Hace momentos se conoció la sentencia en el juicio de nuestra compañera Iara Carmona contra el policía abusador Marcelo Cuello. Con inmensa emoción les contamos que conseguimos, junto a Iara y Laura, ¡15 años de condena efectiva!
En este día tan importante de lucha por los derechos de las mujeres, por el derecho al aborto, el conjunto del movimiento de mujeres ha conseguido un triunfo importantísimo contra la impunidad hacia violentos, violadores y femicidas.
¡Arriba la lucha de Iara! ¡Arriba la lucha de todas las mujeres!

Justicia por Iara

Última jornada del juicio contra el policía violador Marcelo Cuello

Finalizó hace apenas unas horas la segunda y última jornada del juicio de Iara Carmona contra el policía violador Carlos Marcelo Cuello.
Las dos jornadas frente al Tribunal Oral n°3 de San Martín dejaron un panorama abierto, que se desvelará el próximo 13 de junio, cuando se conozca la sentencia de los jueces.
El conjunto de las declaraciones de testigos ofrecidos por la fiscalía dejaron clarísimo que la denuncia presentada por Iara y su mamá Laura contra Cuello fueron consistentes, verosímiles, firmes. Iara soportó entre los 11 y los 15 años el abuso reiterado de la ex pareja de su madre, que aprovechándose de que Laura se iba a trabajar, aprovechándose de que convivía con Iara, aprovechándose de una nena de 11 años, a la que no tuvo empacho en aterrorizar con su arma y su estatus de policía y con sus artimañas de manipulación, todo esto quedó sobradamente demostrado a través del testimonio de la propia Iara, de Laura, de amigas, amigos y familiares de Iara. A través del testimonio de dos peritas psicólogas cuyas evaluaciones confirmaron que Iara no fabula y no inventa, y no hubiera podido llevar adelante su lucha de tantos años, con un juicio absolutorio en 2014, con la revictimización que significa declarar una y otra vez, teniendo que recordar y poner en palabras frente a extraños los momentos de horror vividos. Y del testimonio de las distintas terapeutas a las que recurrió Iara en diferentes momentos.
En cambio, los testimonios de los “testigos” del violador Cuello no solo se demostraron totalmente inconsistentes, casi fabricados para la ocasión, tanto que quedaron evidentemente desacreditados durante el debate.
El abogado defensor de Cuello intentó durante las dos jornadas desacreditar con chicanas la denuncia de Iara y de Laura, se dedicó a hostigar a las y los testigos que daban su testimonio y finalmente se despachó con un alegato reaccionario, que seguramente se llevaría una ovación en una asamblea de pedófilos.
Hace varios años que los argumentos del falso SAP (síndrome de alienación parental), están tan desacreditados que ya casi nadie se atreve a utilizarlos. El SAP básicamente lo que dice es que las madres que denuncian a los abusadores de sus hijos e hijas lo hacen porque quieren vengarse del marido o ex marido y para ello utilizan a sus hijas e hijos, manipulándolos, inventándoles una historia que les hacen creer, un libreto que les hacen aprender con el objetivo de ensuciar a inocentes y buenos hombres. El señor abogado defensor de Marcelo Cuello hizo hoy en su alegato, ya que no pudo echar mano al desacreditado SAP (que ha sido rechazado por cuanto colegio de psicología internacional exista, y hasta por el Congreso argentino), construyó un discurso con las mismas bases ideológicas pero con una vuelta de tuerca. Según este señor, Iara fue una niña “promiscua” (sic) que no entendía de límites, que su madre Laura no era una buena madre y “la dejaba hacer lo que quería” (sic) y que Cuello, aunque no es el padre biológico de Iara, era el único preocupado por educarla y protegerla y por eso no la dejaba salir. La argumentación tiene la misma base patriarcal y archi machista del SAP: la mala madre es la responsable de los desvíos de hijas e hijos.
Por otra parte, el defensor legal de abusadores se centró en que no hay que condenar a Cuello porque “no hay pruebas” (sic).
Este argumento no se sostiene, por varias razones.
En primer lugar, los datos oficiales sobre la incidencia de abuso sexual en la infancia indican que en el 53% de los casos ocurre en el hogar de la víctima. Que en el 72% de los casos la edad de la víctima es entre los 6 y los 17 años de edad. Que respecto del vínculo entre la víctima y el agresor, en el 75% de los casos es un familiar. Y dentro de estos, en el 16% de los casos es el padrastro. (Estadísticas sobre abuso sexual infantil en Argentina, Hablemos de abuso sexual infantil, argentina.gob.ar).
Una característica central del abuso sexual sobre niñas, niños y adolescentes en el ámbito intrafamiliar es que la inmensa mayoría de los casos se producen sin testigos y sin evidencia física, se produce durante varios años, va increscendo y el abusador se sirve de su vínculo para lograr enmarañar la cabeza de la víctima. La dificultad de niñas, niños y adolescentes para denunciar proviene del miedo, del sentimiento de culpa, de la manipulación a las que son sometidas y sometidos (“es un secreto entre nosotros”), cuando no la abierta amenaza (“si contás, le voy a hacer daño a tu mamá”, etc). En el caso de Iara esto es clarísimo, cuando el violador es además un policía, que tiene un arma que deja a la vista de todos en la casa.
Internacionalmente, ya es sentido común que la prueba en los casos de abuso sexual en la infancia se produce por el testimonio de la víctima ante peritos psicólogos/as que evalúan la consistencia del relato, el principio de realidad de la víctima, la ubicación en tiempo y espacio. Así como también el testimonio de allegados, familiares y amigas/amigos. En 2015 una ley del congreso nacional estableció que los crímenes por delitos sexuales son imprescriptibles, es decir, no hay plazo para denunciar. Porque muchas, muchísimas veces las víctimas no logran hacer oír su voz hasta que son mayores, hasta que pueden tomar conciencia de lo que les ocurrió, porque logran recordar los hechos muchos años después, o por la sencilla razón de que lleva tiempo y valentía hacer oír la propia voz.
La larguísima tradición patriarcal de la justicia burguesa, el hecho de que todavía sea impresionante la revictimización a la que son sometidas niñas, niños, adolescentes y mujeres cuando denuncian, que esté lleno de jueces y juezas dedicados a amparar a violadores, violentos, pedófilos y femicidas, tiene un contrapunto enorme en la lucha del movimiento de mujeres que se levantó hace varios años. La lucha del NIUnaMenos, la lucha de las madres con hijos e hijas víctimas de abuso sexual en la infancia, la lucha de las propias sobrevivientes que se convierten en luchadoras, como Rocío Girat, Mariana Gómez y tantas otras, el movimiento de mujeres acompañando los juicios y el largo peregrinar ante la justicia patriarcal, ha demostrado que es posible lograr la reparación que significa conseguir castigo para los violadores, violentos y femicidas.
Por eso, aunque el defensor de Cuello haya dado hoy una clase magistral de miseria humana, estamos convencidas que podemos lograr conseguir justicia para Iara. El próximo 13 estaremos nuevamente en las puertas del TOC n° de San Martín, para exigir cárcel al policía violador Marcelo Cuello.
Y será justicia del movimiento de mujeres.

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