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Aplicación del taylorismo y el fordismo en la extracción de plusvalía – 

Por Ricardo López, Socialismo o Barbarie-Honduras

 

En la edición anterior publicamos un estudio realizado por nuestros compañeros de Socialismo o Barbarie de Honduras, sobre la situación de la clase obrera maquilera en ese país. Aquí presentamos segunda mitad. 

 

Procesos de trabajo taylorista y fordista

 

Ante la caída de la tasa de ganancia ocurre la reacción de los capitalistas utilizando la hiperracionalización del trabajo individual y colectivo. Se caracteriza en la reducción de la autonomía del obrero, incrementando su subordinación y sometimiento al capital, volviéndose en un apéndice de las máquinas.

El taylorismo es un “Sistema cuya finalidad es la de racionalizar el método de trabajo, pero no del obrero colectivo, como había sucedido ya en la figura de la manufacturera capitalista, sino ahora del obrero individual, miembro sin embargo del obrero colectivo” (Carlos Antonio Aguirre Rojas, UNAM).

Este sistema somete la voluntad e inteligencia del obrero, superando de esta manera las condiciones de la manufactura, perfeccionando la explotación; significa un retroceso en la revolución productiva que introdujo la maquinaria en los procesos de producción.

La aplicación de este sistema logra una organización del trabajo debido a los cambios en los procesos individuales incrementando la plusvalía en términos absolutos y relativos; este logro se realiza a costa de la intensificación del trabajo, reduciendo tiempos de ejecución, eliminando los “gestos y movimientos superfluos excesivos e inútiles” (Carlos Antonio Aguirre Rojas, UNAM), desde la perspectiva de los capitalistas.

El autor mencionado considera que el taylorismo no es una nueva etapa, ni es superior a la etapa de la Gran Industria Clásica, puesto que no realiza cambios fundamentales en la estructura de los medios de trabajo, sino que la transformación ocurre en el factor subjetivo, perfeccionando el diseño de las máquinas para la óptima racionalización del trabajo, que se traduce en la máxima intensidad posible de la aplicación de la fuerza laboral.

El mismo autor considera al fordismo como una modalidad del taylorismo que hiperracionaliza la actividad individual de cada obrero(a) a través del perfeccionamiento del sistema de las máquinas, introduciendo la cadena de montaje en el taller, eliminando el “tiempo improductivo”, utilizando sistemas accesorios que ahorran movimientos y desplazamientos: grúas, deslizadores y cualesquiera otros instrumentos que faciliten el transporte y agilicen la movilidad de personas y cosas.

El fordismo mediante su Cadena de Montaje subdivide hasta lo más mínimo posible las tareas y movimientos, que se convierten en sumamente repetitivos y simplificados. La Cadena de Montaje y todo su andamiaje incrementan el control sobre los movimientos mínimos de cada operario(a), de manera que el obrero individual está sometido a la dependencia del resultado final del trabajo colectivo y del control mecánico de las máquinas de las que se convierte en un apéndice.

 

Ponderación de la importancia del trabajador maquilero como parte de la clase obrera hondureña

 

El Banco Central de Honduras denomina maquila a la actividad laboral de la Industria de Bienes para la Transformación. El valor agregado bruto (VAP) de la producción maquilera representa de acuerdo a los datos más actualizados, en la serie de 2000 a 2011, un importante aporte del 34.4% del total de la industria manufacturera y el 6.4% del total de la producción nacional, PIB. La elaboración de prendas de vestir, arneses y piezas para automóviles significaron el 92.7% del VAP maquilero; el resto corresponde a las actividades conexas y auxiliares. (Datos para 2011). En 2011 la maquila empleó 120.118 personas, 63.067 mujeres y 57.051 hombres. El mayor porcentaje de personal contratado se encuentra en Cortés (78.8%); esto se explica porque de 322 empresas, 274 se ubican en este departamento, empleando 94.692 personas. La suma de contratados en la industria maquilera representa cerca de un tercio (27.8%) del total de trabajadores(as) de la industria manufacturera (120.118 / 432.600) y el 3.7% de la PEA para 2011 (120.118 / 3.226.100).

