicales, políticos y estudiantiles.

 

Se infiltran para cuidar de la “inseguridad”… a la burguesía

 

A saber, por el escandaloso trato del caso del atentado a la AMIA, podríamos creer que se les paga por nada, pero algunos casos nos recuerdan cuándo intentan hacer bien su trabajo los infiltrados: cuando la clase obrera y la juventud son los que están del otro lado.

El caso del policía infiltrado en la agencia Rodolfo Walsh durante más de 10 años es solo una muestra “light” de lo que estamos hablando. Más claro fue el accionar en ocasión de los cortes de Lear cuando el coronel Galeano se intentó infiltrar entre los trabajadores y tuvo que ser “rescatado” por los gendarmes; fue en aquellas jornadas donde la Gendarmería intentó inaugurar la nueva metodología del “gendarme carancho”. Esa fue la respuesta del gobierno “nacional y popular” ante el despido de trabajadores de una empresa imperialista: espías y caranchos.

Una de las cosas que se destapó con el caso Nisman fue la pelea intestina que había en la SIDE y es uno de los motivos por los que se realizó la pantomima de cambiarle el nombre. La cuestión a grandes rasgos es que hay dos sectores con mucho poder dentro de este organismo. Uno el liderado por Stiuso, un agente de inteligencia que está desde antes de la dictadura y a quien Néstor Kirchner le dio aún más poder y otro que es el sector de Inteligencia del Ejército, liderado por el general César Milani, que comenzó a expandirse con la llegada de Cristina a la Rosada. Es decir, que hay dos sectores con vínculos firmes con la dictadura peleando por el monopolio de la infiltración y la espiada. Así están las cosas en el gobierno de la “Década Ganada”.

Una pelea intestina que sólo ayuda a Cristina

León Yanovka

 

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