Con delegaciones del Hospital Posadas, de la Lista Marrón del Neumático, docentes de diversas provincias incluyendo directivos de SUTEBAs recuperados, SMATA, de ATE, Camioneros, UPCN, UOM, del Vidrio (la Marrón de Pilkington), Químicos, de Molinos Minetti, Judiciales Clasistas, Bancarios, del Plástico, textiles, de la UTA, despedidos de la línea Este de La Plata, Línea 144, de la Unión Ferroviaria, Municipales, de la secretaría de DD HH ubicada en La Plata, de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires, Promoción Social, Hospital de Niños de Córdoba, del Garrahan, Ministerios de Agroindustria y Economía, IOMA, se abrió el Plenario de Fundación de la 18 de diciembre en las salas del Hotel Bauen. Estas delegaciones reflejaron claramente a la nueva generación de luchadores que ha surgido en los últimos años en los lugares de trabajo. Pero también estuvieron presentes compañeros que reflejan una enorme tradición de lucha: el “Chino” Heberling, dirigente de la lucha ferroviaria en los 90’, Alcides Christiansen, secretario general de la histórica UOCRA Naranja de Neuquén y Aurelio Vázquez, del sindicato docente de Río Negro.

La sesión comenzó con un informe y bienvenida al plenario de nuestro compañero Heberling, quien habló sobre los gremios presentes, la muy diversa composición del plenario y sobre cómo se gestó la creación de nuestra flamante corriente sindical. Propuso a su vez a los compañeros que fueron parte de la mesa que presidió la reunión, con importantes activistas y delegados de diversos gremios. El informe político, que dio cuenta de las condiciones actuales de lucha de los trabajadores y el ajuste del Gobierno, estuvo a cargo de un compañero activista de una muy importante fábrica metalúrgica y dirigente de la nueva corriente sindical. Las intervenciones reflejaron que, recién fundada, la 18 de diciembre ya trae a cuestas una larga historia de lucha en sus miembros.

Reproducimos a continuación el informe hecho por un compañero de la UOM.

Buenos días compañeros. En primer lugar quería saludarlos a todos en este día de lucha tan especial para todos nosotros, el Primero de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores. Para mí es un honor hacer el informe en este plenario tan importante que, como los presentó el Chino, cuenta con la presencia de tantos compañeros representativos de la clase trabajadora.

Primero voy a presentarme. Yo soy metalúrgico, hace ya varios años que estamos haciendo un trabajo sindical en mi fábrica. Estamos en un proceso de acumulación de fuerzas para pelearle a la conducción del sindicato. Estamos armando nuestra agrupación. En la fábrica nuestra, y es algo que pasa en muchas fábricas, ser opositor es sinónimo de despido, de persecución, de que te marquen.

La burocracia actúa directamente como apéndice de Recursos Humanos, te ven hablar, te marcan con cruz de tiza y al día siguiente no entras. Así funciona el disciplinamiento en la fábrica. Si llaman a asamblea es una especie de “cazabobos”, porque el que se anota para decir algo, perdió. Esto pasa sobre todo en los lugares de trabajo más concentrados, pero todos son más o menos carceleros, en todos lados estamos perseguidos. Salvo tal vez en algunas excepciones en el Estado. En todos lados nos persiguen. No es fácil organizarse y activar por nuestros derechos.

Pero lo que muestra toda esta lista que hacía hoy el Chino de compañeros presentes, de lugares de trabajo, es que es difícil, pero es posible. Siempre se puede hacer algo. Es importante saber eso porque, bueno, al margen de nuestras condiciones, de que siempre la tenemos difícil, cada lugar tiene sus dificultades pero también sus desafíos. A todos nos toca siempre algo distinto, pero en todos se puede hacer algo, aunque sea una militancia clandestina inicial. Va a ser lindo que todo esto, lo colorido de la composición del plenario, refleje un poco dónde está parada ahora la clase trabajadora.

Estamos acá para construir una corriente sindical que nos permita organizarnos y poder pelear en las mejores condiciones posibles contra el gobierno, contra la patronal y contra la burocracia, vaya tarea. Tarea dura. Más como viene la cosa hoy.

