por Claudio Testa

En este cuadro mundial, en Europa las grietas y distanciamiento con el ex-líder de Occidente, Estados Unidos, no se manifiestan sólo con la presente guerra comercial. También, comienzan a trasladarse al terreno militar.

En ese aspecto, la Unión Europea (y sus predecesoras) tiraban el fardo militar y económico sobre las espaldas de Estados Unidos, que encabezaba (y financiaba principalmente) el aparato de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Esta alianza militar, constituida en la segunda posguerra, nació agrupando a EEUU y los Estados de Europa Occidental contra la Unión Soviética y sus aliados de Europa Oriental.

El derrumbe de la Unión Soviética en 1989/91 no implicó la disolución de la OTAN. Es que EEUU aparecía como la “superpotencia” dueña del mundo… y los Estados europeos miembros de la OTAN, apenas como sus vasallos.

Pero esta configuración geopolítica ya no es actual. Así, al mismo tiempo que crecen los desacuerdos con Washington, en la Unión Europea comenzaron a desarrollarse dos proyectos bélicos en los que EEUU ya no tendrá arte ni parte.

Por un lado, desde la UE, se ha constituido la “Cooperación Estructurada Permanente en Defensa” (PESCO, por sus siglas en inglés). Sus miembros son todos los Estados de la Unión Europea (incluyendo al Reino Unido, aunque consume finalmente el Brexit).

Pero lo más importante es que, sobre esta alianza política básica, se va conformar un aparato militar similar a la OTAN… pero que también excluye a Estados Unidos. Tiene un nombre algo extraño y poco tranquilizador: “Fuerza Militar de Reacción Europea” (FMRE).

Sus componentes participan del PESCO, y varios de ellos tienen aparatos militares no despreciables… La flamante Fuerza Militar de Reacción Europea incluye a Francia, Reino Unido. Alemania, España, Bélgica, Holanda, Portugal, Dinamarca y Estonia. ¡EEUU ha sido excluido!

Por supuesto, la recién nacida Fuerza Militar de Reacción Europea corre militarmente muy por atrás de EEUU y también de Rusia… pero por algo se empieza.

Más allá de eso, lo que hay que subrayar es otra cosa. Implica que los principales imperialismos europeos (incluyendo al Reino Unido, rupturista de la UE) han decidido militarmente poner distancias con EEUU y dejar de ser en ese aspecto un “protectorado” de Washington… aunque eso no sale barato.

¡Otra “tendencia centrífuga”, en el crítico panorama mundial!

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