Alcides Christiansen, ex Secretario General de la UOCRA Neuquén, dirigente nacional del Nuevo MAS



 

 

Buenos tardes compañeros y compañeras, hemos venido desde Neuquén haciendo un esfuerzo porque queríamos compartir la alegría de todos los militantes revolucionarios para resolver las amarguras de la clase obrera explotada, y de las compañeras abusadas, y de todos los jóvenes atropellados, y los 43 desaparecidos, que los queremos con vida. Expreso esa alegría porque de acá se pueden resolver esos problemas que tenemos.

A mí me toca un poco empezar algo de “la entrada política de la cuestión” y traeré un poco a memoria las acciones del clasismo, las intervenciones nuestras en ese momento, y cómo resolver la cuestión. Y no se puede decir esto que no sea en esta tribuna, porque acá se entienden los problemas que tiene la clase obrera, y los problemas que tenemos los revolucionarios para llegar a ponernos delante de los trabajadores para indicarles el camino que tenemos.

Ustedes saben que yo fui secretario general de la UOCRA en la década de los 80 hasta principio de los 90. Fue una experiencia clasista que fue la continuidad del clasismo de los 70, trasladando la memoria histórica que la dictadura militar quiso cortar, y logramos en ese momento patearle el tablero a la normalidad burocrática de tener un sindicato para manejar a los trabajadores, donde los dirigentes ordenaban y los trabajadores acataban. Lo hicimos al revés, le indicamos a los trabajadores que la fuerza de ellos estaba en la asamblea de base, para resolver los pasos a seguir hacia sus reivindicaciones, y los dirigentes debemos acatar la decisión de los trabajadores. Por eso llevamos adelante revolucionarias medidas, por ejemplo, la cuota sindical. Desafiliamos a todos los compañeros de la UOCRA, de la nacional y de la provincial, y le dijimos a los compañeros que pongan su cuota sindical voluntaria, y así lo hicieron. Le dimos una herramienta al compañero para que la use contra sus dirigentes: eso es democracia obrera. Le dimos un cuchillo, ellos del lado del cabo y nosotros del lado del filo para que ellos lo salgan a usar primero contra nosotros, y el día que no luchemos, que no aporten más la cuota sindical.

Así se terminó por esos años la burocracia sindical, así fue como los trabajadores empezaron a luchar, así fue como los trabajadores empezaron a ver que la lucha no era meramente sindical, por un aumento salarial. Le indicamos que también el camino era terminar con esa pelea en la Casa de Gobierno, donde estaba el poder político, que si no gobernaban los trabajadores, mañana seguiríamos igual que hoy.

Y ustedes saben, que nuestros compañeros, muchos de ellos, confían en las instituciones burguesas: vamos al Ministerio, a presentar todo legal dicen los compañeros. Es el Ministerio el que le declara la huelga ilegal cuando están luchando; el que no le aplica la conciliación cuando la necesita y cuando voltean delegados por la espalda cuando son combativos, como los de Lear.

Confían en la justicia: en la justicia que deja libre a todos los represores de los trabajadores; o que los condena a los 90 años, cuando nos mataron 30 mil compañeros de entre 21 y 25; es la justicia que te lleva por delante y te mete los carros de asalto porque estás peleando; y están confiando muchas veces en eso.

Confía en la Iglesia: “si Dios nos ayuda”, dicen algunos compañeros. Por eso no es una tarea fácil. La Iglesia es la que le da el sermón, todas las Iglesias, la protestante y la que no está, a los trabajadores para que peleen en paz o pidan en paz. Son los que le mojan la pólvora a los obreros cuando quieren pelear, son los que los domestican. Los llaman a rezar, y “no vayas a pelear porque te llevan por mal camino”.

