Por Claudio Testa, Socialismo o Barbarie, 30/05/2018

A inicios de marzo pasado, en el título de un artículo sobre las elecciones generales que acababan de realizarse en Italia, nos preguntábamos: “¿Otro paso hacia el ‘big bang’ de la Unión Europea?” [1] Hoy esa pregunta ya tiene respuesta: un rotundo ¡Sí!

Recordemos que en esas elecciones del 4 de marzo sufrió una grave derrota el gobierno del Partito Democrático (PD). Este partido nació en 2007 como resultado de un complejo proceso de fusiones entre diversas corrientes, provenientes en gran parte del antiguo PCI (Partito Comunista Italiano) –auto-disuelto en 1991 tras el fin de la Unión Soviética– y también de la “democracia cristiana” y otras variantes reformistas.

Esta seguidilla de fusiones de corrientes aparentemente tan heterogéneas se hacía sin embargo bajo un credo común: el del neoliberalismo y el acatamiento a la santísima Unión Europea.

Es que los componentes de este Partito Democrático, en primer lugar, los ex “comunistas”, no sólo son fervorosos neoliberales sino también absolutamente devotos de la UE. Todo lo que se ordene desde Bruselas y Berlín es palabra santa para ellos. Y, además de Berlín (donde reside la emperatriz Merkel) y de Bruselas (desde donde gobiernan los autócratas de la UE), las miradas de esos dirigentes se orientan hacia Fráncfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), desde donde fluye el maná de los euros, lógicamente, para los que se portan bien, como hacen ellos.

Mientras tanto, todo período en que ha venido gobernando el PD (y también sus antecesores devotos de la UE, incluyendo Berlusconi) ha sido catastrófico para los trabajadores y la juventud. Se fueron aplicando los más duros “planes de austeridad”, “recortes” y “desregulaciones”.

Esto implicó la pérdida de una conquista histórica tras otra, y afecta desde los más pobres hasta los “sectores medios” que, hace décadas, podían escalar posiciones y vivir con estabilidad. Todo eso ha sido pulverizado por las “reformas” neoliberales dictadas desde la UE y el BCE y aplicada por los partidos y políticos tradicionales, cuya última camada ha sido la del PD. Reina la inestabilidad generalizada en el empleo, especialmente para la juventud, mientras un recorte sucede al otro. Los jóvenes, aunque vengan con una bolsa de diplomas, no tienen mayores chances de progreso. Y gracias si no están aún peor que sus padres…

En el citado artículo anterior sobre las elecciones italianas (“¿Otro paso hacia el ‘big bang’…”) publicamos los datos de ese deterioro social que suministra Bloomberg (en “Economia.es”, 14/07/2017), una fuente insospechable de “izquierdismo” o “anticapitalismo”. El título lo decía todo: “El número de italianos ‘pobres’ se multiplica por tres en una década”:

“Los italianos que viven por debajo del nivel de pobreza absoluta –informa Bloomberg– casi se han triplicado en los diez últimos años. La recesión económica, el elevado desempleo y el incremento de la desigualdad en la distribución de la renta han sido la tormenta perfecta que ha provocado este incremento de la pobreza.”

“Los italianos que viven en la pobreza absoluta, aquellos que no pueden comprar una cesta de productos y servicios básicos, ascendieron a 4,7 millones el año pasado, frente a casi 1,7 millones en 2006, según informó la agencia estatal de estadísticas Istat. Esta cifra representa el 8% de la población, y muchos de ellos están concentrados en las regiones del sur del país.”

“Con la recesión más profunda más larga desde la Segunda Guerra Mundial (entre 2008 y 2013), más de una cuarta parte de la producción industrial de Italia se evaporó. Durante el mismo período, el desempleo aumentó, alcanzando el 13% en 2014 desde un mínimo del 5,7% en 2007. El desempleo era del 11,3% en la última revisión de mayo.”

“[…] Asimismo, los individuos pobres en términos absolutos o relativos sumaban otros 8,5 millones, un 14 por ciento de la población, con una mayor incidencia entre las familias con más hijos y en los grupos por debajo de los 34 años de edad.”

 

Un garrotazo a la UE y a sus agentes políticos… pero desde la derecha

Las elecciones registraron un “voto castigo”, pero este fue asestado mediante el voto por corrientes estimadas de “centro-derecha” o “derecha posmoderna”, como el Movimento 5 Stelle (Movimiento 5 Estrellas) encabezado por Luigi Di Maio,  o de extrema-derecha como la Lega (Liga – ex Lega Nord) dirigida por Matteo Salvini.

El problema ha sido que –como ya explicamos– las corrientes supuestamente “de izquierda” (como las del ex PC italiano que conforman el derrotado Partito Democrático), hoy profesan el más rabioso neoliberalismo y sobre todo el sometimiento a los dictados de la UE.

No hay que culpar, entonces, a los votantes italianos por haber dado este “voto castigo” utilizando esas listas y, de rebote, haber generado esta confusión política. ¡Los responsables de todo son los traidores al socialismo y a la clase trabajadora, que se pusieron al servicio de las corporaciones italianas y de la Unión Europea!

 

El contrataque de los siervos de la UE: un golpe de Estado “legal”

Las elecciones generales de marzo tuvieron también otra consecuencia compleja. Los principales bloques de diputados, decisivos para componer un gobierno, lo lograron el Movimento 5 Stelle y la Lega. Pero una coalición entre ambos no era políticamente fácil. Hay diferencias políticas y programáticas de importancia.

Además, en medio de la crisis global italiana, la Lega y el 5 Stelle reflejan la compleja configuración regionalista de Italia, que el tardío proceso de reunificación del siglo XIX –el Risorgimento– nunca terminó de saldar. Con la crisis, esas cuestiones y diferencias regionales han “resurgido” y adoptan nuevas formas políticas, que se reflejan en los ganadores de las recientes elecciones.

