Compañeros y compañeras: desde la conducción del CEHUMA escribimos estas líneas para responder a la campaña de calumnias y difamaciones de la cual estamos siendo objeto las últimas semanas, y que se ha intensificado a partir de la ruptura por parte del activismo estudiantil del último consejo superior para evitar el aval de la CONEAU, acción política que dejó completamente en evidencia la traición de los consejeros estudiantiles que, desoyendo los mandatos asamblearios, pactaron con la gestión de Crisafulli el avance privatista en la UNCO.

En primer lugar queremos señalar que nos encontramos en un contexto de incertidumbre política a nivel nacional. El gobierno de Macri se encuentra gravemente cuestionado producto de la crisis económica en curso (corrida cambiaria, crisis de deuda y LEBACS, etc.) lo cual es reflejo del fracaso de sus perspectivas políticas y económicas. No sólo no hubo lluvia de inversiones ni se cumplieron ninguna de sus promesas (pobreza cero, no tocar los ingresos de los jubilados, no volver al FMI) sino que, por el contrario, cada día los trabajadores y los sectores populares vivimos peor. El gobierno prepara un ataque en regla contra las condiciones de vida de los de abajo, y en ese marco es que vuelve al FMI, el cual pone severas condiciones económicas como condición para prestar dólares al país.

La reforma laboral prevista, así como la reforma educativa son intentos de reducir el «gasto», haciéndole pagar los platos rotos de la crisis a los trabajadores y el pueblo. Así mismo, el gobierno también prepara una reforma del Código Penal que criminaliza medidas de lucha como cortes de calle y piquetes. Es que Macri sabe que, para aplicar el ajuste, tiene que reforzar el aparato represivo contra los luchadores, y por eso los estigmatiza como «violentos».

Sin ir más lejos, luego de las jornadas del lucha frente al Congreso (el pasado 18 de diciembre) hubo una intensa persecución a militantes de izquierda como Sebastián Romero, Arakaki y otros, quienes fueron expuestos y estigmatizados en los medios, y contra los cuales aún se encuentras vigentes procesos judiciales.

En nuestra zona en particular, sufrimos allanamientos a viviendas de militantes políticos con la excusa de buscar vinculaciones de la organización (supuestamente para el gobierno una célula terrorista) RAM, una difamación completa para criminalizar a los luchadores del pueblo mapuche. Actualmente en la región hay en pie una campaña de difamaciones contra la secretaria general de ATEN capital, Angélica Lagunas, publicando su recibo de sueldo y difamándola para desprestigiarla en el marco de la heroica lucha que están llevando adelante los docentes neuquinos. También a nivel nacional los luchadores y la izquierda sufrimos calumnias y difamaciones. Los trabajadores y trabajadoras del hospital Posadas vienen sufriendo persecución política e ideológica por parte de su gremio, además de listas negras a los activistas para despedir a quienes pusieron en pie una lista independiente de la burocracia en el hospital.

Por poner un ejemplo de nuestra universidad, la gestión de Crisafulli ha criminalizado la lucha de las trabajadoras de limpieza de la UNCO que el año pasado mantuvieron una toma del rectorado. Se las difamó como «violentas» y se las acusa de cargos gravísimos que podrían implicar hasta prisión.

Es en este marco que se dan los ataques a la conducción del CEHUMA, un centro de lucha que es referencia para el conjunto del movimiento estudiantil y que es dirigido por la izquierda, que ha sido el centro más consecuente en la lucha por los derechos de los de abajo del COMAHUE.

En 2016, con la conducción de la agrupación kirchnerista «La Jauretche», el centro había quedado completamente vaciado. No se realizaban asambleas ni ningún tipo de actividad para organizar a los estudiantes. En ese marco es que iniciamos la campaña contra el avance de una calle interna de la universidad, que el «Pechi» Quiroga de Cambiemos quería arrebatarle a nuestra universidad. Con el espacio que teníamos en ese momento en el centro (la secretaría obrero-estudiantil) pusimos en pie una fuerte campaña y logramos pararle la mano a este atropello hacia los estudiantes.