Y es por esto que nuestra tarea no es nada fácil. Es por esto compañeros, que este puñado de compañeros que estamos militando, intervenimos en la lucha de clases para decirles a los trabajadores, y coparnos un poco de la década del 70 que felizmente alcancé a vivir de muy joven militando en un partido revolucionario, de cuando existía la forma de pelear, de que ante un despido se tomaba la fábrica, y ¡los trabajadores le cuestionaban la propiedad privada directamente al patrón!

Los obreros no tenían en ese momento ninguna mediación que los frene y los lleve a la derrota. Aquel clasismo, la justicia la echaron abajo, voltearon a Onganía, en Río Negro volteamos a Requeijo, un dictador que oprimía al pueblo. Ese salto que los compañeros dieron se intentó cortar de cuajo para frenar esa vanguardia. Por eso de los 30 mil desaparecidos, el 70% son delegados obreros, son los de Alpargatas, son los obreros del Pilar, 30 activistas que los dinamitaron y los hicieron volar en pedazos. La saña y el odio del capitalismo contra esos compañeros se hizo ver. Porque necesitaban eliminar esa gente. Es mala palabra ser zurdo, ser activista, ser combativo, ser revolucionario. ¡Pero acá está la conciencia, o la memoria histórica, que es como la madera seca, que se raja pero no se dobla ante el patrón!

Y esto lo digo compañeros porque esta nueva generación de luchadores, por eso la gran satisfacción de escuchar a los jóvenes, al compañero de FATE, de cómo le indica a sus compañeros, que la salida es política, que no nos podemos quedar en el entretenimiento de la pelea solamente por las cuestiones laborales, por las cuestiones de salario. Que es política al mango, que tenemos que decirles a los compañeros y acompañarlos, a que sus resoluciones las tomen cada vez más desde el punto de vista político revolucionario. Sin confiar en la burocracia: enseñarles a voltear a la burocracia. Enseñarles a pelear por la fuente de trabajo y el salario. Cargarles las pilas si queremos enseñarles a decir coordinadoras. Tenemos un partido con política porque tiene tradición desde antes del Cordobazo, ¡tenemos un partido que se fue a Gestamp a recuperar el método de pelea de la clase trabajadora! Que se plantaron con heroísmo, hicieron retroceder a más de un burócrata, y los compañeros dijeron “moriremos con el dedo en el gatillo”, y murieron con el dedo en el gatillo, no como otras ratas, que se fueron a las faldas del gobierno o a la falda de la burocracia traicionando a los compañeros.

Y de ahí sale también la lucha de Lear, tomando eso como referencia, la pelea empezó a ser cada vez más en el terreno político compañeros. Y acá sí esta idea me gustó más que la otra idea, porque los compañeros ahora, como en aquella época, comienzan a cuestionar el poder político y el poder económico de la burguesía. La clase obrera pelea cuando hay salarios miserables, cuando los chicos se cagan de hambre, y también pelea cuando está sobrando plata en algún lugar de los burgueses porque dice: eso me corresponde. La clase obrera no se detiene, porque lo único que tiene que perder son sus cadenas. No se conforma como otros sectores que con que le alcance para ‘na y para los chicos, ahí termina su pelea y nos vamos a la casa.

Nosotros no somos los que pasamos en auto por los ranchos de los trabajadores y vemos si sufren o no sufren hambre. Somos los que vamos a organizarlos, y vivimos la miseria de ellos; somos los que sentimos y hemos caído con los huesos en la cárcel para defenderlos, ¡y no estamos arrepentidos!

Nosotros tenemos un  compañero, tuvimos, su memoria está presente, que esta tarea que nosotros hacemos la estuvo haciendo. Y decimos que es el mejor socialista porque dijo que había que dar la vida por el socialismo y la dio. Carlitos, compañero de militancia desde el Viejo MAS, entendió nuevamente que había que salir a dar esta pelea en la cabeza de los compañeros y empezó a militar nuevamente y en el Nuevo MAS.

