El FMI es la CoNEAU. En los 90 con el neoliberalismo menemista, el FMI y el Banco Mundial impusieron en nuestro país condiciones para prestarnos dólares. De puño y letra de esas condiciones se redactó la menemista Ley de Educación Superior, que avala la intromisión de la CoNEAU en la educación pública (donde interviene el gobierno, empresas y rectores de universidades privadas). Desde entonces surgió un fuerte movimiento de lucha para enfrentar este avance privatista en todo el país. Esta lucha nos remonta a las tomas del Comahue del 95 y 2004 cuando se logró luego de una toma de la universidad la ordenanza 738/04 que frena el avance de la CoNEAU en nuestra universidad en tanto no se derogue la LES. ¡Un paso histórico importantísimo! al establecer por escrito el CONSENSO de una universidad en contra de la privatista CoNEAU. No es casualidad que ahora, con el ajuste permanente de Macri y la «vuelta al FMI», en sintonía total con estas políticas privatistas, Crisafulli quiera volver a la carga con la menemista CoNEAU, ni más ni menos que «avalándola» desde el Consejo Superior. ¡Quiere que la universidad borre con el codo lo que escribió con la mano, ya que los «tiempos cambiaron» y ahora hay que acreditar! (se ve que ya no es tan mala la CoNEAU).

 

¿Pero por qué a través del Consejo Superior?

 

En el Comahue hay varias carreras que están acreditadas a CoNEAU. Ingeniería y Psicología, por poner dos ejemplos, fueron acreditadas vía recursos de amparo judiciales. Pero si era posible para la gestión avanzar con la CoNEAU por otras vías, ¿cuál era el objetivo de llevar la discusión al Consejo? Claramente, la respuesta es que, tanto Crisafulli como otros sectores reaccionarios y privatistas de la universidad querían sentar un precedente. El AVAL de los supuestos «órganos democráticos» de que la CoNEAU es un hecho, y preparar el terreno para un avance privatista en regla en nuestra universidad, y la sorpresa fue que para ello no sólo contaban con las camarillas reaccionarias, sino también con la burocracia estudiantil, siempre disponible para elegir entre el «mal menor» antes que intentar luchar por los intereses de los estudiantes.

 

El rol y el saldo de la movilización estudiantil

 

Es en ese sentido que, desde el CEHuma, las organizaciones de izquierda como Bandera Roja y el activismo de varias facultades, vinimos impulsando importantes asambleas y medidas de lucha para enfrentar esta avanzada privatista. Impulsamos una toma del rectorado que generó una gran repercusión, además de marchas, cortes de calle y conferencias de prensa.

 

Fue un acierto haber movilizado de manera contundente al Consejo Superior extraordinario con la exigencia de que se vuelva para atrás con la votación del 12 de abril (donde 18 consejeros votaron a espaldas de todo el mundo la suspensión de la ordenanza 738/04 que impide la entrada de la CoNEAU en toda la UNCo) y fue un acierto mantenernos intransigentes en nuestra exigencia de que ¡COMAHUE NO ACREDITA!

 

La movilización y voluntad de lucha fue tan contundente que Crisafulli tuvo que apoyarse en la burocracia estudiantil para intentar avanzar con la CoNEAU. Durante la primer mitad del Consejo, ante la insistencia de los militantes de La Mella de que «se vuelva atrás la votación con excepción de la carrera de Biología» (cuyos graduados estaban presentes y levantando carteles pro-acreditación), Crisafulli mostró una cerrada negativa. «Esto es antireglamentario», argumentaba, «el Consejo extraordinario se convocó para revisar la votación del 12 de abril a pedido de la Facultad de Humanidades, no pueden entrar temas sobre tablas».

Crisafulli estaba confiando de, con esta posición, poder asestar un golpe al movimiento estudiantil, reafirmando (esta vez con más votos) el levantamiento de la ordenanza, y así avalar el avance indiscriminado de la CoNEAU, asestando un durísimo golpe a la movilización estudiantil.

Pero la movilización que generamos logró imponer un cuarto intermedio donde los estudiantes debatimos y decidimos en asamblea exigir que se respete el orden del día y evitar a toda costa que se avale la CoNEAU en nuestra universidad. Decidimos ir hasta el final porque la gestión nos planteó la pelea en esos términos. Fue tremenda nuestra sorpresa cuando, pasados los 15 minutos del cuarto intermedio, encontramos que los consejeros estudiantiles del MILES, LA MELLA, FEI, RESISTENCIA SUR y CEPA,  se encontraban reunidos en un aula con la gestión de Crisafulli, descaradamente y sólo divididos de los activistas por un vitral enorme; les cantamos y repudiamos lo que a todas luces era una traición abierta a nuestra lucha.

Modificando el orden del día, la burocracia estudiantil (la misma que dirije la FUC y no movilizó un solo estudiante para enfrentar a la gestión) pactó con Crisafulli el avance privatista en tres carreras (Biología, Enfermería y Economía). Con esta acción se sentaba un precedente catastrófico. Organizaciones que se dicen de «izquierda», «populares» y que defienden la «educación pública», avalando un avance privatista en nuestra universidad, tirando por la borda la lucha de 14 años del movimiento estudiantil del Comahue, discutiendo, riendo y pactando junto a los sectores privatistas más rancios de la UNCo.

Estas organizaciones argumentan que «es mejor que nos corten un dedo antes que toda la mano», avalando el avance privatista en 3 carreras, diciendo que así evitaban un mal mayor. Ni se les ocurrió que con la organización y la lucha se puede defender la educación pública de plano, ni se les ocurrió venir a la asamblea estudiantil a discutir con el activismo, tampoco sacaron posiciones públicas de cara al conjunto de la comunidad universitaria, simplemente «transaron» un avance privatista porque «a ellos» les pareció lo mejor en ese momento.

El resultado de la política decidida y votada en asamblea fue lo que precipitó el choque con las autoridades. Rompiendo el Consejo Superior, nos negamos a caer en la trampa de avalar un avance privatista por parte del movimiento estudiantil. La gestión se fue con bronca y cabizbaja frente a la intransigencia de los estudiantes combativos.

Crisafulli mismo dijo en los medios que se tendrá que volver a convocar a un Consejo para volver a discutir el punto, reconociendo implícitamente su derrota y la crisis política desatada por nuestra lucha (con tensiones por izquierda y derecha e incluso un sector de la gestión que no se presentó a dar quórum al Consejo).

No se ha vuelto a foja cero, se ha conquistado una posición unitaria importante entre los que queremos luchar consecuentemente por la defensa de la educación pública y no estamos dispuestos a transar el avance privatista en 3, 5 o diez carreras para evitar un «mal mayor».

Queremos organizarnos y luchar para conquistar todas nuestras reivindicaciones. Queremos una universidad pública, gratuita, laica, feminista y de calidad. No queremos la intromisión de las empresas privadas como la Chevron o de Lewis en nuestros planes de estudio. Estamos dispuestos a luchar sin atajos, y por más que sea un camino más difícil, por un movimiento estudiantil democrático y de lucha, que recupere los métodos históricos que se usaron en el Comahue para defender la educación pública, aliado a los trabajadores para derrotar al gobierno reaccionario de Macri y a todos los decanos y rectores privatistas y mercenarios.

¡Apoyémonos en las posiciones conquistadas para dar un paso más, llenando de participación la próxima asamblea inter-estudiantil y discutiendo las próximas acciones de nuestro plan de lucha!

COMAHUE NO ACREDITA

BANDERA ROJA – Nuevo MAS e Independientes – Presidencia del CEHuma

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