Hace una semana que la patronal de MABE, que fabrica heladeras y cocinas en el parque industrial norte de San Luis, anunció el despido de 50 trabajadores por la caída en las ventas, la acumulación de stock de producción y por la importación producto de la competencia. A lo cual la UOM,  al mando del burócrata sindical Jorge Garro, junto a los delegados de planta, sin mediar asamblea de los obreros ni debate y sin ninguna autorización expresa, firmaron un acuerdo y propusieron a la patronal que para evitar los despidos se conformara un Banco de Horas (que es lo que quiere Macri  y las patronales, antes de que debata Diputados la ley de reforma laboral esclavista),  que consiste en la suspensión de todo el personal durante el mes de junio con goce de haberes, pero cada obrero debe devolver 114 horas para el próximo mes, con tareas  a realizarse inclusive sábados y domingos como horas normales. Además, la patronal dejó en claro que, de seguir empeorando la crisis, se adelantaran las vacaciones y después vendrán despidos. Lo que puede significar un posible cierre de la fábrica, dada la costumbre de varias patronales de irse de la provincia en los últimos años, debido a que se terminaron los beneficios de la radicación industrial y que los Rodríguez Saá no atienden y miran para otro lado.

Lo que está en peligro es el futuro de 250 familias metalúrgicas y es otra traición de parte de la conducción de la UOM, que nunca planteó ni convocó a un plan de lucha para enfrentar las suspensiones y los despidos. Fiel reflejo de Caló, que firmó la paritaria a la baja, en cuotas, muy por detrás de la inflación, que puede llegar al 30% y devaluación del 35% y que sólo amagó con una marchita.

Entonces la tarea que urge es la de impulsar una asamblea que rechace el acuerdo y la convocatoria a un Congreso de delegados que inicie un plan de lucha contra el ajuste, los despidos y las suspensiones, realizando asambleas en cada fábrica y exigir al gobierno provincial la prohibición de las mismas por el término de dos años. Y cada empresa que cierre, que se estatice y pase a control y gestión de todos sus trabajadores, para garantizar el trabajo y la producción. Ha llegado el momento de luchar  y coordinar la pelea con otras fábricas para enfrentar este ajuste del FMI. Que si no es así, el camino final es la calle.

Metalúrgicos, Corriente Sindical 18 de Diciembre  

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