A fin de año ganamos la presidencia del CEHUMA y la dinámica cambió completamente. Pusimos en pie un centro democrático y participativo, realizando asambleas periódicas para discutir los problemas de los estudiantes. Llenamos de contenido los espacios de participación y nos solidarizamos con las luchas en curso (participando de los piquetes en el parque industrial, acompañando la lucha de las obreras textiles, ceramistas y docentes). Y nos proyectamos hacia el conjunto de la universidad poniendo en pie un Frente de Estudiantes Combativos para recuperar espacios en nuestra universidad.

Además, fuimos uno de los polos más activos en la lucha por justicia por Santiago Maldonado y libertad para el lonko Facundo Jones Huala. Fuimos parte de las multisectoriales que se realizaron, hicimos radios públicas frente a Gendarmería. Fuimos convocantes a diversas movilizaciones e incluso realizamos una exitosa charla con Soraya Maicoño en defensa de la identidad y la lucha del pueblo Mapuche.

Además, fuimos parte de la lucha de las trabajadoras de limpieza de la UNCO. Impulsamos una toma de la facultad de humanidades el día que ellas decidieron tomar el rectorado, para acompañarlas en su lucha. También impulsamos asambleas interestudiantiles en el hall central en las cuales, desde la presidencia del CEHUMA, impulsamos una importante movilización por el centro de Neuquén, y diversas concentraciones en los Consejos Superiores. También fuimos personalmente a FADECS a acompañar la lucha de las compañeras.

Este año, el CEHUMA continuó con la dinámica de organización y lucha. Impulsada por la presidencia del centro, realizamos una asamblea de humanidades a penas nos enteramos que la gestión había votado, en una sesión a espaldas de todo el mundo, la suspensión de la ordenanza conquistada con la lucha del 2004 que impedía el avance de la CONEAU en la UNCO. Fue también a propuesta de nuestros compañeros la realización del plan de lucha que incluía cortes de calle y una asamblea inter-estudiantil para la semana siguiente.

La asamblea fue un éxito total, y nuevamente las propuestas para dar un paso adelante en la pelea fueron propuestas por el CEHUMA: tomar el rectorado para exigir una reunión con las autoridades y la convocatoria a un consejo superior. Ese Consejo Superior finalmente fue convocado, y fue el CEHUMA quien estuvo a la cabeza de defender los principios de nuestra lucha, rompiendo el consejo para evitar que se avale la acreditación de 3 carreras de nuestra universidad a la CONEAU (acuerdo que habían pactado los Consejeros Estudiantiles con la gestión en contra de la voluntad del activismo y de las asambleas estudiantiles).

Esa última sesión dejó completamente expuestos a los consejeros estudiantiles, quienes fueron filmados mientras pactaban con Crisafulli y repudiados por el conjunto del activismo que se movilizó al consejo a frenar la CONEAU y defender la educación pública.

A partir de allí, la gestión de Crisafulli, junto a los consejeros estudiantiles de la CEPA y la MELLA, impulsaron una campaña de difamación contra la conducción del CEHUMA que se expresó en los medios. Asimismo, se difundieron videos donde se nos tildaba de «violentos» y el mismo rector lanzó declaraciones en ese sentido a los medios.

“Lamentamos una vez más que pequeños grupos violentos intenten coercitivamente impedir una sesión que ellos mismos habían solicitado. Es insólito y doloroso para la vida política de la universidad” “Cuando esto se estaba votando, estas agrupaciones vinculadas al Centro de Estudiantes de Humanidades interrumpieron la sesión de un modo antidemocrático y la sesión no pudo continuar, porque hubo actos intimidatorios a los consejeros”, (Declaraciones de Cirsafulli al diario LM Neuquén, 10 de mayo del 2018).

Pero el ataque pasó a mayores cuando, por parte de un consejero estudiantil, se comenzaron a difundir graves acusaciones contra uno de nuestros compañeros, acusándolo de violencia machista, e incluso difamando a Ximena, la presidenta del CEHUMA, diciendo que ella había denunciado violencia por parte de nuestro compañero. Una difamación machista inadmisible que debe ser rechazada por el conjunto del movimiento estudiantil.