En primer lugar, arranquemos hablando del gobierno. Hay un par de cosas que son importante entender para ver el contexto en el que largamos la corriente sindical. Primero el carácter del gobierno, que es un gobierno directamente de los empresarios. Directamente. Es como un negocio atendido por sus propios dueños. No son solamente la clase dominante sino que son gobierno directamente. No es un personal político de ellos, son directamente ellos: Aranguren de la Shell, la Sociedad Rural, la UIA, todos tienen ministros, lobbies, todos tienen una ficha en este gobierno.

Los K también era un gobierno patronal, capitalista. Pero como asumieron en un momento en el que el país estaba prendido fuego, los tipos tuvieron que tirar un par de huesos para el otro lado. Vinieron a decir que si no nos daban algo, los pasábamos a todos por arriba. Eso fue lo que hizo el kirchnerismo porque no le quedaba otra. Un poco su naturaleza era apagar el incendio del 2001.

El macrismo no viene a negociar algo para los trabajadores, viene con un plan brutal contra los trabajadores, reventar a la clase obrera. Todas las conquistas que tenemos los trabajadores, nos las quieren sacar una por una. Nosotros siempre decimos que el gobierno viene a hacer una transferencia de recursos del bolsillo obrero al capitalista. Todo lo que conseguimos por distintas vías como recomposición salarial, salud, etc., quieren sacarlo de nuestro bolsillo para ponerlo en el suyo con tarifazos, paritarias a la baja, inflación, achiques a la salud pública, reforma laboral, previsional, etc. Son todas medidas, una atrás de otra, contra los trabajadores. Es nuestro enemigo declarado, sin disfraces.

Hay otro factor para entender el contexto y es el rol que está jugando la burocracia sindical con sus distintos colores. No son todos iguales, unos son más kirchneristas, otros más macristas, otro se hace el que lucha, el otro que no, está el moyanismo, pero todos están jugados a defender la gobernabilidad del gobierno. Todos le están haciendo la segunda para que pueda llevar adelante el plan de ajuste. Ninguno tiene pensado mover nada. Quieren hacer dejar pasar todo el plan de Macri. La situación no sería la misma si un sector de la burocracia pasara a la oposición, aunque inconsecuentemente. Pero no, en esta están todos de acuerdo. Dijeron “hay 2019, hay que votar bien” y chau, y ahora que el ajuste pase. Ese es el rol hoy de la burocracia sindical en sus distintas variantes. Por distintas vías terminan todos los caminos en el mismo lugar.

Bueno, en este pequeño diagnóstico tenemos el gobierno, la burocracia, y bueno, la oposición patronal, el kirchnerismo, hace más o menos lo mismo que la burocracia. Pero ahora viene la principal pregunta: la clase trabajadora, nosotros ¿Cómo andamos nosotros? ¿En qué estamos nosotros? ¿Con qué clase trabajadora es que nosotros queremos lanzar la corriente sindical?

Un poco hay que pensar en las coordenadas históricas de la clase obrera para saber qué clase obrera tenemos hoy. O sea, de dónde venimos. Una cosa era la clase obrera de los 70’, que tenía pleno empleo, estabilidad y que luchaba, que estaba radicalizada. Otra cosa era la de los 90’ con la desocupación de masas, el plan menemista, la dictadura patronal que barría con todo, en ese momento por había que ir a los movimientos de desocupados aparte de los lugares de trabajo. La clase obrera estaba fragmentada y derrotada.

Bueno, nuestra clase obrera no es ni la de los 50’, ni la de los 70’, ni la de los 90’. Es una clase obrera que se puede decir en líneas generales que es hija del 2001, que viene del Argentinazo. ¿Por qué digo esto? Ese año, con el país prendido fuego, la burguesía tuvo que cambiar la línea. Por la lucha en las calles de la gente se consiguieron puestos de laburo. Tuvo que cambiar la forma de hacer negocios. Ahí es cuando un montón de trabajadores de una nueva generación entran en el proceso productivo. Con esas características, con lo que dejó el 2001 sobre la mesa. A la vez es una clase trabajadora con condiciones de trabajo flexibilizadas, por agencia, con contratos por un año como pasa en el Estado, monotributistas, con fragmentación, no es como en los 70’, se entró a trabajar pero en condiciones mucho más duras.