Estuvo en los procesos más importantes de la UOCRA el compañero. Estuvo en la toma de la Casa de Gobierno del año 95, donde fuimos presos varios compañeros; yo estuve un año, después salimos sobreseídos por la movilización obrera. Él estuvo ahí, estuvo haciendo la misma acción que hizo en la movilización de los docentes. Hacia 2 años y medio era maestro, estudió. Y enseñaba a los chicos más y menos, pero principalmente, si ustedes vieron el video, Carlitos les hablaba del problema del socialismo hasta a los alumnos.

Y el tiro en la nuca no fue una casualidad. Ese era otro profesor, era el profesor que les decía lo que nosotros queremos decirles a todos los trabajadores. Y lo bueno que la herramienta que usaba era esta herramienta, la herramienta del Nuevo MAS.

Tal vez peque de fanatismo pero nosotros somos el partido que les decimos a los trabajadores, les indicamos a los trabajadores, acompañamos a los trabajadores, vamos junto a la tarea de los trabajadores, pero no reemplazamos las acciones de los trabajadores. No nos vestimos de payasos para llamar la atención. Somos los que vamos junto a la clase obrera con el dolor que nos lleva, con el sufrimiento que tenemos, aunque caigamos muertos, o que vayamos presos a decirles la verdad: que la única forma de que los trabajadores se liberen es la tarea de que ellos mismos se liberen. Y el partido tiene que estar para eso, y así vamos a atraer a los compañeros a nuestra organización, por eso es importante este salto. Má, quién dijo que este partido estaba lleno de estudiantes y de jóvenes: está lleno de revolucionarios obreros, porque un joven que pelea junto a la clase ya es obrero. Una compañera que pelea junto a la clase ya es una obrera revolucionaria. Ese es el miedo que tienen; nos cuentan las costillas los partidos tradicionales. ¿No nos quieren porque no nos quieren nomás? No nos quieren porque nosotros no queremos discutir otra cosa que no sea política. Porque para eso nosotros usamos los parlamentos, como dijo Rosa Luxemburgo, el parlamento es una ventana donde puteamos a la burguesía y le hablamos a la clase obrera, a denunciar, compañeros la barbarie capitalista y ofrecer y mostrarle las bondades del socialismo. Por eso murió Rosa Luxemburgo, por eso murió Mariano Ferreyra, por eso murió Fuentealba, por eso murieron miles de compañeros, por eso tenemos en nuestra lista cientos de desaparecidos, y no somos sectarios, 30 mil desaparecidos que no hayan sido todos de nuestro partido, también lucharon para cambiar esta sociedad, y fue trunca su pelea.

Hoy compañeros, es más necesario que nunca, hemos conseguido a nivel nacional la legalidad. Es una cosa importantísima, porque la ventana que decía Rosa se nos amplía, porque una cosa es tener una ventana con uno que hable y otra cosa es tener varias ventanas, tener a “Chupete” en la campaña, tener al “Chino”, tener a las compañeras de Las Rojas. Nosotros sí que queremos esa ventana, pero para denunciar al capitalismo y para indicarle el camino a los trabajadores. Nosotros si queremos eso, para decirles a los compañeros que son espuriados por la explotación capitalista, que para sacarse de encima este yugo de la explotación, es necesario que tengan el poder político en sus manos y constituyan el socialismo. Pero también decimos que entre y entre hay muchas tareas transicionales que resolver. Y esas son pelear por las necesidades objetivas de la clase, lo inmediato. Yo me llené de alegría cuando los compañeros de La Plata estaban ayudando a los inundados, porque fue político. Esos compañeros en la próxima inundación  ya aprendieron que tienen que atacar el poder político y ya saben dónde está la mercadería guardada. Sólo si ellos lo hacen, nosotros los acompañamos, pero no los reemplazaremos, les diremos que eso es así.

