Por Tofi Mazú, 26/06/18

El domingo pasado, tuvimos la oportunidad de escuchar a Michetti explayarse largo y tendido en la #Mesaza de Mirtha Legrand. Además de apuntar los cañones contra los trabajadores por el parazo de ayer, se expidió respecto al tratamiento del proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito en la Cámara Alta.

La presidente del Senado, que se había visto obligada a recular con que el proyecto se tratase en 8 comisones, afirmó que se tratará en dos (Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales) reunidas en plenario durante un mes y medio. Como esta maniobra de las comisones eternas no le había salido optó, en primer lugar, por hacer eterna la discusión ¿Cuántas compañeras, de las más de 20 millones que habitan el país, serán obligadas a parir o moriri en la clandestinidad en ese período? A Cambiemos no parece importarle en lo más mínimo.

Esperan que con esa dilación baje el impulso que las mujeres movilizadas, junto a amplios sectores de la sociedad, supimos darle a la aprobación del proyecto de ley en Diputados. Proyecto que sin la heroica vigilia de las pibas no se aprobaba. Quieren ponerle un freno al sujeto político que más se plantó, a contra mano de los intereses de este gobierno de empresarios. A ese enemigo con promedio de edad igual a 18, que tiene más ovario que el triunvirato de la CGT para enfrentar al macrismo. Porque las mujeres organizadas por el aborto legal, son un problemón que necesitan callar y derrotar, no solo para impedirnos decidir en nuestro cuerpo, sino también para que dejemos de hacer historia y de demostrarle a toda la población trabajadora y la juventud que los derechos se ganan en las calles. Es que la realidad les duele. La media sanción del 13J fue un golpe durísimo para el Cambiemos, dinamizó la coyuntura y les quitó aire para avanzar hasta el final con el plan de ajuste. La crisis del gobierno se vio claramente profundizada por el triunfo del movimiento de mujeres, mermando su iniciativa y brindando más lugar para que el conjunto de la sociedad salga a enfrentar a Macri. La fuerza del paro general de ayer es una muestra de esta cuestión.

Pero sus maniobras no son únicamente patear la discusión para sabe Dios cuándo. También están las trampas leguleyas. Sentada a la mesa de La Señora, una anfitriona bien anti derechos, Michetti explicó los cambios que querría hacer sobre el proyecto, transformándolo en un “invotable” para cualquier diputado a favor de la vida (de las pibas).  El primer cambio es un insulto para las cientos de miles de personas que nos movilizamos por el derecho a decidir: reemplazar la legalización por despenalización, cuando no es eso lo que está en debate hace ya meses, cuando no es lo que necesitamos las compañeras. El siguiente es reemplazar la objeción de conciencia individual, por la institucional. Esto llevaría a que, por ejemplo, todos los hospitales de los feudos del interior se declararan objetores y las mujeres de muchas provincias terminarían a cientos o miles de kilómetros del “hospital amigable” más cercano; una barbaridad que seguiría condenando a la muerte y a la clandestinidad a las más pobres. Para coronar, pretenden poner en cuestión el derecho al aborto en el marco de la salud pública. Esto, otra vez, condenaría a la clandestinidad y la inseguridad a millones de mujeres de la clase obrera y los sectores populares, dejando el derecho al aborto, en el marco de la salud privada, para las mujeres pudientes.

Para colmo de males, los directores de diversas clínicas privadas siguen insistiendo con meter presión con la objeción de conciencia institucional, como en la carta que firmaron diversas instituciones de salud vinculadas al Clero luego de la media sanción. Esa campaña reaccionaria deja entrever, también, el negociado monstruoso de estas clínicas con los abortos seguros a cambio de cifras exorbitantes. Un ejemplo es la San Camilo, denunciada en el diario Página 12, que luego de firmar dicha misiva fue escrachada anónimamente por mujeres que se habían practicado abortos allí pagando el silencio con miles y miles de pesos. Ellos quieren poder seguir lucrando con la clandestinidad y la necesidad de miles de mujeres de interrumpir un embarazo no deseado. La doble moral de los empresarios y de la Iglesia Católica no tiene nombre.

Esta lista de ataques al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto implicarían que el aborto sea impracticable, además de que no sería un derecho. Implicarían también, la continuidad de los negociados privados. Por eso, debemos apoyarnos en la victoria del 13 de junio, el apoyo del conjunto de la sociedad y en la debilidad de Macri y no bajar los brazos. Es importantísimo seguir movilizadas para que no se modifique el proyecto y para que se trate ahora mismo. Michetti declaró que “el interior está en contra” del derecho al aborto: demostrémosle que es mentira y hagamos sentir el reclamo en todas las plazas del país.

Este mediodía, nuestra compañera Manuela Castañeira participó de la Conferencia de Prensa convocada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, junto a diversas organizaciones de mujeres y profesionales de la salud. Las Rojas iremos con fuerza a los diversos pañuelazos que a lo largo y ancho del país se estarán llevando a cabo bajo la consigna #QueElAbortoSeaLey para que el Senado lo trate ya.

#AbortoLegalYa en el Hospital

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