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El gobierno nos viene negando el derecho al aborto, y se hizo evidente el día que los diputados kirchneristas faltaron en masa para dejar sin quórum el debate en el congreso allá por 2011. En argentina se practica un aborto por cada un nacimiento y son cientos las mujeres que mueren cada año por la clandestinidad de esta práctica. El aborto es una realidad, ahora tiene que ser un derecho.

Con la lucha del movimiento de mujeres logramos un fallo de la Corte Suprema de Justicia que ratifica los casos de aborto no punible: deja en claro que si una mujer fue violada puede realizarse un aborto en cualquier hospital público, sin necesidad de orden judicial o de denuncia ante la policía. Pese a esto, no siempre se pone en práctica…

Uno de los casos más resonantes es el del Hospital Ramos Mejía del 2012, donde luego de que Macri difundiera los datos del primer no punible grupos pro-vida se movilizaran para impedirlo.Ante esto, desde el movimiento de mujeres y Las Rojas nosmovilizamos a la puerta del hospital. Pancartas, redoblantes y bombos llamaron la atención y la presión del movimiento de mujeres, de toda la sociedad en general, permitieron que la chica se realizara el aborto.

Este año un caso similar pasó en el hospital de Moreno. Una nena de 13 años abusada exigía que se le realizara el no punible. Los médicos del hospital objetores de conciencia hacian mil maniobras para dilatar el proceso. Como aprendimos del Ramos Mejía, hacer ruido llama la atención.Y así difundiendo masivamente el caso logramos que la nena se realizara el aborto.

El cuestionamiento y la prohibición de que las mujeres dispongan sobre su propio cuerpo es muy fuerte en el país, al punto que en Jujuy está presa Susana por realizarse un aborto y dos amigas, María y Claudia, por supuestamente haberla ayudado. Es necesario reclamar por su inmediata libertad, en el camino de resolver el problema de fondo: conquistando el aborto legal en el hospital.

 

Un sistema de salud que respete a las mujeres

Abajo los objetores de conciencia

 

Desde RHCombativo nos parece fundamental considerar a la salud al servicio de los trabajadores, las mujeres y los sectores populares.

Y pensar eso implica dar cuenta que desde la formación misma de las y los trabajadores de la salud hay mucho por hacer. Nuestra facultad, con Provenzano a la cabeza, es la única que se ha declarado abiertamente en contra del derecho al aborto en el hospital.Y este tipo de posicionamientos se trasladan a la formación: qué contenidos se da y cuáles no, que prácticas aprendemos y cuáles no. La lógica de la gestión implica operar por omisión: hay temas de los que no se hablan, debates que no se dan, inquietudes que no se resuelven.

La facultad debería formar profesionales que respeten a la mujer como en su decisión sobre el propio cuerpo y en el acceso a la anticoncepción de su elección, al cuidado de su cuerpo. Pero la gestión propone un programa de estudios en donde la salud reproductiva de la mujer no existe. Basta con solo entrar a la facultad y ver la virgen en el hall para ver la Santa Alianza de las autoridades de la UBA con la Iglesia Católica.

 

La formación que queremos

 

Como vemos, todas estas mujeres pasan por servicios médicos donde se enfrentan a sistemáticas vejaciones y atropellos. Por un lado la falta de reglamentación de proto- colos que ya existen para que médicos y enfermeras sepan cómo proceder, como es el caso de los abortos no punibles. Pero también con los “objetores de conciencia” que son médicos que arguyen convicciones religiosas y/o morales para no realizar una práctica médica que una mujer necesita y solicita, y a la que tiene derecho. No son algunos pocos, sino que se hace de manera institucional.Tal es el caso del colegio médico de Misiones que dijo que no había un solo profesional en toda la provincia que realizara interrupciones de embarazos a niñas violadas porque se declaraban todos “objetores de conciencia”… en los hospitales públicos. Se sabe que muchos son parte del negociado del aborto clandestino que mueve millones al año; clínicas a las que sólo pueden acceder un sector de las mujeres, siendo así que la prohibición del aborto termina afectando a los sectores más populares.Termina siendo una medicina para pobres y otra para ricos…

 

Sumate a la campaña por una cátedra se salud sexual y reproductiva

 

Desde RHCombativo nos parece necesario un espacio específico en donde discutir estas problemáticas en profundidad: qué salud necesita- mos las mujeres, el derecho al aborto, los métodos de anticoncepción y muchos temas más que hacen a la formación profesional y por ello deberían ser parte de los contenidos obligatorios de la carrera.

Una cátedra de salud sexual y reproductiva permitiría problematizar sobre los contenidos éticos de la medicina, dar cuenta de la opresión de las mujeres y que eso se manifiesta en el trato y el acceso al sistema de salud, y por sobre todas las cosas que sé puede hacer desde el rol profesional como médicas y médicos para cambiar esa situación y el sistema como un todo.

 

RHCombativo

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