Pero hay algo que es muy importante tener en cuenta que esto que nosotros llamamos las correlaciones de fuerza. ¿Qué significa eso? Que con la lucha en las calles hicimos que la balanza del equilibrio entre clase dominante y dominada se torciera un poco para nuestro lado. Tironeamos, como en el tironeo de una soga, para nuestro lado y la cosa se vino un poquito más a favor nuestro. Logramos así distintas conquistas. En términos de organización surgieron nuevos cuerpos de delegados, un nuevo activismo, nuevas comisiones internas, la clase obrera se volvió a poner de pie. Hubo una recomposición de la clase trabajadora, se podía pelear. Y si bien hubo un ataque de la burocracia sindical y el gobierno K contra las organizaciones obreras independientes, si bien lograron poner paños fríos, porque nos tiraron con todo. Con los milicos, con la cana, con patotas, con todo. Y si bien lograron frenar un poco ese avance, en la tónica general no quebraron las cosas del todo. Quedó por ejemplo la desconfianza con la burocracia sindical, el reclamo de asambleas, algo democrático por abajo que es parte de las coordenadas de la clase trabajadora de hoy.

Nuestra clase no es algo homogéneo, hay de todo. Hay compañeros que votaron a Macri, que ahora se esconden debajo de la mesa y no lo quieren reconocer. Hay de todo. Hay compañeros luchadores porque la tónica general es que se viene del proceso del que hablaba antes. Esta clase obrera se tuvo que comer que el macrismo ganara de nuevo, cuando fueron las legislativas parecía que nos pasaban a todos por arriba. Los K lloraban por todos los rincones y decían que no se puede hacer nada. Entonces, el gobierno se envalentonó y esas relaciones de fuerza que venían equilibradas, con sus idas y venidas, las quiso torcer, quisieron desafiarlas. Quieren imponer una situación más favorable a los empresarios. Las desafiaron y las desafían, Macri desafía todo el tiempo a los trabajadores. Eso fue en diciembre del 2017, la fecha que le da nombre a nuestra corriente, cuando los tipos quisieron venir con una ofensiva total: la reforma previsional, la reforma laboral, quisieron aplicar todo de una. Pero se encontraron con una movilización de 300 mil trabajadores que, con quilombo, le dieron un cachetazo al gobierno. El gobierno quedó golpeado después del 18 de diciembre. Se encontraron con los trabajadores luchando.

Las alarmas de los capitalistas y el gobierno se prendieron en todos lados. La comparación del 18 de diciembre de 2017 con el 20 de diciembre de 2001 estaba en todos lados. No fue lo mismo, el 2001 fue más de masas, esto fue más bien de “amplia vanguardia”. Pero la imagen les dio mucho cagazo. ¿Y esto? ¿De dónde salió esto? El gobierno quiso desafiar las relaciones de fuerza y las relaciones de fuerza desafiaron al gobierno. En esto ¿Está escrito quién va a aganar y quién va a perder? Todavía no: se hace con disputa, con lucha. Vamos a ver quién gana y quién pierde. Por ahora al menos vamos a resistir. Y eso el gobierno lo tiene claro. Ellos ponen sus fichas y nosotros ponemos las nuestras. ¿Dónde va a terminar esto? Eso es lo que está en discusión. Esos son nuestros desafíos de acá en adelante.

Ahora, ese fantasma del 2001, que lo vieron ahí aunque sea como foto distorsionada pero que estaba ahí, no solamente le trajo miedo a la burguesía. Varios medios decían que esto ponía en duda la capacidad de gobernar de Macri, incluso si terminaba su mandato. Esto también le dio cagazo a la burocracia sindical. No nos olvidemos que ese 18 hubo sectores que llamaron a paro. Estaban yendo y viniendo tanto que hasta parecía que se estaban pasando a la oposición. Había crisis en la CGT, pasaba de todo. Ese 18 de diciembre también le trajo crisis a la burocracia, ahí fue cuando giró, se encolumnaron todos detrás de Macri y apoyaron todos la gobernabilidad. Eso fue lo que hizo la burocracia.

