Un debate con el PTS – 

 

El jueves 2 de octubre, la asamblea del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales se pronunció acerca de los casos de violencia hacia las mujeres que conmovieron a amplios sectores de la sociedad en las últimas semanas. El encarcelamiento de Susana, María y Claudia en Jujuy, la violación de Rocío Girat y los femicidios de Melina y Paola fueron ampliamente repudiados.

En estos casos, Las Rojas peleamos junto a los familiares de las víctimas y junto al movimiento de mujeres para conseguir justicia para cada una de las compañeras. Estuvimos en Mar del Plata acompañando a Rocío, una compañera que se transformó en sujeto de la lucha, escrachando la base naval de los encubridores de su violador. Estuvimos en Córdoba y en Buenos Aires con la familia de Paola, movilizándonos a los Tribunales y a la Casa de la Provincia. Estuvimos en la Casa de la Provincia de Jujuy exigiendo la libertad de Susana, María y Claudia, así como viajamos a Jujuy para acompañar a estas mujeres que se encuentran presas.

Entendemos que estos casos son representativos de la situación de las mujeres en la Argentina K, donde todas las instituciones del Estado, desde la policía, los médicos, jueces, fiscales, hasta los gobernadores y el propio gobierno nacional, se ensañan con las mujeres que osan decidir sobre su cuerpo, y no mueven un dedo para hacer justicia cuando las mujeres somos golpeadas, asesinadas, violadas. Por eso nos parece fundamental la movilización independiente de las mujeres y sus agrupaciones, de los centros de estudiantes, de los organismos de derechos humanos, para luchar contra el gobierno, contra las instituciones de este sistema machista y patriarcal y contra todas las lacras sociales que violentan el cuerpo de las mujeres.

Por eso es que en la asamblea, Las Rojas reivindicamos que el violador de Rocío, Marcelo Girat, y el femicida de Paola, Gonzalo Lizarralde, se encuentran presos gracias a la acción independiente del movimiento de mujeres. Sin embargo, en esto no todas estamos de acuerdo. Mientras la asamblea votó ampliamente la moción que presentamos Las Rojas, las compañeras del PTS se negaron a votar junto al conjunto del movimiento estudiantil y presentaron una contramoción.

 

El debate por un programa para los casos de violencia

 

Las Rojas creemos que la violencia hacia las mujeres no es resabio de un machismo de otros tiempos, sino que es una de las formas en que se muestra la opresión, que es parte de la estructura de esta sociedad capitalista y patriarcal. Cada caso de violencia hacia las mujeres, nos muestra cómo conspiran todas las instituciones del Estado burgués para garantizar el sometimiento de las mujeres y  la impunidad para los violentos.

Cuando una mujer denuncia que es golpeada por su pareja, o que es perseguida y amedrentada por su ex pareja, ni la policía ni la justicia le toman la denuncia. Si las mujeres, cansadas de esta situación, deciden hacer frente a los violentos, como hicieron Marina y Ailén Jara, son detenidas por la justicia machista. Y mientras tanto, a los femicidas como Lizarralde o el karateca Martínez se los deja pasearse por las calles libremente, ni siquiera se los investiga: Lizarralde dejó a Paola y Martina en una alcantarilla muy cerca de su trabajo, y fueron encontradas por una vecina. Podemos asumir que la policía de De la Sota no la buscó ni durante cinco minutos, no ordenó ninguna búsqueda ni rastrillaje.

Esta situación nos obliga a pensar de qué forma tenemos que pelear, de qué forma conseguir justicia para las compañeras. Nos obliga a construir un programa de lucha para responder a cada uno de estos casos, y a su vez, que abone en la estrategia de construir un movimiento de mujeres que pelee hasta el final por la emancipación de todas.

En primer lugar, hay que pelear porque los violentos y los femicidas no queden impunes. Pelear por el castigo a los violentos, tiene como finalidad inmediata separar a estos engendros machistas de las mujeres, que las mujeres no sientan miedo de encontrárselos a la vuelta de la esquina. Pero también, de ir creando la conciencia en la sociedad de que las mujeres no son un objeto al que se le puede pegar, violar y quemar, y luego quedar impune.

Las Rojas entendemos que lograr que los violadores y violentos no queden impunes, sólo puede hacerlo el movimiento de mujeres peleando de forma independiente del gobierno y del Estado. Por eso es que en cada caso impulsamos amplias campañas de solidaridad, junto con marchas y escraches a todos los que garantizan la impunidad. Y creemos que es una gran conquista de estas acciones conseguir que los violentos, los Lizarralde y los Girat vayan a la cárcel, haciendo la experiencia junto a los familiares de las víctimas y el movimiento de mujeres de arrancarle justicia a las instituciones del estado machista y patriarcal.

Las compañeras del PTS están en contra de esto, ya que entienden que la exigencia de cárcel “fortalece al sistema represivo”. Las Rojas entendemos que el aumento del sueldo a los policías, la impunidad a los militares autores de crímenes de lesa humanidad, el aumento de la presencia de gendarmería en los barrios del conurbano y el sur de la Capital Federal, la militarización de Gestamp, fortalecen al aparato represivo. Estas cosas las repudiamos y nos movilizamos en contra de la criminalización de la pobreza y la protesta social.

