El anuncio fue realizado por el ministro de transporte, Guillermo Dietrich, quien anunció que el boleto de trenes y colectivos pertenecientes a el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tendrán nuevas tarifas.

A primera vista, con esta confirmación se estaría cumpliendo con el tercer tramo de ajuste en el transporte público, el cual dijeron que iban a tener aumentos de entre el 60 y 90%, pero el nuevo escenario teñido por la suba del combustible, que ya superó el 20% en lo que va del año, modifica la ecuación que tenía planeada el Gobierno e impulsa una nueva tarifa por fuera del cronograma establecido.  Así las cosas, el boleto de colectivo pasará a costar $11,75, el mínimo del tren alcanzará los $10, mientras que el subte subirá a alrededor de $12,50, dependiendo el tramo y la línea.

Este ajuste, uno más que toca el bolsillo de los trabajadores, impacta en el resto de los costos y, a su vez, repercute directamente en la inflación, que ya acumula un 29,5% en los últimos 12 meses y un 16% en el primer semestre del año.

Con la medida, los funcionarios de Cambiemos buscan reducir, a toda costa, el volumen de subsidios al sector, con la excusa que no hay plata y que por ello “todos” tenemos que hacer algunos sacrificios. El tema es que estos sacrificios siempre lo tenemos que hacer los mismos. Así las cosas, mientras los grandes empresarios se benefician con la devaluación y la suba del precio internacional del petróleo, nosotros tenemos que enfrentar los mayores costos del combustible. Un ejemplo más de un ajuste que viene al ritmo de la inflación, la suba del dólar y el brutal ajuste pactado con el FMI.

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