Estado español

 Por Carla Tog y Carme Roig, SoB Estado Español

El pasado viernes 19 de diciembre el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de reforma de la ley del aborto (que con seguridad terminará siendo ley debido a la mayoría con la que cuenta el PP), presentada por el ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, “Fachardón”, como se le conoce en las calles, con el significativo nombre de  “Ley Orgánica de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada.”

A partir de la entrada en vigor de esta reforma será mucho más difícil y tortuoso para las mujeres poder abortar en España. Para hacernos una idea, las cifras hablan de que el 94% de los abortos que se realizaban hasta ahora pasarían a ser ilegales. La nueva norma, la más restrictiva desde el franquismo, elimina la posibilidad de abortar libremente en las 14 primeras semanas de gestación y elimina las malformaciones del feto también como supuesto, por lo que el aborto deja de ser un derecho legal convirtiéndose en un delito que sólo se despenaliza en dos casos: violación, y grave peligro para para la salud física o mental de la embarazada.

En 1985, durante el gobierno de Felipe González (PSOE), España vio por fin su primera ley de aborto. Una ley escueta que sólo lo despenalizaba en tres supuestos: violación,  peligro para la salud física y/o psíquica de la mujer hasta la semana 12 de embarazo, y por malformaciones en el feto sin plazo. Desde entonces y hasta 2010, la mayoría de los abortos comunes practicados, aquellos en que la mujer libremente decide interrumpir su embarazo, debían hacerse previa firma de un médico psiquiatra que te aseguraba “no estar bien de la cabeza” y ser una incapaz futura madre, para poderte realizar un aborto. Todo ello en las clínicas privadas, porque el estado nunca garantizó su acceso gratuito.

En 2010 el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) impulsó una reforma que iba un poco más allá y reemplazaba la ley de supuestos por una ley de plazos, “Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo”, vigente actualmente, que permite abortar libremente hasta las 14 semanas, incluyendo a las menores de entre 16 y 17 años sin el consentimiento de sus padres. En caso de riesgo para la vida o salud de la embarazada o riesgo de graves anomalías en el feto, se puede abortar hasta la semana 22 de gestación; permitiendo también interrumpir el embarazo sin límite de tiempo si se detectan “anomalías fetales incompatibles con la vida” o “cuando se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable”.

Si bien no es una ley donde el aborto sea libre, legal y gratuito en todos los casos (la sanidad pública tampoco nunca lo garantizó, por ejemplo), lo que tiene de progresivo es que deja elegir libremente a las mujeres dentro de esas 14 primeras semanas sin que nadie tenga que firmar un documento que las incapacite, sin necesidad de ser tuteladas, vigiladas y suplantadas por el patriarcado en sus decisiones.

Ahora, con la entrada en vigor de la nueva ley solamente se podrá abortar, dentro de las 12 primeras semanas, bajo los supuestos de violación (previa presentación de la denuncia, con el dolor y las dificultades que sabemos que a menudo esto suma a lo que ya sufre la mujer ultrajada); o grave peligro para la salud física y/o psíquica de la mujer, pero esta vez deberán ser DOS los médicos que “incapaciten” a la mujer y no podrán ser los mismos que realizan la interrupción del embarazo NI trabajar tampoco en el mismo centro donde éste se lleva a cabo. Asimismo, se extiende también el plazo obligatorio de “reflexión” de tres a siete días, en los que la mujer deberá ser informada de las alternativas al aborto, lo que significa abrir las puertas a las asociaciones antiabortistas para sermonear y torturar a las mujeres que quieran abortar.

Con la nueva ley, las menores de entre 16 y 17 años deberán contar con el consentimiento de sus padres o tutores, y en caso de que no haya entendimiento será un juez quien decida. Asimismo se impondrán penas de 1 a 3 años de prisión a los profesionales que realicen abortos “ilegales”.

Por todo ello, esta nueva reforma constituye un brutal ataque a los derechos de las mujeres para poder decidir sobre el propio cuerpo, además de ser un claro guiño a la iglesia católica y a los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad y significa un evidente, catastrófico y escandaloso retroceso histórico, ya que es mucho más restrictiva y retrógrada que la de 1985.

 

Oposición parlamentaria

 

Apenas aprobada por el consejo de ministros, el PSOE salió en conferencia de prensa a denunciar la ley, pero sólo se limitó a decir que apelaría al voto secreto de las mujeres del PP para que la ley no sea definitivamente aprobada. Es una ridiculez y una canallada política que el PSOE apele a las mujeres del poder y de la iglesia católica para frenar una ley que ellas mismas impulsan. En el contexto del avance de los brutales recortes y reformas del PP y la Troika, la propuesta pusilánime del PSOE es siempre la misma, “Vótennos que cuando seamos gobierno derogaremos todo”. Y por el lado de IU, también lo mismo de siempre, denuncia ante las cámaras, discurso un poco más rojo que el del PSOE y algún que otro acto aislado que no se vea mucho, nada que implique verdaderamente convocar y movilizar para enfrentar la ley como debe ser, en las calles.

 

El rechazo social y oposición en las calles

 

“Nosotras parimos, nosotras decidimos”, “Aborto libre y gratuito”, “Fuera Gallardón por machista y fascista” fue el grito fuerte y unánime de las y los miles que salimos a las calles el mismo viernes y nos manifestamos en distintos puntos del país. Los cánticos y las pancartas expresaban el mayoritario rechazo y repudio social a la nueva ley. Este es el camino a seguir para enfrentar estas leyes reaccionarias que como la ley de Seguridad Ciudadana atacan y recortan nuestros derechos. La lucha en las calles y no en el parlamento es el camino por el que debemos apostar los trabajadores y los jóvenes para hacer frente a las políticas de recortes económicos y sociales del PP.

 

Nosotras parimos, nosotras decidimos

Separación de la Iglesia y el Estado

Aborto libre, legal, seguro y gratuito

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