Las cifras de producción de la manufactura de 2000 a 2011, muestran una reducción permanente de la participación porcentual con relación al PIB nacional, aunque no explicado solamente por la participación de la Industria Maquilera que ha venido fluctuando en todo el período con el porcentaje mayor del 7.6% en 2007 y el porcentaje menor en 2009, de 4.9%. En 2011 el porcentaje de participación de la maquila al PIB fue de 5.8%.

Los porcentajes menores de participación de la manufactura fueron en los años 2010, 2011 y 2012 (16.6, 16.4 y 17.4), respectivamente, con relación al PIB del año correspondiente.

Productividad relativa. Una sencilla relación muestra la productividad del trabajo maquilero comparado con otras actividades, que se obtiene mediante el cociente del porcentaje de producción con relación al PIB entre el porcentaje de trabajadores maquileros con relación a la PEA: 5.8 Entre 3.7 = 1.567.

Esta cifra se interpreta de la manera siguiente: la productividad del obrero maquilero excede a la media de la productividad de otras actividades en 56.7%.

 

Perspectivas y política con el sector

 

El crecimiento lento de la actividad maquiladora tanto en producción, exportaciones y aumento de empleos, es más dinámico que el resto de sectores de la economía nacional, es el octavo exportador mundial de textiles, aunque China exporta tanto como la suma de los diez países exportadores de productos textiles que le siguen.

Esta importancia regional y mundial en un rubro que genera el 46% de las divisas por exportaciones debe enfocarse hacia las personas que hacen posible el ingreso de unidades monetarias equivalentes a $3,290.1 millones (para 2011): las (los) trabajadoras(es) de la industria maquilera.

Las centrales obreras de Honduras, sus direcciones tienen el reto inevitable de concretar mejores condiciones laborales de trabajadoras y trabajadores, reducir las circunstancias que aceleran las enfermedades relacionadas con su desempeño de trabajo, volver a las 8 horas diarias de trabajo, estabilidad en sus puestos de trabajo, y fundamentalmente, pelear por y lograr la libertad de organización para que tengan las mejores condiciones reales en la defensa de sus derechos.

Este sector como el resto de la manufactura son los grupos obreros más representativos de la clase en manifiesta ubicación opuesta a la clase burguesa nacional y las burguesías de otros países, puesto que de 322 empresas, 132 son de Estados Unidos y 33 son de países asiáticos.

Esta ubicación del sector manufacturero es determinante en su conversión como vanguardia de la clase obrera en la lucha presente por sus derechos laborales y su inmediata ideologización y organización política desde la perspectiva revolucionaria, que le permita saltar de la concreta realidad de “clase en sí” al grado consciente de “clase para sí”, que posibilite su independencia absoluta de cualquier influencia pequeñoburguesa que frene sus luchas y se pierdan claras opciones de conquista de la maquinaria estatal y del poder real, como ha sucedido decenas de veces en nuestro patio centroamericano.

 

 

 

 

 

 

Por un sindicato único de la industria de la maquila

 

El peso real tanto de la industria de la maquila en la economía hondureña (30% del total de exportaciones), como de la fuerza laboral en el proletariado hondureño (120 mil), hacen de las trabajadoras y los trabajadores maquileros una fuerza fundamental en el proceso de reorganización de la clase obrera y sus organizaciones.

En Honduras existen más 200 empresas en 44 parques industriales en operación, en las siguientes ciudades y municipios: Choluteca, Tegucigalpa, Amarateca, Comayagua, Siguatepeque, Villanueva, Búfalo, Santa Bárbara, Naco, San Pedro Sula, Choloma, Puerto Cortés, La Lima, El Progreso, Santa Rita y La Ceiba. (EMIH, 2011). En particular en el sector de Villanueva y Choloma, el impacto de la industria de la maquila ha cambiado radicalmente la producción de la región que pasó de ser agraria hace 30 años a ser eminentemente industrial y urbana, contribuyendo a cambiar el carácter rural de nuestro país a uno urbano (50.5% de la población habitaba en zonas urbanas en el 2011, según el BCIE), debido a la migración interna hacia las grandes ciudades, en particular de la juventud campesina que abandona las labores del campo para enrolarse en las maquilas.

