Desde Arteinsurrección tuvimos la oportunidad e dialogar con Norman Brisky sobre la actualidad internacional, el teatro y la política. Como jóvenes artistas fue una grata posibilidad de intercambiar ideas con un gran actor, dramaturgo y director de teatro que tiene una larga trayectoria de compromiso con el arte visto desde los intereses de los sectores oprimidos.

 

Arteinsurrección: Norman, ¿cómo empezaste a vincularte con la política?

 

Norman Briski : Mi padre fue un inmigrante polaco del Partido Comunista que vino a la Argentina. Fue dirigente de instituciones reconocidas, entonces ya de chico mamé todas las ideas de aquel entonces. Cuando tuve 30 años estuve en el peronismo de base, después ligado a montoneros y después, en el exilio, estuve ligado a todo el movimiento de solidaridad con el pueblo argentino.

 

AI: Estuviste también en el grupo “Octubre”.

 

NB: Sí, con el grupo “octubre” en la resistencia, luego en “Brazo Largo” y ahora en
“Miguelitos”, que actuó la semana pasada en la villa 21.

 

AI: ¿Y qué te llevó a darte cuenta de la necesidad de unir el teatro con la política?

 

NB: No es que lo uní, siempre me pareció que estuvieron juntos. Toda actividad cultural tiene un contenido político o social. Todo el teatro, desde Moliere, Shakespeare, y todo lo demás, siempre fue el teatro ligado al tema social del momento, lo que estaba pasando, directa o indirectamente.

 

AI: ¿Cómo fue continuar la lucha en el exilio y durante el regreso al país?

 

NB: Fue durísimo. En el sentido que hasta que vos te adaptas a nuevas realidades y podés aprehenderlas toma tiempo. Tanto tiempo que estuve afuera me queda como una universidad, que aprendí de distintas sociedades, distintas formas de organizarse. De todo aprendí, no te queda otra. Y con el tiempo, empezás a recabar la información que recibiste durante esos años, que no pudiste digerir por tu situación y que muchos años después te vas avivando.

 

AI: ¿Qué pensás del teatro hoy y, en particular, de los artistas que en su momento lucharon por el cambio social y hoy son parte del proyecto kirchnerista?

 

NB: Yo no se lo que están pensando los artistas. Me preocupa mucho más lo que está pensando la gente que labura todos los días, que constituyen la fuerza productiva del país y que abrirían la posibilidad de un cambio. No me preocuparía mucho por seguir el pensamiento critico de los artistas, pero los hay, algunos que son hermosos compañeros de ruta. Después, los que están en el kirchnerismo, es más complicado. Porque el kirchnerismo con el tema de los derechos humanos y otros aciertos de gobernabilidad, hacen que el campo popular esté dividido y no se dan cuenta de que, en definitiva, el kirchnerismo es un Estado y un gobierno para el capitalismo. Esta claro que estos progresismos, con sus aspectos “positivos”, cierran el sostén del capitalismo y de sus aliados. Uno dice “por lo menos la mitad de un coche argentino lo hacemos nosotros y la otra mitad…”. No, no es así. Ni siquiera el 10% es argentino… Este progresismo es engañoso y distorsionador. Distorsiona el campo popular diciendo que la gente “con los sueldos que ahora tiene”, eludiendo la inflación, creyendo que “están ganando más que un obrero brasilero”, pero no se dan cuenta de que, de todas maneras, esta economía es extremadamente inestable y que terminará como terminan todos los progresismos. Esa idea de convivir con el capital, con las inversiones, con Chevrón, con lo que sea, se creen que con eso se arregla la economía. Y en verdad, sigue siendo una entrega, vestido como si fuéramos soberanos. Estamos en la economía de dependencia, como siempre. Y la idea “inteligente” de manejarlo como si fueran gobiernos populares, hace que se convierta en un retraso de las reacciones de las mayorías, un retraso que radica en estas democracias basadas en el voto. Y eso frena cualquiera de las reivindicaciones, que hoy ya está claro que van apareciendo cada día más y que descomponen la idea de gobernabilidad que manejaban mientras la soja estaba al precio que convenía a sus impuestos.

 

AI: ¿Qué le transmitirías a las nuevas generaciones que empiezan a luchar por la transformación social?

 

NB: Les transmitiría un entusiasmo que es difícil ir a comprarlo. Entusiasmo y no solamente conciencia. Es un elemento importante la conciencia. Entonces, primero sean concientes de lo que está pasando. Pero no va a ser suficiente. Hay que tener coraje frente a las ideas. Como dijo el Che, “amor y coraje”.

 

“Yo apoyo al pueblo palestino, conozco la historia del pueblo judío y me resulta totalmente incomprensible a donde se llegó”

 

AI: Norman, hace unas semanas hiciste en Plaza de Mayo una obra de teatro callejero en contra del genocidio en la franja de Gaza. Desde el Nuevo MAS y Arte Insurrección también estamos llevando adelante una campaña por esta causa, con pintadas en las calles, hicimos una jornada artística en el IUNA, un mural en Filosofía y Letras. ¿Vos cómo ves la situación en Palestina?

 

NB: Me da la impresión de que al hablar del genocidio del estado de Israel a la población de Gaza está inscripto un tema más grande que tiene que ver con la decisión de EEUU de meterse en medio oriente. Esos ataques no son sólo por el petróleo, sino también por controlar el territorio, se está constituyendo casi una tercera guerra mundial, admitida por Obama en la ONU, exigiendo la colaboración de otras potencias económicas que intervienen con total impunidad, con una respuesta tibia de China y Rusia que no parecen constituir para nada un frente que se oponga.

Mi apoyo al pueblo palestino es conocido desde siempre. Especialmente porque tengo un origen israelita, conozco la historia del pueblo judío y me resulta totalmente incomprensible que llegue a estas instancias. El “gendarme alemán” ha hecho campos de concentración con los judíos y ahora los judíos hacen campos de concentración con los palestinos. Y seguirá esto, como dijo Obama esta tarde, de aniquilar al mundo islámico, no se sabe hasta cuando.

 

AI: Nosotros seguimos luchando para que el gobierno corte relaciones con el estado sionista de Israel.

 

NB: Sí. Los indicios de nuestro gobierno son “che, no hagan eso con el pueblo palestino”, pero también “che, palestinos, no tiren misiles sobre Israel”. Ponen todo en el mismo nivel, como si no tuviese el pueblo palestino sus razones para  defenderse. Hay una desproporción entre la capacidad armada de Israel, el segundo productor de armas en el mundo, frente a un pueblo que no tiene nada, pero que tiene una simpatía internacional que no tuvo ninguna otra causa. Es extraordinario reconocer que el mundo ha sido extremadamente sensible frente a esta causa. Acá lo que hace falta es una confrontación con el imperio que tenga otra categoría, y que ellos lo van a llamar “terrorismo”.

 

 Celina L. y Matías B. (ArteInsurrección IUNA)

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