El acto de Moyano del 21 de febrero fue utilizado para eso, para darle un mensaje a la clase dominante argentina, que ellos estaban con la gobernabilidad de Macri. No dijo nada de qué porcentaje pelear en la paritarias sabiendo que el gobierno quería imponer un 15%. Si vos querés frenar el ajuste, lo primero que tenés que decir es por cuánto querés pelear en las paritarias. ¿Por cuánto pelearon? Por nada. No hablaron de nada que les interese a los trabajadores. Lo que sí hizo es parar a los trabajadores cuando cantaban el hit del verano, el famoso “Mauricio Macri…”, ese. Y también dijo que si estamos descontentos con el gobierno lo que hay que hacer es votar bien. Nada más. Hay que esperar al 2019, ahí vamos a poder hacer algo contra el gobierno. Esa fue la línea de la burocracia.

Parecía que con ese acto de Moyano la cosa volvía a plancharse. “Uh, otra vez todo cuesta arriba”. Mucha gente se impresionó, “de vuelta no pasa nada”. Hasta que la semana pasada les crujió el esquema económico por todos lados. Salieron corriendo, no sabían qué hacer con el dólar. Ese equilibrio que parecía haber alcanzado el gobierno se tornó totalmente inestable. De nuevo las señales de alarma. “¿Muchachos, qué hacemos con todo esto?” ¡Apareció Cavallo a dar consejos de economía! La última vez que apareció a hablar fue con De la Rúa. ¡¿Cómo puede ser que aparezca Cavallo?! ¡El principal quilombo del 2001 fue la deuda de Cavallo! El tipo viene a dar consejos, es joda esto.

Se les prenden las alarmas por distintas cosas. Primero, bueno, hablan de “la fiesta” que pasó. ¿Y la fiesta que hay ahora quién la va a pagar? Es una economía deficitaria, la única forma de mantener a este gobierno es con deuda. Todos los días aumenta un montón la deuda externa. El espejo de ese mecanismo es el 2001, si vos te endeudas hasta las manos vas a terminar mal.

¿El otro camino cuál es? ¿Una mega-devaluación? ¡Quieren venir por nosotros ahora! Si se les dispara la inflación, por el dólar, por todos los problemas económicos que están en danza. Si la inflación es, como poco, del 25% o 30%. ¿Qué va a decir el compañero al que le dieron una paritaria del 15%? ¿Va a regalar un 15% de su salario, un 10%? Esto puede llegar a abrir un escenario de bronca para el que tenemos que estar preparados. Todo el esquema económico del macrismo está atado con alambre, con precinto. Está todo ahí, cruje, se mueve. Eso es inestabilidad económica y política. Vamos a ver cómo sigue esto. Puede hacer que se desmadre un poco todo. Puede haber quilombos a breve o largo plazo grandes. Tenemos que manejar como hipótesis que haya un sector grande de trabajadores que vuelva a entrar en la pelea. Así como están, las cosas no van a ningún lado. No saben cómo salir de la crisis en la que ellos mismos se metieron.

Si llega a haber un proceso de ascenso, de ebullición, en la clase trabajadora, la corriente tiene que cumplir un papel importantísimo porque la burocracia sindical va a volver a hacer lo mismo. Si la gente empieza a expresar bronca, la corriente tiene que ser un canal para que esa bronca se organice. Porque si no es como vapor, que se evapora. En cambio, si formamos algo que le dé un canal de participación a esa posible entrada de los trabajadores en escena, bueno, la cosa se puede poner mucho más interesante. Ahora, la corriente sindical que nosotros queremos conformar decimos que tiene que ser clasista, anti patronal y antiburocrática. Entonces tenemos un lío. ¿Cómo nos sacamos de encima esa loza que es la burocracia sindical? ¿Cómo lo hacemos? Enfrentamos problemas políticos y problemas sindicales. Los sindicales son cuando queremos recuperar las organizaciones obreras propias, de los trabajadores, democráticasy de lucha. No alcanza con “recuperar” cuerpos de delegados y organizaciones si no sirven para pelear. Necesitamos organizaciones de pelea. Que sean para que los compañeros los tomen en sus manos, para que participen. No queremos esa lógica del delegado de modelo peronista. “Yo salgo delegado y tus problemas están resueltos”. No, tus problemas no están resueltos. Vos tenés que participar y tenés que ser parte de todo esto. Hay que decirle eso a los compañeros. No alcanza con figurar en un cargo, no alcanza. Eso no sirve. Eso hacen otros. Se manejan tranquilos, cómodos. Para nosotros hay que fomentar la participación de la base en la construcción de los organismos gremiales.

