por Ana Vázquez

“¿Cómo seguir después del paro general? (…) La tarea que tenemos por delante es poner en pie una gran jornada nacional de lucha. Una jornada nacional que sumada a los pañuelazos, levante un programa que plantee la reapertura de las paritarias con aumentos del 30% indexados; la prohibición por ley de despidos y suspensiones; la expropiación de toda planta que suspenda masivamente o despida, la ruptura del acuerdo con el FMI; el no pago de una deuda externa; y el reclamo del aborto legal, seguro y gratuito en el hospital público”. (Editorial SoB Nº 475, 28/6/18)

¿Se está cocinando una “nueva” CGT?

El próximo Comité Central Confederal del 22 de agosto ajustará los nombres de los futuros integrantes de la CGT (o más de una) que convocó a gordos, moyanistas, los llamados independientes, etc., etc., en reuniones “informales” para acordar una futura central más acorde a los tiempos que corren. En una el anfitrión fue Ricardo Pignanelli del SMATA, en otra Ricardo Sasia, de la Unión Ferroviaria. Y siguieron… Roscas por todos lados para enfrentar estos tiempos que son posteriores a una favorable votación en Diputados por el derecho al aborto, de exitoso paro general, de despidos masivos como los del Hospital Posadas y de la agencia Télam y de agudización meteórica de la crisis en el bolsillo de los trabajadores.

Sin perder tiempo (sólo 3 días) el triunvirato, con el acompañamiento del titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, y Claudio Lozano, de la CTA, se entrevistaron a través de una teleconferencia con los referentes del FMI. La agenda no podía ser otra que el ajuste que se viene. Que, desde ya, los dueños del Fondo aclararon que buscan que las medidas “sean suaves”. Y, más aun, que “apoyan acuerdos económicos y sociales”. Los dirigentes presentes también fueron muy claros: “solicitaron la institucionalización del diálogo social con empresarios y el gobierno”. (La Nación, 30/6/18)

Frente a los brutales ataques que ya están presentes y sabemos que vienen por más cuando se hagan efectivas las recetas fondomonetaristas, la preocupación inmediata de los citados referentes gremiales, después del exitoso paro general, fue cómo contener futuros estallidos, garantizar la “paz social” amenazada. Esa es la preocupación de los señores del FMI, del gobierno y de los dueños de los sindicatos. Nos quieren llevar al infierno haciéndonos creer que hay “un nuevo FMI”, que con el aumento de los planes sociales se va a poder controlar el hambre y la miseria crecientes entre la población pobre y trabajadora.

¿Cómo les saldrá el proyecto de “acuerdo económico y social”?

Esta teleconferencia y las sucesivas reuniones que acordaron previas a un encuentro cumbre en setiembre (cuando vendrán autoridades del Fondo a supervisar nuestra economía) a la que corrieron después del paro general muestra claramente lo que son: defensores de la gobernabilidad de Macri y sus planes antiobreros. Esa es la presión tan fuerte que sufrimos todos los días en los lugares de trabajo y estudio, en la calle. Presión que se transforma en neblina y a veces nos tapa el horizonte.

Pero, por más que pongan mucho esmero, incluidos los dirigentes de las centrales sindicales, no creemos que lleguen a buen puerto. Las jornadas del 13J y del 25J nos pusieron en carrera, aunque todavía estamos en los primeros 100 metros. Vamos a despejar la neblina y seguir avanzando.

El acuerdo gobierno-FMI  es de entrega total, no hay medias tintas por más que nos verseen con discursos desde Macri y su gabinete. Pero no es tan sencillo para los dirigentes de las centrales sindicales agacharse ante ellos (aunque records de agachadas sobran en su historial). Tanto los integrantes del triunvirato cegetistas como de las CTA saben que el paro general se cumplió a rajatabla por la bronca creciente, no porque los trabajadores mayoritariamente los respeten y confíen ciegamente en ellos. Por el contrario, saben que son repudiados por amplios sectores. Que todavía no hayamos construido una alternativa que los desborde no significa que “tengan la vaca atada”.

Después del paro general, los dirigentes de las centrales corrieron a entrevistarse con el FMI. Nosotros, después del paro general, debemos responder con la tarea que señalamos al principio de esta nota: Preparar una jornada nacional de lucha. No dar tregua al gobierno, al FMI ni a los dirigentes que nos quieren meter en un acuerdo imperialista, patronal, burocrático, en contra de los intereses y las necesidades de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

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