Un ejemplo, es la misma Lega. Inicialmente, se llamaba “Lega Nord”, y predicaba la separación del norte “civilizado” de Italia del Sur “atrasado” y bárbaro, creando un nuevo Estado que se llamaría “Padania”. Ahora la nueva “Lega”, dirigida por Matteo Salvini, no predica la secesión.

También eso se expresa en el mapa electoral. Mientras la Lega obtuvo mayoría de votos desde aproximadamente la mitad de Italia hacia el norte, el 5 Stelle ganó desde la mitad para el sur y sobre todo en la costa del Adriático.

De todos modos, en las interminables y laberínticas negociaciones se habían ido estableciendo ejes políticos para constituir un gobierno. Se acordó una figura “neutral” en el decisivo ministerio de Economía. Fue elegido Paolo Savona, un especialista que hace muchos años ocupó la cartera de Industria, Comercio y Trabajos Artesanos.

¡Pero esto hizo estallar todo, “provocando un “golpe” pro-Unión Europea de dudosa legalidad! Es que Savona, aunque se diga en general “europeísta” es un enemigo violento del euro, del BCE… y de la hegemonía del imperialismo alemán sobre la UE. Estas son algunas de sus opiniones al respecto:

* “Quien hoy se diga ‘europeísta’ en realidad es anti-italiano.”

* “Hoy no existe una Europa, sino una Alemania rodeada de cobardes.”

* “Quiero una Europa diversa, más fuerte, más igual.”

* “Alemania no ha cambiado la visión de su rol en Europa desde el fin del nazismo, aunque ha abandonado la idea de imponerla militarmente.”

Asimismo, en el sentido del sometimiento a la Alemania de Merkel, Savona compara a la actual Unión Europea con el “Pacto de Acero” firmado en 1939 entre Hitler y Mussolini.

La designación de Savona hizo estallar todo y fue simultáneamente el pretexto del presidente de Italia, Sergio Matarella, para dar un virtual golpe de Estado, justificado así textualmente: “No puedo aceptar a un ministro que amenace con la salida del euro…”!

En síntesis, Merkel y el euro son sagrados. Quienes los ataquen, no puede formar gobierno. Por consiguiente, Matarella decidió, de hecho, anular los comicios de marzo y convocar a nuevas elecciones.

En respuesta a este golpe, Luigi Di Maio, líder del 5 stelle, convocó una manifestación contra la decisión del Quirinal, y atacó así al presidente: “En este país un ministro puede ser un corrupto, alguien ligado a la mafia… pero si has criticado al euro, no puedes pensar en ser el titular de Economía. Tenemos un gran problema en Italia que se llama democracia. Inútil que se vote. Los gobiernos los deciden las lobbies financieros.”

Estas alusiones no son gratuitas. El presidente Matarella proviene de un partido, la Democracia Cristiana (DC) que a mediados de los ’90 desapareció hundido en escándalos de corrupción mundialmente famosos, la “Tangentópolis”.

A partir de allí, el proceso entra durante varios días en un clima de confusión y escándalos. Simultáneamente, se produjo una seria caída de las bolsas europeas.

A ese clima enrarecido, contribuyó, también, la provocación de un alto funcionario alemán de la UE, el comisario europeo de Presupuesto, Günther Oettinger. Luego del rechazo presidencial al ministro anti-euro y de convocatoria a nuevas elecciones, Oettinger hizo una declaración de tono ofensivo y arrogante: “¡Que los italianos entiendan la señal de los mercados y no voten en las próximas elecciones por las formaciones populistas!”

¡Demás está decir que esto fue un tiro por la culata! La ola de repudio en Italia, fortaleció más que nunca al 5 Stelle y la Lega.

Pero la situación se complicó aún más. El presidente Matarella anunció la convocatoria a nuevas elecciones, suponiendo que este largo paréntesis de cuatro meses, donde la Lega y el 5 Stelle fueron incapaces de constituir un gobierno, los habría desgastado, y perderían la votación. Pero las encuestas que comenzaron a aparecer, dicen lo contrario. ¡Habría un importante crecimiento del voto para ambos!

Para empeorar las cosas, el presidente Matarella anunció –hasta que se realicen las nuevas elecciones que aún no tienen fecha– la formación de un “gobierno técnico”. El ministro de Economía que designó para este gobierno es una verdadera provocación. Se trata de Carlo Cottarelli, más conocido como “Mr. Tijeras”, un funcionario del FMI que operó los anteriores “planes de austeridad” aplicados en Italia y que dejaron en la miseria y el desempleo a millones.

 

En resumen…

La crisis de Italia y de la Unión Europea han avanzado unos cuantos pasos más… y amenaza seguir creciendo. Esta crisis se hace también más compleja, al haberse puesto al frente sectores de derecha como el Movimento 5 Stelle y, más aún, la Lega.

Asimismo, en este escenario, el movimiento obrero sigue siendo un convidado de piedra, sin una posición propia e independiente, aunque es el más perjudicado.

Además, las corrientes de izquierda revolucionaria no están operando en el centro de este escenario. No sólo son de vanguardia, sino que arrastran todavía muchas confusiones, principalmente derivadas de haber considerado a la Unión Europea como más “progresiva” que los nacionalismos. Y, peor aún, como “reformable”.

En un próximo artículo, examinaremos esta importante cuestión, la necesidad de intervenir con una alternativa independiente.

1.- Claudio Testa, “¿Otro paso hacia el ‘big bang’ de la Unión Europea?”, Socialismo o Barbarie, 07/03/2018.

 

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