Entonces nuestras peleas de la UOCRA, eran con obreros de la UOCRA, nuestras peleas con los estudiantes es con los estudiantes, nuestra pelea con todas las peleas en la fábrica es con “Chupete” a la cabeza o con Maxi Cisneros. Es de la única forma que nuestros compañeros se formen en un partido de revolucionario. Desde esa óptica, compañeros, estamos, y disculpen nuevamente la exageración, a punto de pegar un salto importante. Porque no van a ser “Chupete”, Alcides y otros que van a ganar a muchos compañeros, va a ser la fuerza colectiva de todos los compañeros, ¿o se creen que en Gestamp los obreros se animaron porque afuera los que estaban eran zombis dormidos? Era un puñado de compañeros revolucionarios, que enfrentando toda inclemencia, no solamente del tiempo, sino la patoteada de la burocracia y la amenaza de la policía y principalmente a las compañeras doblemente amenazadas, supieron meterse junto a los obreros para indicarles cómo era el camino. Por eso ese puñado revolucionario hoy tiene la gran tarea, y tenemos que aprovechar estas elecciones para denunciar a la burguesía, para denunciar la barbarie capitalista en todo sentido; cómo nos están explotando, en el caso de Neuquén, al mango a todos los trabajadores, que cuando hay ganancias en el petróleo explotan el doble a los trabajadores, pero les dan el petróleo a las grandes empresas capitalistas e imperialistas. Entonces en esta campaña, más que nunca, tenemos que decir a todos los trabajadores y el pueblo en general que se tiene que estatizar 100% el control del petróleo neuquino, fuera el imperialismo, fuera las empresas, andáte a tu país y ponélo bajo el control de los trabajadores, no del secretario general Pereyra.

En ese sentido, nosotros nos preparamos, también en Neuquén, ahora con doble trabajo, porque también conseguimos la legalidad en el gran Río Negro, y un saludo a los compañeros de Río Negro que lo hicieron con mucho esfuerzo, hacer dos campañas importantes donde ya la región, junto con los compañeros de Santa Cruz, tendríamos una política directa hacia el problema de los hidrocarburos, que es un problema que todos bailan, por eso se llenan de plata.

Y la otra es seguir peleando, compañeros, contra la impunidad del asesino Sobisch, quien fue el responsable político, el asesino ideológico de nuestro compañero Carlitos Fuentealba. El compañero, y quiero esto expresarlo, me enorgullece sobremanera, como a todos en Neuquén y a muchos seguidores de Carlitos, que el partido haya tomado la posta, de que todas las agrupaciones nuestras de lucha se llaman Carlos Fuentealba. Y lo vamos a defender ante, incluso, los familiares, que han cooptado a Carlitos y lo han afiliado al kirchnerismo después de muerto. Lo que no pudieron hacer con él cuándo estaba vivo, porque el murió peleando con la conducción de Guagliardo y hoy lamentablemente, la viuda compañera de Carlos está en esa conducción. Él vivió peleando contra el kirchnerismo y son todos kircheristas en esa conducción, él vivió peleando contra la burocracia en general y ellos están con Yasky. Entonces es cuestión nuestra si vamos a defender el perfil, como lo estamos defendiendo en todos los puntos del país, el perfil del compañero Carlos Fuentealba, que es tan sencillo como el perfil que tenemos todos nosotros. Él murió revolucionario y va a vivir en nuestros corazones en primer lugar, pero principalmente en la cabeza explicándole a los compañeros, aprovechando también la figura de Carlitos como una ventana, para atraerlos a la sensibilidad y decirles: éste era Carlitos. ¿Y eso por qué lo hacemos? ¿porque lucramos? No, porque queremos que la clase trabajadora y el pueblo en general se emancipen de una vez, se liberen de una vez y por fin entiendan que tienen que tomar el poder y construir el socialismo para terminar con la barbarie del sistema capitalista.

Compañeros, muchas gracias. ¡Viva Carlos Fuentealba y también el compañero Ferreyra!

¡Vivan las nuevas generaciones obreras que están haciéndose en la fábrica!

Y como dijo “Chupete” y lo voy a repetir hasta el cansancio: ¡viva el Nuevo MAS compañeros!

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