Las compañeras dicen luego que “pedir cárcel para Girat está bien, porque es un miembro de las fuerzas armadas, pero pedir cárcel para Lizarralde está mal porque no lo es”. En primer lugar, debemos decir que entendemos que todos los miembros de las fuerzas represivas son enemigos de clase de los trabajadores y a su vez parte de las instituciones del estado capitalista y patriarcal. A su vez, los miembros de las fuerzas armadas son responsables de crímenes de lesa humanidad contra los cuales luchamos cotidianamente junto a los trabajadores y los organismos de derechos humanos. Sin embargo, Girat se encuentra preso por violar a su hija Rocío. Una vejación atroz ya que ha sido violada tanto en su casa como en la base naval con el amparo total de la Marina. ¿Acaso Lizarralde debe recibir un castigo diferente por haber asesinado a Paola? ¿Es el femicidio, un crimen de odio contra las mujeres por ser mujeres, una forma de violencia que merece un tratamiento distinto que el de Girat?

El argumento de las compañeras del PTS es que exigiendo cárcel a los femicidas y violadores, podrían ir presos trabajadores. ¿Acaso el conjunto de la clase obrera es femicida? Nosotras creemos que no, que los trabajadores que pelean contra la explotación capitalista son aliados estratégicos de las mujeres en la pelea por terminar con toda explotación y opresión, ya que ellos mismos son explotados y oprimidos en esta sociedad capitalista. Pero además, la impunidad de los casos de violencia, nos muestra también cómo el problema de clase se cruza con el problema de las mujeres: el karateca Martínez se encuentra libre porque además de que la justicia es profundamente patriarcal, es amigo de la policía; Lizarralde contó con impunidad porque además del amparo policial, es un cheto, mientras Paola era una mujer trabajadora.

¿Cuál es el programa del PTS para los casos de violencia entonces? La respuesta es abstracta: “justicia popular”. Las Rojas peleamos por la emancipación de las mujeres y por construir un fuerte movimiento de mujeres que pueda lograr este objetivo. Por eso defendemos las acciones independientes de las mujeres que abonen en este sentido, como las compañeras que en algunos barrios utilizan sistemas de defensa de las mujeres, a través de silbatos que les permiten conocer inmediatamente cuando una mujer es víctima de violencia y acuden inmediatamente a defenderla. Ahora bien, ¿qué hacemos cuando esto no ocurrió?, ¿qué hacemos si después de eso la policía y la justicia no hacen nada para separar a los violentos de las mujeres que victimizan?, ¿qué hacemos en este sistema tal cual es para defender a las mujeres que están siendo víctimas ahora mismo? El programa del PTS no dice nada concreto.

Peor aún. Llevemos el programa del PTS hasta sus últimas consecuencias. Si el problema central es que pedir cárcel fortalece al sistema represivo, ¿hay que exigir libertad a Lizarralde? Las compañeras saben que no pueden decir esto, ya que recibirían el más amplio repudio del movimiento de mujeres. Sin embargo, es algo que queda irresuelto en el sinsentido de sus afirmaciones.

Un programa de lucha para la emancipación

El programa de Las Rojas está profundamente ligado al avance del movimiento de mujeres. Nuestra estrategia es la construcción de un movimiento de mujeres independiente y de lucha que logre la emancipación de las mujeres. Pero este movimiento se construye en cada lucha, en cada caso en que las mujeres se plantan para enfrentar la opresión. Por eso hacemos de cada caso una tribuna para denunciar políticamente la opresión, y para conseguir justicia para las compañeras. Cada conquista, cada caso que no queda impune, es un granito de arena en la construcción de ese movimiento de mujeres, que se fortalece, que adquiere conciencia de su propia fuerza y que suma compañeras para las peleas por venir.

En la Argentina hay un femicidio cada 30 horas. Hay niñas y mujeres violadas a cada momento. Cada caso que no queda impune gracias a la movilización, es un triunfo del movimiento de mujeres. Pero queremos más.

Las Rojas peleamos hasta el final: exigimos trabajo genuino para las mujeres (especial y urgentemente para aquellas que son víctimas de violencia) porque la independencia económica es fundamental para que las mujeres no dependan ni del Estado ni de los violentos. Exigimos refugios controlados por el movimiento de mujeres, para que las víctimas de violencia puedan irse inmediatamente de la casa donde el hombre las somete. Peleamos por cada una de las cosas que suman para que las mujeres sean dueñas de su vida y de sus cuerpos, y le ponemos el cuerpo, la voz y la garra todos los días a esta lucha. Las Rojas peleamos codo a codo junto al movimiento de mujeres y junto a los trabajadores para terminar con la opresión y la explotación. Porque queremos cambiar el mundo y contamos con sumar las fuerzas de todos los explotados, todos los oprimidos y oprimidas para hacerlo.

Que se cuiden los violadores y femicidas.

Flor M de Sociales

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