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Histórica lucha en Gestamp

 

La burocracia “verde” del SMATA, con Pignanelli a la cabeza, está haciendo lo imposible por garantizar que el ajuste caiga con todo su peso sobre los trabajadores. No le basta con que en el gremio que él dirige haya, desde hace ya varios meses, 15.000 trabajadores suspendidos, él se manifestó impávido frente a esta realidad, afirmando que era algo «transitorio», que «en agosto, todo volvía a la normalidad». ¡Caradura si los hay!

La lucha en Gestamp, y el creciente mal humor que está gestándose en las bases, lo obligó a salir en las últimas semanas a realizar declaraciones públicas. Primero fue un reportaje en Página 12, donde intento amedrentar a los trabajadores con el viejo latiguillo macartista, tan usado por la burocracia sindical, de que “tengan cuidado con los zurdos, que solo quieren pelear por pelear, que obedezcan al sindicato y tengan paciencia”. Luego, con la ya mencionada solicitada en Diario Popular, donde amenazó públicamente a los activistas independientes con la desafiliación del sindicato y el entregarlos en bandeja a la patronal para que los despidan.

Pero este martes, apenas enterado de que los trabajadores de Gestamp habían entrado a la Planta 4 y se había declarado el paro, se sintió obligado a dar la cara, y volvió a apuntar contra los trabajadores. Por medio de cínicas declaraciones afirmó a Radio Nacional Rock y a Clarín que tenía una “calentura perra” por la situación de despidos y suspensiones, que su paciencia se está «acabando» y que estudiarían la necesidad de tomar alguna medida… ¡en julio! «Tengo una calentura perra, parece que estamos en un país de sordos y de caprichosos. El problema no son los sordos sino los caprichosos porque, como decía el general Perón, ser caprichoso es un defecto humano. Pero peor son los brutos, que creen que se pueden arreglar las cosas de prepo», apuntando claramente contra los trabajadores que resisten frente a los despidos.

Estas declaraciones del gordo burócrata mayor del SMATA sirvieron como campana de largada para la patronal de Lear, quien inmediatamente anuncio la suspensión de 330 trabajadores de su planta en Escobar.

Y no solo esto: pone sobre el tapete que la lucha contra los despidos y suspensiones, la lucha de Gestamp, la que se viene en Lear y otras encabezadas por el activismo independiente apuntan a cuestionar el monopolio Verde entre los mecánicos, un monopolio que ya lleva décadas desconociendo los principios elementales de la democracia sindical y de bases y que cada vez los trabajadores mecánicos se aguantan menos.

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