 

Deuda social

 

El crecimiento de la población obrera en municipios como Villanueva, Choloma, La Lima y El Progreso además de todas las aldeas del Valle de Sula provoca nuevos desafíos a estas alcaldías en aspectos como vivienda –no sólo el acceso a una vivienda propia, casi prohibitivo para la obrera y obreros de la maquila, sino especialmente en los alquileres que no reúnen las condiciones mínimas para una vida digna–, agua potable, alcantarillado sanitario, energía eléctrica, etc.

 

Salud ocupacional

 

Por su parte, el gobierno central a través del Ministerio de Trabajo y el Seguro Social –siguiendo la lógica explotadora del capitalismo neoliberal– no han actualizado el listado de enfermedades profesionales surgidas en la industria de la maquila en particular así como con las nuevas modalidades de trabajo que se implementan en otros rubros como comercio, alimentación, banca y más recientemente los call centers. Sólo la lucha de la CODEMUH ha obtenido logros y sobre todo ha logrado empezar a colocar en la agenda laboral el tema de la salud ocupacional.

 

Salarios

 

Es en materia salarial donde la situación es apremiante (ver cuadro). Hasta el año 2006 el salario diario en la maquila era mayor que el de otros sectores. En el gobierno de Manuel Zelaya la situación cambió, en el 2007 se creó el salario diferenciado para las maquilas de la zona rural con una importante rebaja salarial, en el 2009 se congeló el salario de la maquila mientras a otros sectores se les otorgó el 60%. Bajo el régimen golpista se adoptó la modalidad de aumentos pactados a tres años. De tal manera que en la maquila el salario es un 33.83% menor que el mínimo en otros sectores y en la zona rural llega a un 49.34% menor.

A esta situación hay que agregar que las diversas modalidades de trabajo en el sector (los famosos 4×4 y otros) sumado al pago por meta y por hora hacen que para llegar a cubrir la canasta básica el trabajo sea mucho más intensivo y extensivo.

 

  Lempiras   VariaciónPorcentual
  Maquilaen áreaurbana Maquilaen árearural Otros sectores Maquila áreaurbana Otros sectores
2006 105.98   91.99    
2007 112.33 86 100.83 5.9 9.6
2008 121.32 92.88 114.28 8 13.3
2009 121.32 92.88 183.33 0 60.4
2010 129.82 99.4 196.2 7 7

 

 

Representación  política

 

No es casual que ante esta realidad, la participación política de los y las obreras de la maquila muestre un mayor abstencionismo que el resto de la población. Los trabajadores no encontraron en ninguna de las candidaturas una opción para sus vidas. En los municipios donde es mayor la concentración obrera de las maquilas el abstencionismo estuvo en un promedio de 50% en las elecciones de noviembre del 2013, situación que favoreció el triunfo en dichos municipios del PAC.

 

Representación gremial

 

Sin voceros políticos las obreras y obreros de la maquila, cuentan únicamente con “voceros sindicales” que no son de las maquilas. Los principales dirigentes de las federaciones y centrales se han atribuido la representación de este sector obrero, sin ningún tipo de consulta ni participación de las bases. Al mismo tiempo, se han limitado a formar algunos sindicatos de empresa en algunos parques que representan no más del 10% de la fuerza obrera.

Ante esta dura realidad, es urgente el impulso a un proceso de organización del sector que sea representativo, democrático e independiente, que les permita a los trabajadores y trabajadoras de la maquila luchar por sus propias necesidades. Se trata de organizar toda la fuerza laboral mediante un sindicato único de la industria de la maquila con capacidad de luchar y exigir a la patronal maquilera, a las autoridades nacionales y locales, mejores condiciones de salarios, de empleo, condiciones laborales, problemas sociales, etc.

 

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