Por Luz Licht
Este martes 31, desde la mañana hasta las 14:30pm, la agitación por el derecho a decidir de las mujeres copo las estaciones y formaciones de seis líneas de subterráneo. Ésta fue una iniciativa de las Metrodelegadas, el colectivo Ni Una Menos y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La jornada contó con la presencia de artistas reconocidas y cerca de 2000 mujeres, que le pusieron el cuerpo a las distintas performances y actividades.
La autodenominada “Operación araña” se propuso agitar desde abajo de la tierra y seguir sumando adhesiones, para preparar el terreno de lo que será la batalla que nos espera este 8 A, cuando los senadores demuestren si están dispuestos, o no, a escuchar a una mayoría social que exige la legalización del aborto. La minoría anti – derechos tiene de su lado a la Iglesia reaccionaria, al gobierno de ajustadores pro milicos y a los traidores burócratas sindicales; pero con esta iniciativa, la unidad del movimiento de mujeres y los trabajadores muestra su enorme potencial, demuestra que cada día somos más.
Cada línea proponía un eje de debate dentro de la temática general. En la línea A, la lucha por el derecho al aborto se colocaba en la problemática de derechos humanos; para la línea B la consigna fue “la maternidad será deseada o no será, porque nos mueve el deseo»; en la C, se mostró la trama del aborto, la autonomía y los lazos comunitarios; en la D, se puso de manifiesto la consigna “educación sexual integral para descubrir, anticonceptivos para disfrutar, aborto legal para decidir en libertad”. En la línea E, «información para decidir contra la desinformación opresiva”; por último, en la H, la intervención giró en torno al aborto como problema de salud pública. Con volantes, cantitos e intervenciones interactivas, las artistas trastocaron la rutina de un viaje en hora pico, en uno de los medios de transporte más masivos de la ciudad. Así transformaron el subte en escenario, palco y tribuna de las mujeres.
Esta es una nueva demostración de la enorme progresividad que tiene la unidad entre las y los de abajo: entre los trabajadores y un movimiento que no para de crecer y enseñar que la lucha garpa. Por eso, si ganamos las mujeres, será una derrota para Macri. En nada se pareció esta jornada a la pobrísima marcha frente a Olivos de los de celeste, esos que juntan fachos, clericales y fanáticos que se creen con derecho a decirnos que nuestro único destino será la maternidad, empleando argumentos retrógrados y medievales. Con la fuerza de quienes queremos la igualdad, la libertad, el fin de la explotación y opresión y tenemos todo por ganar. Con la fuerza que viene de abajo, de todas y todos los que salimos a pelear contra el gobierno, sigamos preparando con todo la jornada del 8 A para #QueSeaLey.