El Nuevo MAS ha poblado sus listas a legisladores porteños con numerosos candidatos que son parte de las luchas de los trabajadores en la Ciudad de Buenos Aires como Eduardo Quinteros, trabajador e inagotable activista en el hospital Argerich en defensa de la salud pública y los derechos de los trabajadores.

 

–¿Cuál es la situación de los trabajadores de salud de la Ciudad?

 

–Te puedo decir que al lado de la recaudación que tiene la Ciudad, la situación de la salud es un desastre. Partiendo de los sueldos que son miserables. No tenemos aumento desde hace mucho tiempo. Ahora hicieron un invento que es juntar todos los rubros de nuestro sueldo, y ni sabemos cuál es nuestro básico. Con las horas extras también aplican un invento que se llama “módulos”, por el que trabajando un mes entero doble turno, apenas arañás unos tres mil pesos más. También está pasando que la gente se jubila y no ponen ningún reemplazo, así que los que quedamos cada vez trabajamos más. Y si aparece alguien nuevo, nunca es por concurso, todo es acomodo con el Sutecba, aliado al gobierno de Macri. Las reparticiones, como las que hacen atención primaria, trabajo social, capacitación gratuita para los trabajadores, se van dejando de lado, no invierten nada porque no le dejan dinero al gobierno amarillo.

 

–Vos, además de tu trabajo de enfermero, sos docente en el área de capacitación. ¿Por qué Macri quiere sacar la capacitación gratuita?

 

–No vamos a decir nada nuevo, todos sabemos que para Macri todo es negocio. La capacitación es un kiosco que quieren manejar de forma privada, cobrando. Por eso desde la agrupación Carlos Fuentealba no peleamos sólo por el salario, también peleamos para que los compañeros se organicen para defender conquistas como esta, y que la capacitación siga siendo estatal y gratuita. Yo doy clases en el centro de enseñanza que funciona en el hospital Rivadavia, donde se capacitan trabajadores de todos los hospitales; ese centro tiene más de 17 años, allí se ha formado mucha gente, y el gobierno lo quiere dejar en el camino. También en el Rivadavia está habiendo un conflicto de los trabajadores de allí, para que arreglen un pabellón que se está cayendo a pedazos, se les cae el techo encima. Macri, cuando asumió, prometió arreglarlo, pero no lo hizo. Pasa que ese hospital está en una zona adinerada, en la avenida Las Heras, un lugar apetecible para los negocios inmobiliarios de Macri y sus amigos.

 

–¿Qué hacen frente a esto los funcionarios K de la Ciudad?

 

–El ejemplo más claro fue lo que pasó en el Borda, cuando los legisladores K le aprobaron a Macri que se apropiara de terrenos de Talleres Protegidos, provocando la represión que vino después. Además, en 28 años que tengo de trabajo conozco muchos compañeros que hoy trabajan en provincia, y te aseguro que los hospitales públicos en las zonas gobernadas por ellos están igual o peor. El gobierno nacional podría hacerse cargo, por ejemplo, del área de capacitación, o al menos los legisladores K deberían impulsar proyectos para que eso no se cierre, pero en lugar de eso se la pasan haciendo intercambio de favores con el macrismo.

 

–Vos vas de candidato en una lista encabezada por Manuela Castañeira. ¿Cómo relacionás tu pelea en la salud con la lucha de Manuela con Las Rojas?

 

–Mirá, hace unos años la burocracia del Sutecba (municipales de la Ciudad) me quiso echar del Argerich, y para que me fuera sin protestar, me ofrecieron un puesto en el Teatro San Martín donde no iba a hacer nada más que tomarle la presión a alguno que se descompusiera en el teatro, un lugar cómodo donde cobrar el sueldo sin trabajar. Yo acepté que me trasladaran, porque veníamos de una derrota y no daban las fuerzas para seguir peleando, pero pedí estar en un lugar donde pudiera ejercer mi profesión. Así fui al centro de salud donde estoy ahora, que depende del Argerich. Te cuento esto para que entiendas que los que laburamos en salud tenemos vocación, elegimos esta profesión porque nos apasiona curar a la gente. Y cuando me tocó trabajar en terapia intensiva, muchas de las veces que vi la muerte de cerca fue en pacientes con secuelas de aborto. Cuando se te escapa de las manos la vida de jóvenes mujeres, no tenés mucho que pensar, porque sabés que es por la presión del gobierno nacional que el aborto no se legaliza para poder hacerlo en condiciones clínicas. Cualquiera que tenga vocación en salud tiene que estar feliz y orgulloso de acompañar a Manuela en esta pelea.

 

–Salvo en las listas del Nuevo MAS, no se ven muchos trabajadores representando a sus partidos en una candidatura política. ¿Qué opinás?

 

–Lo primero es que soy candidato de un partido de trabajadores, no sería candidato de un partido que representara a los patrones. Creo que los luchadores de la clase trabajadora tenemos que aprender a ser también militantes y dirigentes políticos. Para saber solucionar los problemas de la salud pública, hay que conocer cómo funciona el Estado, cómo te mienten los diferentes gobiernos, y aprender a combatirlos en “su cancha” como diríamos. Y así como convencí a varios compañeros para que fueran candidatos del Nuevo MAS, también los llamo a todos a sumarse a la campaña para que la voz de los trabajadores de salud de la Ciudad se escuche en estas elecciones.

 

 

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