Este consejero estudiantil se dio el tupé de ir a la asamblea de balance de la lucha no a rendir explicaciones por lo actuado en el consejo superior, donde defendió la traición a la lucha de todos los compañeros y la reunión con la gestión privatista de Crisafulli a espaldas de todos los estudiantes. En lugar de eso, vino a montar una provocación contra el CEHUMA, repitiendo las difamaciones en medio de la asamblea estudiantil para correr el eje del debate y enmarañar la discusión para tapar su responsabilidad y la de su agrupación en la traición perpetrada en el consejo.

Quizás no fue del todo acertada la reacción que tuvimos los miembros de la conducción, quizás no deberíamos haber reaccionado individualmente, pero hay que ponerse en la piel de quienes somos difamados y atacados sólo por luchar en defensa de la educación pública. Respondimos defensivamente frente a un brutal ataque difamatorio, que buscaba encubrir la traición de los consejeros que, junto a Crisafulli pactaron contra la voluntad de la asamblea inter-estudiantil, hablando en nombre de una mujer y ensuciando con acusaciones gravísimas a los compañeros del CEHUMA.

Pero eso no fue lo único, el viernes, bajo el paraguas de una «asamblea independiente» de menos de diez personas (donde no dejaron participar a los compañeros de la conducción que fuimos a ponernos a disposición del debate y críticas que nos quisieran hacer), ni a los independientes de nuestra agrupación que no pensaban como ellos, se montó una nueva provocación, sacando un comunicado de defensa de los consejeros traidores y acusando nuevamente, con argumentos calcados de Crisafulli, de «violentos» a los miembros de la conducción del CEHUMA, apoyándose en el pacifismo ingenuo de muchos compañeros que ven como mala todo tipo de violencia (por más que sea hacia un traidor y en el marco de la autodefensa de una mujer frente a una terrible difamación), para seguir reproduciendo los ataques hacia los luchadores y la defensa de los consejeros que traicionaron la lucha.

Pero este grupo llegó aún más lejos cuando fueron a denunciar a un compañero del CEHUMA ante la gestión de nuestra universidad, amparados bajo la bandera de género (diciendo que el compañero ejerce «violencia machista y acoso» por discutir política en el pasillo de la facultad y por comentar políticamente publicaciones en facebook) una acusación que no tiene ni pies ni cabeza, y ningún gramo de solidez.

Otra actitud inadmisible por parte de estos sectores anti-cehuma: exponer mediante difamaciones a un compañero a sanciones por parte de la misma gestión que vota la acreditación de nuestras carreras y avanza en el ajuste a la educación pública, en lugar de plantear la discusión en los órganos del movimiento estudiantil. Una práctica que se entiende de quienes defienden los pactos con la gestión y el avance privatista de la CONEAU en nuestra universidad.

La burocracia estudiantil es ajena a los intereses de los estudiantes. Está compuesta por individuos que buscan su propio beneficio académico-institucional y avanzar en su carrera política. Muchos de los que componen las agrupaciones que traicionaron la lucha son, o aspiran a ser, funcionarios de la UNCO (en el área de ingreso y permanencia, en cátedras, en el gobierno municipal, etc.). Así funcionan organizaciones como la CEPA, MILES y MELLA, ocupando espacios institucionales, convirtiéndose en servidores de la gestión con intereses propios, al tiempo que vacían los espacios de lucha estudiantil y enfrentan todo tipo de acción independiente, y están dispuestos a ir hasta el final para destruir a las organizaciones que cuestionan sus propios privilegios.

En cambio el CEHUMA, así como el Nuevo MAS, Bandera Roja y las organizaciones de lucha, no ganamos un peso ni tenemos otro interés que el de luchar por una sociedad diferente, por la educación pública y por los derechos de los explotados y oprimidos. Ponemos el cuerpo, nos exponemos y damos la cara por cada una de las posiciones que defendemos.

De lo que se trata es de defender nuestro centro de estudiantes, que es emblema de la lucha del Comahue de los ataques reaccionarios de la gestión, la burocracia estudiantil y sectores posmodernos reaccionarios que sólo buscan destruir lo que con tanto esfuerzo hemos levantado para defender la educación pública.

Sigamos por el camino de enfrentar en unidad estos ataques, así como dando un paso en la defensa de nuestra educación. Pongamos en pie nuevas medidas para continuar nuestro plan de lucha contra la LES, la CONEAU, y el avance privatista en nuestra Universidad.

Nuevo MAS – Presidencia del CEHUMA

 

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