El gobierno y la justicia resucitan el “caso Nisman” como cortina de humo para tapar el  ajuste

por Alejandro Anielewicz

El tribunal federal porteño ratificó (otra vez…) que el fiscal Alberto Nisman fue “asesinado” y que la motivación de este crimen sería la denuncia que había realizado contra la ex presidenta Cristina Kirchner por encubrimiento en el atentado de la AMIA. Uno se pregunta ¿No lo habían “confirmado” ya un par de veces? Las casualidades entre política y justicia quisieron que esto suceda exactamente un día después de que Macri vetara la ley contra el tarifazo que votó la oposición en ambas cámaras. De repente, en un coro de perfecta afinación, todos los medios que la noche anterior analizaban la caída de la imagen del gobierno y debatían sobre la creciente conflictividad social, pasaron a desempolvar sus archivos del “caso Nisman” mientras sus panelistas volvían a sacar a luz sus dotes detectivescas. Para entender de qué se trata todo este enredo de denuncias debemos volver algunos años hacia atrás.

Luego de la destitución y procesamiento del Juez Galeano y dos de sus fiscales[1], el entonces presidente Néstor Kirchner nombra a Alberto Nisman para estar al frente de la causa AMIA en el 2004. Nisman retoma la llamada “pista iraní” según la cual varios exiliados iraníes, enemigos del actual régimen y algunos notoriamente relacionados con la CIA, dicen que les dijeron “que el atentado se decidió en una reunión del gobierno iraní el 14 de agosto de 1993”, todo esto sin prueba alguna. El principal impulsor de la pista iraní fue y sigue siendo la embajada estadounidense. En ese momento, y a pesar de carecer de cualquier fundamento, el gobierno K mantuvo la investigación a través de esa “hipótesis”. En el 2013, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner impulsó la aprobación en ambas cámaras de un “memorándum de entendimiento” con Irán para avanzar en la investigación de la causa AMIA. Es interesante señalar que Argentina solo se dio esta iniciativa luego de que Estados Unidos alcanzara el mismo año un acuerdo sobre el congelamiento del plan nuclear iraní. Aunque el tratado nunca entró en vigencia debido a la falta de interés del gobierno de los ayatolas, el gobierno K recibió duras críticas de la oposición patronal, la AMIA, la DAIA e incluso…la embajada estadounidense. Parece que el gobierno de Cristina había entendido mal la señal, no todo lo que está permitido para el amo lo está para la servidumbre. Ya había comenzado el declive de popularidad del gobierno K y la derecha buscaba una oportunidad para capitalizarlo.

Fue así que en el 2015, luego del atentado a la revista Charli Ebdo en Paris, se conoció la noticia de la denuncia del fiscal Nisman sobre encubrimiento a terroristas iraníes en nuestro país por parte de la entonces presidente y el entonces canciller Timerman. Todo su “fundamentado” era la existencia del memorándum que nunca entró en vigor para tapar una pista sin ninguna prueba. Estamos en presencia de una lisa y llana operación alejada completamente de la búsqueda de verdad y justicia en la causa AMIA; de una guerra de rapiña, de carpetazos y operetas cruzadas para disputarse en las elecciones el poder de la administración del estado.

Por supuesto, no le sacamos responsabilidad al gobierno de los Kirchner del encubrimiento de la causa de la AMIA. Son responsables como todos los gobiernos desde el atentado a la fecha que detrás de 113.600 fojas, 568 expedientes, 400 legajos, 1.000 paquetes y 1.500 carpetas no haya nada, no se sepa nada al día de hoy. Lo único que se conozca de la investigación en más de 20 años sea la podredumbre del estado, de los servicios de inteligencia, de la justicia y los políticos patronales que con sus operaciones y carpetazos solo hayan buscado ensuciar a tal o cual rival de cara a alguna elección, o en el caso del ejercito de fiscales y jueces cobrar jugosos sueldos mientras la causa no avanzaba un milímetro ¡Eso sí que es mantener vagos!

Luego de que Nisman aparezca muerto en su departamento, se ha intentado desde la derecha ligar al kirchnerismo a la muerte del fiscal, generalmente en burdas operaciones mediáticas. Sin embargo, esta vez se superaron a sí mismos; en el peor momento del macrismo, no se puede tapar el sol con el dedo. El caso Nisman ya aburre y no le alcanza a nadie para distraerse de las boletas impagables, el aumento del transporte y el terrible ajuste que se viene luego del anuncio del acuerdo con el FMI. Debemos llamar a esta operación por su nombre, una verdadera cortina de humo para tapar lo que, sin embargo, todos los trabajadores ya ven y se hace cada vez más insoportable: Las consecuencias de la política de este gobierno.

[1] Una de las razones de la destitución del Juez Galeano es la existencia de un video en el que aparece negociando con Carlos Telledin, uno de los imputados, la suma de 400.000 dólares para comprar su declaración.

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