Muchos de nosotros, escritores, que viven el horror del fascismo y se horrorizan de él, no han comprendido todavía esta doctrina, no han descubierto aún las raíces del salvajismo que les aterra. Siempre existe en ellos el peligro de considerar las atrocidades del fascismo como atrocidades inútiles. Siguen aferrados a las condiciones de propiedad imperantes, porque creen que, para su defensa, no son necesarias las atrocidades del fascismo.

Bertolt Brecht, junio de 1935

 

El día 3 de mayo se vivió una intensa jornada en Mar del Plata: Una sesión que abrió a las 9 am, culminó a las 20 hs. con un fallo histórico: Por primera vez en nuestro país se condena a una organización fascista por crímenes de odio, persecución a colectivos vulnerables de la sociedad y organización detrás de simbología neonazi. Esta es la dimensión de la victoria que logramos: No están presos como simples patoteros. Están presos por nazis.

El Nuevo MAS lleva 3 años impulsando la lucha contra Bandera Negra, el grupo fascista cuyos cabecillas ayer fueron condenados a 9 años de prisión. Se trata, como hemos comentado en prensas anteriores, de una organización que actuaba en coordinación con la policía y bajo la complicidad del Estado. Lo hizo cuando participaron en el secuestro de mujeres en la represión al XXX ENM, lo hizo cuando atacaban activistas en zonas liberadas, lo hizo cuando el intendente Arroyo, probado amigo de Pampillón, líder de ultraderecha que a pocas horas de conocido el fallo filmó un video denunciando públicamente al kirchnerismo y al Nuevo MAS como “Organizaciones mafiosas que condenan a los patriotas”, decía desconocer todo el accionar de esta organización. El fiscal Pettigianni, a cargo de la causa, se ocupó en confirmar nuestras sospechas: Para quienes tienen hoy una pena de 9 años, el fiscal pidió tan sólo 10 meses. Ahora pedimos para Pettigiani un nuevo sumario que se añada al que ya tiene por su complicidad con los represores de la CNU (Concentración Nacional Universitaria, grupo paramilitar vinculado a la Triple A, cuyo modus operandi en sus inicios fue muy similar al de los propios Bandera Negra).

Es importante entender de esto que no hablamos de un grupo de adolescentes que juegan a ser neonazis. Hablamos de un grupo de choque organizado para forzar violentamente los límites de los derechos conquistados por la lucha de años de la clase obrera, el movimiento de mujeres y los movimientos antidiscriminatorios. Fue un ensayo de la función que cumple el fascismo en la sociedad: Atacar brutalmente las relaciones de fuerza para imponer todo el programa de la derecha sin resistencia. De ahí la importancia de haber rechazado su avance.

Cuando comenzó la ola de ataques, a mediados de 2015, ya éramos claros con la postura que llevamos a los debates de la Asamblea Por una Sociedad sin Fascismo: Unidad de acción en las calles para ganar.  Frente a la defensa que el Estado, la justicia y las fuerzas policiales le otorgaron a Bandera Negra, la conclusión es clara: La victoria es producto de la lucha en las calles marplatenses y de las relaciones de fuerzas del pueblo argentino que juzgó a sus genocidas y como a Etchecolatz, nunca los perdona.  Es importante remarcar esto  frente a las fuerzas políticas oportunistas que no vieron la importancia de esta lucha hasta que el día de la sentencia olieron las cámaras y corrieron  a colocar sus banderas (a nadie le sorprende que estemos hablando del Partido Obrero). Sumemos a esto las organizaciones que levantan las banderas de los derechos humanos pero cuando se trataba de estar en las calles prefirieron quedarse en la comodidad de sus locales (Poder Popular y Patria Grande brillaron por su ausencia en todo momento). No decimos esto como una vulgar chicana en el contexto de un triunfo: Lo planteamos porque es fundamental sacar las conclusiones de esta experiencia y llevarlas a todas las luchas que damos contra la avanzada represiva del gobierno macrista que prepara nuevos y brutales golpes contra la clase obrera y sus organizaciones. Para esto va a necesitar reprimir y mucho, todo lo que hagamos para enfrentar la represión parapolicial o policial es fundamental. Ayer, desactivamos un embrión de Triple A. Hoy son miles las luchas que hay que dar. Esto es una experiencia fundamental para toda la vanguardia y un triunfo de la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo junto con el Nuevo MAS.

Una perlita: La ultima melodía que escucharon los fascistas al salir del tribunal esposados fue Bella Ciao, la canción de los partisanos que esta semana hace 73 años colgaron a Mussolini en la Plaza de Loreto. Que esta transmisión de experiencia (aunque este conflicto haya sido menos violento) nos sirva para recuperar lo mejor de los movimientos combativos del siglo XX. Los derechos no se tocan. Luchando se gana, luchando es la única forma de cambiar el mundo para siempre y como diría Brecht, de nada sirve estar contra el fascismo que se condena y no contra el capitalismo que lo origina.  Frente a los avances de la derecha, una y mil veces: ¡EL FASCISMO NO PASARÁ!

 

Marian Busch

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