También están los problemas políticos. No hay salida para los trabajadores que no sea independiente, sin transar con ningún sector patronal. La combinación de esas dos cosas nos hace una corriente clasista. Necesitamos ser una corriente que intente desarrollar lo máximo posible las potencialidades de la lucha, que siempre quiera ponerla un escalón más arriba. No hay receta para eso, cómo hacerlo va a depender del lugar, de las condiciones de pelea de cada uno, pero siempre tiene que estar esto de llevar al máximo las posibilidades de la pelea.

En las corrientes sindicales en danza hay gente que no resuelve bien estas dos cosas. Ahí hay un debate sobre qué corriente sindical queremos construir. No sirve dejar los gremios tal cual, así como son, y usarlos sin transformarlos nada. Eso no sirve. No sirve ganar un gremio, tener la estructura gremial si no sirve para ganar a la base, si no se tiene la política de involucrarla, si no se tiene la iniciativa para masificar la organización de los trabajadores. Tampoco sirve que una corriente sindical quiera suplantar a los trabajadores. Hubo conflictos en la zona norte que, cuando había que enfrentar a la cana decían que los cordones los tenían que armar las corrientes, los trabajadores de base no. ¿Cómo puede ser? Los que tiene que salir a dar la pelea son los trabajadores, no podemos suplantar a los trabajadores. Hay otros que se dicen clasistas y van con la burocracia en los gremios. Hay corrientes que se dicen clasistas y de izquierda y que los ves de la mano con Micheli, hay de todo.

Para nosotros ser clasistas es eso, es combinar, resolver bien las tareas políticas y sindicales para que los trabajadores den un salto en su organización y su conciencia, sindical y política. No queremos, no estamos buscando ser los salvadores de nadie. Queremos que la clase obrera tenga una herramienta para poder hacer eso y entrar en la pelea.

Bueno, para terminar el informe y así damos lugar a que los compañeros intervengan y le damos color y vida al plenario, queremos proponer una serie de campañas para debatir y llevar adelante, para proponer como tareas. En primer lugar una campaña contra la reforma laboral que ahora vuelve a la carga. Salió en todos lados que habían sacado los puntos más “difíciles” de la ley, y de pronto se habla de que “mirá, fíjate en el anexo nos cagan con las indemnizaciones, en el otro nos cagan con la otra”. Hay que salir a aclarar todo eso. Porque metieron tanta confusión en los últimos tiempos, la CGT le dio el aval por ejemplo. Eso confundió. Hay gente que se pregunta: Che ¿la ley es buena o es mala? ¡Nos viene a hacer mierda la ley laboral! Nos quieren convertir en una clase obrera como la de otros lugares, que te puedan echar por dos pesos, que te puedan flexibilizar. Salió ahora ese fallo contra los monotributistas, que dicen que no tienen vínculo laboral. Eso queremos hacer, poner en pie una campaña que salga a aclarar que quieren implementar un ajuste en las relaciones laborales.

En segundo lugar, proponerle a otras corrientes sindicales y organizaciones recuperadas una jornada nacional de lucha para plantear la reapertura de las paritarias y que sean sin techo, contra el ajuste en general, una jornada nacional de pelea llevada adelante por toda la vanguardia.

Luego, una campaña de apoyo a las luchas en curso. ¡En primer lugar a la heroica lucha de los compañeros del Posadas! Que la vienen peleando muy duramente, que es un caso testigo para las luchas de los trabajadores. No quiero adelantar, acá están los compañeros del Posadas y no quiero hablar en su nombre. Pero tenemos que hacer efectiva la solidaridad con ellos, siendo también parte de las acciones que pongan en pie. Tenemos que ser la corriente que se juega para ganar la lucha del Posadas.

En cuarto lugar, tenemos que lanzar la campaña por la reincorporación del compañero Maxi Cisneros a Firestone. Es un emblema de la pelea contra las condiciones laborales flexibilizadas y la persecución al activismo.

Finalmente, queremos proponer que se hagan plenarios regionales de la corriente sindical así llevamos nuestra organización a más lugares de trabajo, a más compañeros, a más activistas.

Bueno, dicho esto, abramos la lista de oradores y arranquemos el debate.

 

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