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Más trapitos al sol de la burguesía argentina

 

Como es sabido, hay en marcha una investigación de un listado de cuentas abiertas en la filial suiza (Ginebra) del HSBC, que no es más que el capítulo argentino de una vastísima maniobra financiera ilegal en la que intervino ese banco. El principal cargo que se hace a los titulares de las cuentas es el de ocultar el origen del dinero para no pagar impuestos, aunque no sería nada de extrañar que aparezcan cosas mucho más sucias todavía.

En el plano local, se armó una Comisión Bicameral de seguimiento de este mega caso de evasión fiscal, que recibió una lista de más de 4.000 empresas y particulares, con cuentas por un monto estimado, por ahora, en más de 3.500 millones de dólares (cifra que tranquilamente podría ser el doble o el triple, a medida que se conozcan más datos).

Recién se están dando a conocer los primeros nombres, y ya hay 10 compañías citadas ante la comisión parlamentaria. La lista es de lo más variopinta, e incluye empresas de todos los tamaños y ramos comerciales: firmas de medios como Cablevisión y Telecom Argentina, bancos nacionales y extranjeros (Deutsche Bank, Banco Velox), casas de cambio, energéticas (Pampa Energía, la petrolera de los Bulgheroni), hoteleras, petroquímicas, agropecuarias (Los Grobo), dueños de empresas emblemáticas como Mastellone (La Serenísima) y Fortabat (Loma Negra), viejos zorros de las finanzas como Raúl Moneta, Horacio Liendo y el contador Miguel Abadi, dueño de la cuenta más abultada de todas (1.400 millones de dólares), laboratorios, acerías, frigoríficos, metalúrgicas…

En fin, ¿para qué aburrir? Toda la burguesía argentina está ahí. Lo más granado y lo más berreta; los viejos oligarcas y los nuevos ricos; la patria financiera y la patria contratista; corpos y corpitos. Todos. Ni la clase política se salva: Alfonso Prat Gay fue citado en su calidad de apoderado de Loma Negra, y hasta la familia Rodríguez Larreta (parientes del inefable candidato PRO para la Capital) tiene unos módicos 7 palitos verdes en Suiza.

Como se apresuraron a decir varios legisladores, “tener plata en el exterior no es delito”. Pero apostaríamos lo que no tenemos a que buena parte de esa plata no estaba declarada, y eso sí es delito. Es una hermosa foto de familia de nuestra “patriótica” clase capitalista, la clase que ahora quiere gobernar casi sin intermediarios (en el caso del PRO), la clase que reclama sacrificios a millones para que ella pueda sacar sus millones y ponerlos a buen resguardo. Y sin pagar impuestos.

Ah, y recordemos que es la clase que el kirchnerismo, tan “nacional y popular”, nos dice todo el tiempo que tiene derecho a sus ganancias, que es indispensable, que la sociedad no podría existir sin ella. Ya que estamos con el tema de la evasión de impuestos: nos gustaría ver que Cristina Fernández, tan furiosa con los trabajadores que ganan poco más de tres salarios mínimos pero no quieren pagar impuestos por eso, se ponga igual o más furiosa con esta manga de ventajeros, evasores seriales y estafadores amparados por todos los poderes. ¿A alguien le queda alguna duda de quiénes son los que deberían financiar los gastos del Estado?

M.Y.

 

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