Llamamiento urgente –

La presidenta logra más apoyo que el esperado en el tema de los fondos buitre: 48% de acuerdo con cómo lo está manejando frente al 32% en desacuerdo. El 20% restante no sabe (…) La ecuación simbólica de la conjura externa contra el país da sustento, en algunos sectores, a la épica con que el gobierno quiere revestir su accionar” (La Nación, 3-08-14)

Como señalamos en el editorial de este número el gobierno ha logrado acaparar todo el “espacio político” en lo que tiene que ver con la lucha con los acreedores externos. Sintonizando con el sentimiento prometido, ha manifestado reiteradas veces que “quiere pagarle el 100% de los acreedores” pero, al mismo tiempo, se muestra “firme” en la negociación con los fondos buitres y Griesa, señalando que no está dispuesto a aceptar cualquier condición.

Esta ubicación del gobierno que, por añadidura, le ha permitido recuperar en algo popularidad, se ha visto facilitada por el rol de la izquierda que no ha osado tomar iniciativa alguna en torno a poner en marcha un campaña que se plante, realmente, por el no pago de la deuda externa, bandera tradicional de la misma desde los años ’80.

Es verdad que la opinión pública se muestra, en general, muy “despolitizada”. También que la cuestión de los buitres es un tema de interés pero que no ha llegado a polarizar escenario político de tal manera de colocar las cosas al límite de una crisis política. Las fuerzas patronales le escapan al bulto porque, además, su camino en la “normalización” del país pasa por despolitizar cada vez más los asuntos, vender como gran cosa los temas de “gestión”, perfil que comparten tanto Macri, como Massa y Scioli.

Pero que la izquierda no sea capaz de plantarse, que anteponga como hace el FIT una supuesto “plebiscito” por el tema de la deuda a un claro planteo por no pagar, que si tal consulta popular no ocurre, no mueva un dedo, ya se trata de un escándalo político mayúsculo que le regala las banderas al oficialismo y le otorga un margen de maniobras mayor que si estuviera en la calles haciendo una gran campaña nacional.

Para colmo, como también señalamos en nuestra editorial, de esta misma “pelea” con los fondos buitres se agarra la burocracia sindical para no hacer olas, en vez hacer lo que habría que hacer: obligar al gobierno a pasar de la palabra a los hechos exigiendo aumento de salarios, parar los despidos y las suspensiones, la eliminación del impuesto a las ganancias, etcétera, financiando esto mediante la imposición del no pago de la deuda externa.

En estas condiciones opinamos que cada día que pase la cosa se pondrá más al rojo vivo. Si no se logra arreglar pronto con los fondos buitres las consecuencias económicas de la falta de arreglo se harán sentir, y el gobierno estará más presionado para pagar. Por oposición, si se pusiera en pie un polo por el no pago de la deuda esto podría servir de contrapeso por un camino alternativo. Un polo cuya primera iniciativa podría ser convocar a una gran marcha de Congreso a Plaza de Mayo.

Hacemos un llamado, entonces, a las demás fuerzas de la izquierda y todos aquellos sectores que se consideran antiimperialistas y, realmente, quieren salir a la pelea por el no pago de la deuda a comenzar por no pagarles un centavo a los buitres, a realizar una reunión con urgencia para poner en marcha una campaña como la que estamos planteando aquí.

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